Siete nuevos alérgenos podrían incluirse en la batería estándar española de dermatitis alérgica de contacto

  • Carmen Espinosa

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Hidroperóxido de linalool, hidroperóxido de limoneno, benzisotiazolinona, metabisulfito sódico, 2-hidroxietil-metacrilato (HEMA), mezcla textil y propóleo son los siete nuevos alérgenos que han mostrado una frecuencia de sensibilización superior al 1 %. Por esta razón, el Grupo Español de Investigación en Dermatitis y Alergia Cutánea (GEIDAC) solicitará que se incluyan en la batería estándar española de pruebas epicutáneas para el diagnóstico de dermatitis alérgica de contacto, que se actualizará en enero del 2022.

Los dos primeros son fragancias que se utilizan en cosméticos y colonias, además de en productos de limpieza personal, de ropa, de hogar e industrial; y la benzisotiazolinona se utiliza como conservante en la industria y en productos de limpieza. El metabisulfito sódico es un conservante que se encuentra en alimentos, cosméticos o productos de limpieza. Respecto al 2-hidroxietil-metacrilato (HEMA), cabe destacar que es uno de los alérgenos responsables de la sensibilización a acrilatos por "esmaltes permanentes" o "uñas de porcelana", presente también en algunos tipos de pegamentos. Algunas prendas de ropa deportiva ajustada utilizan tintes de ropa que producen alergia y el propóleo, que se obtiene de las colmenas de las abejas, es muy utilizado en biocosméticos y, aunque se considera un producto "inocuo" por su origen, puede producir alergia. 

“La dermatitis alérgica de contacto se manifiesta como lesiones muy pruriginosas en la zona de contacto de la piel con una sustancia a la que el paciente es alérgico ("está sensibilizado"). Dependiendo de la cronicidad del cuadro pueden ser vesículas, en las fases agudas, o placas enrojecidas y descamadas en las más crónicas”, explica a Univadis España el Dr. Leopoldo Borrego, dermatólogo de la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV) y uno de los autores del estudio “Candidate allergens to be included in the spanish standard series based on the data of the spanish registry of contact dermatitis”.

El objetivo de este trabajo, publicado en Actas Dermo-Sifiliográficas, la revista oficial de la AEDV, es analizar la frecuencia de sensibilización y la relevancia de estos alérgenos para valorar si debieran ser incluidos en la batería estándar española y europea.

Síntomas

El prurito es el síntoma fundamental de la dermatitis alérgica de contacto, siendo la evitación de las sustancias a la persona sensibilizada, el tratamiento más adecuado. En la alergia sabemos que, a partir de una concentración límite se produce reacción.

Por otro lado, “también existen alérgenos a los que un paciente reacciona porque originalmente se ha sensibilizado a otra molécula con estructura química semejante, es lo que se llama una reacción cruzada” añade el especialista.

Cabe destacar que la dermatitis alérgica de contacto es un trastorno multifactorial ocasionado por la exposición ambiental a la posible sustancia alérgica. “Sin embargo, el trasfondo génico presenta un papel importante, especialmente en genes que regulan la inmunidad y en genes que codifican el metabolismo y la eliminación de las sustancias tóxicas para el organismo”. 

Prevalencia

Es difícil conocer la prevalencia real de la dermatitis alérgica de contacto, ya que la mayoría de los estudios se basan en los enfermos que consultan por esta patología, no sobre la población general. “Se estima que la dermatitis alérgica de contacto afecta aproximadamente al 7 % de la población general, aunque se han publicado prevalencias variables del 13,3-24,5 % en pacientes de edad pediátrica y hasta del 33-64 % en la población de edad avanzada”. En Estados Unidos, se asocia a más de 10,6 millones de visitas a consultas médicas, con un coste anual directo de 1,6 millones de dólares y unos costes indirectos de 566 millones de dólares debidos al tiempo de absentismo laboral y escolar y reducción de la productividad.

Diagnóstico

La herramienta fundamental para el diagnóstico de la dermatitis alérgica de contacto es la historia clínica que asocia la presencia de lesiones al contacto con la sustancia que la produce (que el paciente la mayor parte de las veces desconoce).

