Sustancias tóxicas persistentes vinculadas a hipertensión en mujeres

  • Megan Brooks

  • Maria Baena
  • Noticias de Medscape
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La exposición a sustancias perfluoroalquiladas y polifluoroalquiladas (PFAS), una clase de sustancias químicas sintéticas ampliamente utilizadas, denominadas "sustancias tóxicas persistentes", podría ser un factor de riesgo modificable para el desarrollo de hipertensión.[1]

En un estudio prospectivo grande, los investigadores encontraron una asociación entre niveles más altos de sustancias perfluoroalquiladas y polifluoroalquiladas en la sangre y un mayor riesgo de hipertensión en mujeres de mediana edad. Las mujeres en el tercil más alto de las concentraciones generales de estas sustancias tenían un 71 % más de riesgo de desarrollar hipertensión.

"Nuestros hallazgos sugieren que la exposición acumulativa a largo plazo, incluso antes de la mediana edad, puede aumentar el riesgo de presión arterial alta y, por lo tanto, el beneficio de reducir la exposición de la población a sustancias perfluoroalquiladas y polifluoroalquiladas y la posible prevención de la presión arterial alta y otras afecciones de salud, sería enorme”, comentó a Medscape Noticias Médicas el Dr. Sung Kyun Park, maestro en salud pública, de la Facultad de Salud Pública de la Universidad de Michigan, en Ann Arbor, Estados Unidos.

El estudio se publicó en versión electrónica el 13 de junio en Hypertension.

En todas partes y para siempre

"Los sustancias perfluoroalquiladas y polifluoroalquiladas son productos químicos para siempre que están en todas partes", señaló el Dr. Park.

Las posibles fuentes de exposición van desde utensilios de cocina antiadherentes, envoltorios de alimentos y telas impermeables hasta cosméticos y agua potable. Se han detectado en la sangre de la mayoría de las personas y se han asociado con una variedad de problemas de salud.

"Algunos estudios mostraron una asociación entre las sustancias perfluoroalquiladas y polifluoroalquiladas y la hipertensión, pero fueron transversales y examinaron la prevalencia de la hipertensión. No estaba claro si las sustancias estaban asociadas con el desarrollo (incidencia) de esta", explicó el Dr. Park.

Para su estudio, los investigadores examinaron la asociación entre las concentraciones séricas de sustancias perfluoroalquiladas y polifluoroalquiladas y los riesgos de hipertensión incidente en 1.058 mujeres inicialmente normotensas que participaron en el Study of Women's Health Across the Nation-Multi-Pollutant Study (SWAN-MPS). Fueron seguidas anualmente entre 1999 y 2017.

Durante 11.722 años-persona de seguimiento, 470 de las mujeres desarrollaron hipertensión, a una tasa de 40,1 casos por 1.000 años-persona. La hipertensión se definió como presión arterial sistólica ≥140 mm Hg o diastólica ≥90 mm Hg, o recibir tratamiento antihipertensivo.

Las mujeres en el tercil más alto de la concentración sérica inicial de sulfonato de perfluorooctano (PFOS) tenían un riesgo un 42 % mayor de desarrollar hipertensión en comparación con sus pares en el tercil más bajo (hazard ratio ajustado [HRa]: 1,42; intervalo de confianza de 95% [IC 95%]: 1,19 a 1,68; tendencia p = 0,01).

Se encontraron resultados similares para perfluorooctanoato (PFOA) y ácido N-etil-perfluorooctano sulfonamido acético (EtFOSAA), con un 47 % (HRa: 1,47; IC 95 %: 1,24 a 1,75; tendencia p = 0,01) y un 42 % (HRa: 1,42; IC 95%: 1,19 a 1,70; tendencia p = 0,01) más de riesgo de hipertensión incidente, comparando los terciles más altos con los más bajos.

