SEIMC 2023 - Las enfermedades infecciosas en 2050
- Dra. Esther Samper
- Cobertura de Congreso
La batalla contra los microorganismos patógenos nunca tendrá fin para el ser humano. Como explica Anthony Fauci, exdirector del Instituto Nacional de Alergia y Enfermedades Infecciosas de Estados Unidos, en un artículo donde da una visión panorámica de las enfermedades infecciosas emergentes y reemergentes de los últimos 40 años: "No se acaba hasta que se acaba... pero nunca se acaba".[ 1]
¿Qué nos deparará el futuro en esta cuestión? En el reciente congreso de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (SEIMC) se ha presentado el libro " Las enfermedades infecciosas en 2050. Cómo serán las enfermedades infecciosas en 30 años", escrito por múltiples especialistas de dicha sociedad. El jefe del Servicio de Enfermedades Infecciosas del Hospital Universitario Virgen del Rocío, José Miguel Cisneros Herreros, fue el responsable de detallar las claves más importantes de dicho documento.
En primer lugar, los virus respiratorios seguirán siendo una de las mayores amenazas para la salud, por su potencial para provocar pandemias, como ha mostrado la crisis provocada por la COVID-19. Según estimaciones para 2050, la enfermedad provocada por el SARS-CoV-2 seguirá siendo una infección endémica en el más probable de los escenarios posibles. Por tanto, su impacto en la salud continuará siendo relevante, especialmente en la población inmunodeprimida. En cualquier caso, las mutaciones del virus y su capacidad para evadir la respuesta inmunitaria determinarán su papel futuro.
Por otro lado, los especialistas de la SEIMC predicen que la infección por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) también seguirá siendo endémica y causará sida y muertes en los países donde no tengan los recursos para acceder al tratamiento. No obstante, existe un escenario, menos probable, en el que exista la posibilidad de erradicar esta infección. En cuanto a las enfermedades de transmisión sexual, se espera que sigan en aumento, con las consecuencias para la salud que ello conlleva.
Como noticia positiva destacada, entre tantas negativas, los infectólogos anticipan que la incidencia de las infecciones por las hepatitis víricas A, B, y C vaya en descenso en las próximas décadas. Además, su erradicación podría ser posible en el mejor de los escenarios. No obstante, la hepatitis E seguirá persistiendo y existe el riesgo de emergencia de nuevos virus zoonóticos que provoquen hepatitis. En cuanto a la tuberculosis, es muy probable o probable una reducción de la incidencia y de la mortalidad por esta enfermedad para 2050.
Las predicciones sobre la malaria y otras infecciones transmitidas por artrópodos son pesimistas, especialmente para la población española. Diferentes tipos de mosquito que transmiten el paludismo y otras infecciones son ya endémicos en nuestro país, lo que ha llevado a casos de malaria y dengue autóctonos, y también brotes de meningoencefalitis por el virus del Nilo Occidental. Para 2050, es posible que puedan darse epidemias de dengue, Zika y chikungunya en el sur, centro y levante español. También es probable que ocurran nuevos brotes de infección por el virus del Nilo Occidental y existe un peligro real de reintroducción de la malaria en España. El cambio climático influirá de forma determinante en el impacto de dichas dolencias sobre la sociedad.
Las previsiones son también negativas sobre la evolución de la incidencia de las fiebres hemorrágicas virales en España. La fiebre hemorrágica Crimea-Congo ya es una infección endémica en nuestro país y se espera que su incidencia se mantenga estable o que aumente el número de casos con el tiempo. También se anticipa que en las próximas décadas se multiplique el número de brotes y de casos de filovirus (Ébola y Marburgo) en el mundo, especialmente en África.
Hasta 2050 existe una elevada probabilidad de que emerjan nuevos virus zoonóticos que tengan el potencial de provocar la enfermedad X, el nombre adoptado por la Organización Mundial de la Salud para definir una dolencia provocada por un patógeno desconocido que podría causar una grave epidemia internacional en el futuro.
En cuanto a las infecciones en pacientes inmunodeprimidos (por causas diferentes del VIH) seguirán en aumento, así como sus graves consecuencias. Por otro lado, la potencial inclusión de xenotrasplantes en la rutina clínica podría incrementar el riesgo de transmisión de virus entre especies. Además, las infecciones relacionadas con la asistencia sanitaria y biopelículas también se incrementarán en el futuro por el aumento de la asistencia sanitaria en cantidad y en complejidad y por el ascenso exponencial en el número de pacientes a los que se implanta un dispositivo.
Por último, las previsiones sobre bacterias multirresistentes son especialmente oscuras: podrían provocar en torno a 10 millones de muertes cada año para 2050 y poner en riesgo los avances de la medicina moderna (como las cirugías y los antibióticos) y causar una caída del PIB del 3,5 %.
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