Para confirmar que esa dermatitis de contacto es de origen alérgico, se realizan las pruebas epicutáneas de contacto. Estas consisten en exponer al paciente a las sustancias que más frecuentemente producen esa dermatitis, de una forma estandarizada, mediante la aplicación de unos parches en la espalda.

“Los parches estandarizados se agrupan por ámbitos de exposición, constituyendo las baterías de alérgenos. Así hablamos de "batería de cosméticos", "batería de calzado", "batería de peluquería" y otras muchas. La batería estándar española agrupa los alérgenos que producen reacciones más frecuentemente en los españoles”, indica el Dr. Borrego.   

Respecto a las características diferentes en las distintas partes del cuerpo, la dermatitis alérgica de contacto presenta diferencias clínicas más influidas por la exposición aguda, con lesiones más vesiculosas, crónicas o descamativas, que por la localización en sí. Aunque “por razones anatómicas, vemos lesiones con más edema en los párpados y más hiperqueratosas en manos y pies que en el resto de las localizaciones”, detalla el Dr. Borrego.  

Los productos más alérgicos para la piel

En el año 2016 el Grupo Español de Investigación en Dermatitis y Alergia Cutánea publicó su actualización de la serie estándar española de pruebas alérgicas de contacto, tras la realización de un estudio epidemiológico de 2012 que incluyó los datos de 3.466 pacientes de diecisiete centros de toda España testados con la serie estándar. Se incluyeron en este trabajo todos los pacientes estudiados consecutivamente con pruebas epicutáneas a lo largo de ese año natural en cada centro. Se obtuvo que los quince alérgenos más prevalentes sumaban el 85,3 % de todas las pruebas positivas, justificando el 82,7 % de las positivas con relevancia presente, y el 92,5 % de las positivas con relevancia pasada. Entre los alérgenos más frecuentes destacaron el níquel (25,30 %), que sigue siendo el más común, la mezcla de isotiazolinonas (8,37 %) y las mezclas de fragancias (7,26 %).

Los productos que utilizan este tipo de alérgenos deben identificarse para informar a los consumidores. La normativa europea obliga a declarar el uso de fragancia individual si su concentración es superior al 0,01, si es menor puede ir etiquetado como “fragancia” en término general. “Lo lógico es que si tiene una fragancia, independientemente de la concentración, esté declarado en la etiqueta”, puntualiza el especialista.

La AEDV realiza acciones específicas para informar a la población sobre la inclusión de estos alérgenos como fue el caso de “la colaboración prestada a la Asociación Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) en relación a la restricción de uso de acrilatos en las usuarias de esmalte de uñas permanente”, añade el Dr. Borrego.

Actualización del registro

La dermatitis alérgica de contacto es una afección frecuente y con una repercusión personal, social y económica importante, que requiere el desarrollo de programas de investigación clínica y epidemiológica. La Sociedad Europea de Dermatitis de Contacto (ESCD, por sus siglas en inglés) tiene un proyecto activo (European Surveillance System on Contact Allergies), cuyo objetivo es el estudio epidemiológico de la dermatitis alérgica de contacto a nivel europeo. En España, estos datos son recogidos en el Registro Español de Dermatitis de Contacto (REIDAC), que pertenece al Grupo Español de Investigación en Dermatitis de Contacto y Alergia Cutánea de la AEDV.

Este grupo es el responsable de recomendar la batería estándar española de pruebas de contacto. En base a los datos del registro de las reacciones presentadas en los enfermos tratados por los médicos del Grupo Español de Investigación en Dermatitis de Contacto y Alergia Cutánea se actualiza la serie estándar española. Estos resultados podrían contribuir también en la próxima actualización de la batería basal europea.

Por cuestiones metodológicas (superficie de la espalda), la batería estándar española debe contener unos 35 alérgenos. Por ser una batería dinámica debe actualizarse periódicamente. La inclusión o exclusión de un alérgeno concreto depende de la frecuencia con la que ha aparecido en el registro, pero también por otras razones clínicas, como puede ser cubrir una posible exposición laboral. La última actualización de la batería estándar española se hizo en 2016 y la europea en 2019.