SEN 2022 – La insólita "epidemia" de trastornos funcionales neurológicos a partir de TikTok y YouTube

  • Esther Samper
  • Cobertura de Congreso
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El síndrome de Gilles de la Tourette, que suele aparecer antes de los 10 años de edad, afecta en torno al 0,8 % de la población menor de 18 años, con una frecuencia mayor en los varones.[1] Esta dolencia, caracterizada por la presencia de tics fónicos y motores, experimentó una extraordinaria visibilidad durante la primera etapa de la pandemia (en la que predominaban los confinamientos) a través de las redes sociales de múltiples países. Usuarios de medios como TikTok y Youtube difundieron vídeos en los que experimentaban o simulaban los tics característicos del Tourette a millones de seguidores, lo que dio lugar a una "epidemia" de trastornos funcionales neurológicos por "contagio" entre la audiencia.

José Rafael Chacón, jefe de la Unidad de Neurología del Hospital Quirónsalud Infanta Luisa en Sevilla, ha expuesto en la reciente Reunión Anual de la Sociedad Española de Neurología (SEN) las características de este inusitado fenómeno generado a través de Internet. Algunos hospitales documentaron un ascenso drástico de casos de trastornos funcionales del movimiento durante la pandemia. Este fue el caso del hospital universitario Hospital de la Pitié-Salpêtrière, en París.

Antes de la irrupción de la COVID-19, un 4 % de los pacientes ingresados en la Unidad de Trastornos del Movimiento del hospital parisino sufrían trastornos funcionales del movimiento. En cambio, con la pandemia (entre febrero de 2020 y mayo de 2021) este porcentaje se duplicó, al llegar al 9 % de pacientes hospitalizados con dichos trastornos.[2] Curiosamente, las oleadas de ingresos por trastornos funcionales coincidían tras las oleadas epidémicas por la COVID-19 y los incrementos drásticos en los ingresos en las Unidades de Cuidados Intensivos (UCIs).

Al analizar las características de los 39 pacientes, se observó que la mayoría (un 64 %) eran mujeres, el 41 % sufría depresión y/o un trauma físico o psicológico pasado. En cuanto a las características de los movimientos anormales, un 44 % presentaban distonías (más de la mitad de ellas consistían en movimientos hipercinéticos paroxísticos de las cuatro extremidades), un 41 % sufría alteraciones de la marcha y un 10 % temblores.

Otro estudio que registra este fenómeno, publicado con el título "Tics de TikTok; una pandemia dentro de una pandemia", examinó con detenimiento a 28 pacientes que aparecieron mostrando tics en dicha red social entre marzo de 2020 y marzo de 2021. Los investigadores realizaron un análisis descriptivo de todas las series de vídeos de cada creador de contenido. En conjunto, este grupo de pacientes sumaba casi 36 millones de seguidores.[3]

De nuevo, la mayoría de los casos eran mujeres y la edad media era de 19 años. Los movimientos anormales más frecuentes fueron los de los brazos, a diferencia de los tics típicos que suelen darse en la cara. De media, cada minuto aparecían 29 tics en los vídeos (una frecuencia muy elevada, si se tiene en cuenta que en un síndrome de Tourette típico la media está entre 0 y 13 tics por minuto). Casi todos los tics que se grabaron eran graves y provocaban una discapacidad significativa. Un hallazgo inesperado fue que la coprolalia y las autolesiones estaban presentes en la gran mayoría de los pacientes de TikTok, cuando estos signos son infrecuentes en los trastornos típicos con tics. En cambio, ningún vídeo mostraba ecolalia, que es un signo típico en el síndrome de Tourette.

Los autores de la investigación aclaran que los tics de los usuarios de TikTok analizados son diferentes de los que se identifican en los pacientes con el síndrome de Tourette, aunque comparten muchas características con tics funcionales. "Creemos que esto es un ejemplo de enfermedad sociogénica masiva, que involucra comportamientos, emociones y condiciones que se difunden espontáneamente a través de un grupo. Un clínico moderno necesita mantenerse al día de las fuentes de redes sociales, ya que la información del contenido de los medios es esencial para tratar a los pacientes en la situación actual", concluyen los investigadores.

Chacón explica, además, que este aumento de trastornos funcionales neurológicos "se trata de dos fenómenos. Los niños adolescentes en redes sociales que simulan tener Gilles de la Tourette. Y, simultáneamente, aquellos que se contagian". El neurólogo explica que este fenómeno también se ha observado en distintos puntos de España: "Yo he visto un par de pacientes también aquí en Sevilla, que consumen estos vídeos de TikTok con pacientes, supuestamente, de Tourette o Tourettismo".

Otra investigación describió seis casos de movimientos similares a tics con un comienzo "explosivo" tras el uso de TikTok. Las seis adolescentes, con una edad media de 14,2 años, mostraban una serie de signos en el examen y la anamnesis que no coincidían con el síndrome de Tourette, sino con un trastorno neurológico funcional. Un ejemplo de ello es que no existía supresión voluntaria de los tics, un rasgo que es característico de dicho síndrome. Tampoco se daban sensaciones premonitorias justo antes de sufrir un tic (picor, carraspeo, angustia interior, sensación de presión en la cabeza, tensión...).

Todas las pacientes informaban de que habían visto a través de redes sociales a usuarios específicos antes de la aparición de los síntomas. "Nuestras series sugieren que las redes sociales podrían contribuir a la difusión de trastornos sintomáticos neurológicos funcionales de una forma en la que antes se necesitaba proximidad física".[4] El neurólogo indica que, de las seis pacientes, cuatro repiten los mismos signos que han visto en los vídeos de TikTok: "casi todas repiten de una forma muy uniforme los movimientos que han visto".

Un estudio multicéntrico desarrollado en Australia, Reino Unido, Alemania, Estados Unidos y Canadá comparó 20 pacientes con tics funcionales, que habían empezado a manifestarse de repente, con trastornos de tics primarios.[5] Existían grandes diferencias entre ambas entidades clínicas. Por ejemplo, el 95 % de los casos con tics funcionales eran mujeres (cuando en el síndrome de Tourette predominan los hombres) y la ansiedad y la depresión eran muy frecuentes en este colectivo con una frecuencia del 75 y 55 % respectivamente. La escala de puntuación para valorar la gravedad de los tics (Escala de gravedad global de tic de Yale -YGTSS-) mostraban, paradójicamente, una afectación mucho más alta en las pacientes con tics funcionales que aquellos con tics primarios.

Chacón concluye su presentación exponiendo que "es importante conocer muy bien la psicología y las manifestaciones de los tics de Tourette para abordar los cuadros funcionales psicógenos. Con las redes sociales hay un aumento de exposición de jóvenes a tics, supuestos tics y Tourette y con los confinamientos esto ha originado una epidemia preocupante lo que muestra la importancia de la educación de los jóvenes en el uso racional de las redes sociales".