Solo el 1% de los pacientes infectados por Helicobacter pylori se benefician de un tratamiento dirigido

  • Caroline Guignot
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El Helicobacter pylori (H pylori) afecta al 30-40 % de la población de los países occidentales y hasta a dos tercios de la de los países en desarrollo. Las recomendaciones de cribado y tratamiento han evolucionado en los últimos años. El profesor Bernard Frèche (Departamento de Medicina General, Instituto Nacional de la Salud e Investigación Médica de Francia [Inserm] Unidad 1070 "Farmacología de los agentes antimicrobianos y resistencia a los antibióticos", Poitiers) y sus colaboradores han publicado una revisión de la literatura sobre las recomendaciones de cribado y tratamiento de la bacteria.

Desde Univadis Francia entrevistan al experto.

Univadis Francia: Su publicación especifica las dificultades a las que se enfrentan los médicos en la práctica clínica. ¿Cuáles son?

Profesor Bernard Frèche: Hemos observado que uno de cada cien pacientes afectados por H pylori se beneficia de un tratamiento antibiótico guiado por los datos microbiológicos. Los médicos utilizan poco los datos de la prueba PCR realizada en muestras de heces, que sin embargo permite adaptar la terapia antibiótica. Por lo tanto, se puede afirmar que el tratamiento antibiótico de esta infección es ahora principalmente probabilístico, lo que plantea un problema, sobre todo ante el aumento de la resistencia a los antibióticos. Además, hemos observado que la implicación de la atención primaria en el cribado de H pylori no es óptima. La literatura también informa de dificultades entre los profesionales de atención secundaria, tanto en Francia como a nivel internacional. Esta constatación sugiere que se podría hacer mucho más. Existen varios obstáculos relacionados con los conocimientos, las habilidades y la organización de la atención que es necesario eliminar.

¿Cuáles son las recomendaciones actuales sobre el cribado del H. pylori?

Profesor Bernard Frèche: Lo primero que hay que recordar es que hay que cribar a los sujetos con riesgo de infección por H pylori según las últimas recomendaciones europeas de Maastricht 6 y de la Autoridad Nacional de Salud francesa: síntomas de gastritis, úlcera gástrica o duodenal, factores de riesgo de cáncer gástrico, linfoma MALT gástrico, anemia ferropénica o déficit inexplicable de vitamina B12... En este primer punto, está claro que podríamos hacerlo mejor. Además, existe cierta confusión sobre las indicaciones del cribado, ya que a menudo se considera erróneamente en sujetos con reflujo gastroesofágico aislado. Sin embargo, el reflujo gastroesofágico no es una indicación para el cribado. El segundo punto importante es la prueba más relevante. Hoy en día, la serología, como prueba no invasiva, se recomienda como prueba de primera línea en pacientes menores de 40-45 años, familiares de primer grado de pacientes que hayan padecido cáncer gástrico, o aquellos con antecedentes de úlcera o púrpura trombocitopénica inmunológica. La serología positiva es una indicación de endoscopia gástrica para los mayores de 40-45 años, ya que antes de esa edad no se detectan lesiones. Las recomendaciones son que la biopsia se someta a análisis patológico y microbiológico, aunque en la práctica este último rara vez se realiza. La prueba del aliento con urea es otra alternativa, muy popular entre los médicos de atención primaria para buscar infecciones en pacientes con dispepsia. La clarificación y optimización del algoritmo de estas recomendaciones mejoraría la situación actual.

¿Cuáles serían estas modificaciones?

Profesor Bernard Frèche: Las recomendaciones europeas insisten en la necesidad de tratar a todos los infectados, incluidos los asintomáticos. Pero, ¿cómo identificarlos? El primer primer es evidentemente considerar la existencia de factores de riesgo: antecedentes personales, familiares, etc. La prueba serológica asegura que el paciente ha estado en contacto con el H pylori a lo largo de su vida, pero no permite saber si la bacteria sigue presente. Antes de los 45 años, una prueba de urea positiva tiene más probabilidades de confirmar la infección. Sin embargo, esta prueba no orienta el tratamiento. Por lo tanto, la prueba PCR en heces debe realizarse antes del inicio de la terapia antibiótica, para orientarla mejor. Al final del tratamiento, debe prescribirse una prueba de aliento con urea para garantizar que se ha erradicado el H pylori. La prueba PCR en heces está ahora reembolsada por el sistema nacional de seguridad social en Francia, lo que debería fomentar su uso. Los profesionales deben utilizar estos resultados para recomendar un tratamiento al que la cepa sea susceptible y reducir así el riesgo de resistencia a los antibióticos, tal y como se recomienda. Los profesionales pueden encontrar los protocolos de tratamiento recomendados en la página web del Grupo de Estudio Francés sobre Helicobacter (www.helicobacter.fr). Para los mayores de 45 años, el algoritmo es exactamente el mismo, pero el paciente también debe ser remitido al gastroenterólogo para buscar lesiones precancerosas o cancerosas mediante fibroscopia. Obviamente, independientemente de estas recomendaciones, la fibroscopia sigue siendo adecuada a cualquier edad para buscar anomalías distintas de estas lesiones cancerosas o precancerosas.

Su publicación aborda las dificultades asociadas al conocimiento y la aplicación de las recomendaciones en la práctica médica. ¿Cómo pueden reducirse?

Profesor Bernard Frèche: Exactamente, los expertos redactan excelentes recomendaciones, pero se necesita mucho tiempo para que estos textos se apliquen en la práctica diaria. Además, como en el caso de las recomendaciones de Maastricht VI, los médicos de atención primaria no siempre participan en su elaboración, lo que puede hacer que no se tengan en cuenta las especificidades de sus prácticas. Es hora de que un mayor número de médicos de atención primaria participen en la redacción de estas guías, así como en la integración de la investigación clínica en la atención primaria. Otra dificultad es la difusión de las guías: existen pocas revistas destinadas a los médicos de atención primaria en las que se difunda. El trabajo de las agencias institucionales tampoco se difunde lo suficiente. Por ejemplo, las propuestas de la Autoridad Sanitaria Francesa para facilitar la derivación al gastroenterólogo no son bien conocidas por los médicos de cabecera, a pesar de que pueden reducir la carga de trabajo. Por último, la organización de la asistencia entre los médicos de atención primaria y los especialistas de atención secundaria podría revisarse para mejorar el reparto de funciones, en función de sus especificidades y conocimientos.

Este contenido fue publicado originalmente en Univadis Francia.