Los riesgos persistieron después de ajustar según varios factores, incluida la raza, el lugar del estudio, la educación, la tensión financiera, el tabaquismo, el consumo de alcohol, la ingesta total de calorías y el estado menopáusico.

En el análisis de "mezcla" de sustancias perfluoroalquiladas y polifluoroalquiladas, las mujeres en el tercil más alto de las concentraciones generales de esas sustancias tuvieron 71% más de probabilidades de desarrollar hipertensión durante el seguimiento, en comparación con las mujeres en el tercil más bajo (HRa: 1,71; IC 95%: 1,15 a 2,54; tendencia p = 0,008).

"Estos hallazgos sugieren que las sustancias perfluoroalquiladas y polifluoroalquiladas podría ser un factor que se subestima y que contribuye al riesgo de enfermedad cardiovascular de las mujeres", escribieron los investigadores.

Advirtieron que el estudio solo incluyó a mujeres de mediana edad y que no está claro si los hallazgos son válidos para los hombres de mediana edad. "Esta es una pregunta importante, pero la respuesta es que no lo sabemos", dijo el Dr. Park a Medscape Noticias Médicas.

"Las mujeres se vuelven más susceptibles a los cambios metabólicos y al riesgo de hipertensión durante la transición a la menopausia. Nuestros hallazgos sugieren que las sustancias perfluoroalquiladas y polifluoroalquiladas pueden desempeñar un papel en el desarrollo de la hipertensión en las mujeres durante esta etapa crítica de la vida", puntualizó el Dr. Park.

Los investigadores indicaron que se necesita más investigación para confirmar y ampliar los hallazgos y encontrar formas de reducir la exposición a sustancias perfluoroalquiladas y polifluoroalquiladas.

"Si se confirma en estudios futuros, estos hallazgos sugieren que comprender la exposición humana a sustancias perfluoroalquiladas y polifluoroalquiladas y desarrollar estrategias efectivas para reducir la exposición puede ayudar a prevenir el desarrollo de hipertensión y, por lo tanto, reducir la carga global de enfermedades cardiovasculares", escribieron los investigadores.

"Cuanto más aprendemos, peor"

Este es un estudio "interesante" y muestra que "cuanto más aprendemos sobre las sustancias perfluoroalquiladas y polifluoroalquiladas, parece que es peor", comentó a Medscape Noticias Médicas el Dr. Ankur Shah, de la División de Enfermedades Renales e Hipertensión, de la Facultad de Medicina Warren Alpert de la Universidad de Brown en Providence, Estados Unidos.

"Este estudio longitudinal comunitario multicéntrico, multirracial y multiétnico establece una asociación entre las sustancias perfluoroalquiladas y polifluoroalquiladas y la hipertensión", observó el Dr. Shah, que no participó en el estudio.

"Esto se suma a una creciente base de literatura de asociaciones de sustancias perfluoroalquiladas y polifluoroalquiladas con enfermedades, que incluyen cáncer, trastornos de la tiroides, diabetes, colitis ulcerosa, hiperlipidemia e hipertensión inducida por el embarazo", anotó.

El Dr. Shah también anotó que los autores ajustaron por raza y etnia, sitio de estudio, nivel educativo, tensión financiera, tabaquismo, humo de tabaco ambiental, consumo de alcohol, ingesta total de calorías y estado menopáusico "y aun así encontraron una fuerte asociación".

"Aún queda por determinar si las sustancias perfluoroalquiladas y polifluoroalquiladas son el agente causante o si hay una entidad no medida o no ajustada que ha resultado en una mayor exposición a las sustancias perfluoroalquiladas y polifluoroalquiladas e hipertensión, así como si estas son las causantes, o si la reducción de exposición daría lugar a reducción de la presión arterial", añadió el Dr. Shah.

El estudio no tuvo fuentes de financiación. Los doctores Park y Shah han declarado no tener ningún conflicto de interés económico pertinente.

Este contenido fue publicado originalmente en Medscape.com y adaptado para Medscape en español, parte de la Red Profesional.