Vitamina D3 para el tratamiento de las lesiones cutáneas químicas

  • Paolo Spriano
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Las reacciones cutáneas a fármacos y las reacciones cutáneas alérgicas son frecuentes en la práctica clínica. Las lesiones cutáneas locales pueden desencadenar una serie de reacciones con una respuesta corporal multisistémica. 

Las reacciones cutáneas adversas a los fármacos, sobre todo a los tratamientos quimioterápicos tópicos, son un reto iatrogénico frecuente tanto para los pacientes como para los médicos. En estos casos, entre el 30 % y el 80 % de los pacientes desarrollan reacciones que justifican la interrupción del tratamiento, que, en ausencia de alternativas, es la única opción disponible.[1]

La vitamina D es una hormona liposoluble y ubicua importante en la homeostasis del calcio y el metabolismo óseo. En los últimos años, la investigación se ha centrado predominantemente en la deficiencia de vitamina D y la optimización de las estrategias de administración de suplementos, aunque cada vez se reconocen más los diversos efectos biológicos y los resultados a largo plazo de la vitamina D. Entre ellos se incluyen la modulación de las respuestas inmunitarias, las enfermedades inflamatorias, la salud cardiovascular, la carcinogénesis y, aunque con pruebas aún limitadas, los efectos de la vitamina D en la resolución de la inflamación aguda en tejidos humanos y órganos diana.[1]

Altas dosis de vitamina D3 en quemaduras solares

La vitamina D3 (colecalciferol) se utiliza cada vez más como agente terapéutico de bajo riesgo. Los análogos tópicos de la vitamina D3 son un tratamiento adyuvante eficaz en la psoriasis crónica. Aunque la vitamina D3 administrada por vía oral permite efectos sistémicos más directos debido a una dosificación mayor y más precisa, también puede ser útil como agente terapéutico de bajo riesgo en el contexto agudo. El tratamiento oral con altas dosis de vitamina D acelera la resolución de la inflamación inducida por quemaduras solares en humanos.[2] Los pacientes que responden a dosis elevadas de vitamina D 3 presentan una reducción sostenida del enrojecimiento cutáneo tras una quemadura solar, con menos daños estructurales epidérmicos, menor expresión de marcadores proinflamatorios en la piel y un perfil de expresión génica caracterizado por una regulación al alza de los genes reparadores de la barrera cutánea. Además, independientemente de los niveles séricos de vitamina D3 al inicio del estudio, una dosis única elevada de vitamina D3 por vía oral ha demostrado ser segura con concentraciones séricas mantenidas dentro de un intervalo de referencia normal.[2]

Altas dosis de vitamina D3 en la erupción cutánea química

Un estudio de intervención aleatorizado, doble ciego y controlado con placebo en adultos humanos sanos investigó los efectos inmunomoduladores clínicos y moleculares de una dosis única alta de vitamina D3 oral en una erupción química inducida experimentalmente.[1] Se utilizó mostaza nitrogenada tópica (también conocida como mecloretamina), un irritante tópico y agente quimioterapéutico aprobado por la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) que puede causar reacciones inflamatorias sistémicas y dermatitis de contacto a dosis elevadas. Todos los participantes se sometieron a una exposición repetida de mecloretamina en el brazo y el brazo contralateral, y después recibieron placebo o colecalciferol 200.000 UI. 

El colecalciferol mitigó la inflamación aguda en todos los participantes demostrando que una única dosis oral alta de vitamina D3 administrada inmediatamente después de la aplicación cutánea de mecloretamina redujo la inflamación evaluada mediante parámetros clínicos, e histológicos en el seguimiento agudo (3 días) y longitudinal (6 semanas).

Reacciones graves a tratamientos quimioterápicos tópicos: ¿identificada la firma genética que predispone la respuesta?

Los quimioterápicos tópicos pueden inducir reacciones limitantes del tratamiento secundarias a hipersensibilidad e intolerancia inmunológica. En algunos pacientes sometidos a un tratamiento prolongado, estas reacciones suelen atribuirse a la concentración, la dosis total o la formulación del fármaco y suelen desarrollarse con aplicaciones repetidas. El aspecto relevante de este estudio fue la disparidad en el grado de respuesta de los participantes a dosis bajas de mecloretamina tópica.[1]

El análisis multiómico sugirió una respuesta grave asociada a la señalización de IL-17, que no se había implicado anteriormente en el desarrollo de reacciones de hipersensibilidad. Además, en los participantes que posteriormente tendrían una respuesta grave, se identificó una firma de 3 proteínas sobrerregulada de forma consistente, que no era evidente en aquellos con una respuesta leve. Este hallazgo sugiere que, en un contexto real, la firma puede ser una forma fiable de predecir qué pacientes desarrollarán reacciones graves, teniendo en cuenta que hasta la fecha no existe ninguna prueba previa para identificarlas.

Este contenido fue publicado originalmente en Univadis Italia.