Relación entre la obesidad mórbida y el deterioro cognitivo leve a través del estudio de la vista
- Carlos Sierra, PhD
- Maria Baena
- Noticias
La obesidad mórbida es una patología que representa un cada vez mayor problema de salud pública que causa importantes problemas económicos en los sistemas sanitarios, especialmente en los de los países desarrollados. Esto se debe principalmente al gran número de comorbilidades asociadas, que hace que las personas con obesidad mórbida tengan una salud muy precaria. De entre todas estas comorbilidades destaca la diabetes tipo 2, la cual se sabe que está asociada con el desarrollo de deterioro cognitivo.
La pregunta que surge de esta relación es si, por lo tanto, existe una relación entre la obesidad mórbida y la presencia de deterioro cognitivo leve. Es por ello que investigadores del Hospital Universitario Vall d’Hebron han realizado un estudio sobre el estado cognitivo de personas con obesidad mórbida, cuyos resultados fueron publicados en la revista Journal of Clinical Medicine.
La clave, la acumulación de grasa
El punto de partida de este estudio fue el hecho conocido de que la grasa es una toxina cerebral potente, “por lo que es muy razonable suponer que la obesidad mórbida supone un factor de riesgo en el deterioro cognitivo leve”, declaró la Dra. Andreea Ciudin, jefa de la Unidad de Obesidad del Hospital Universitario Vall d’Hebron e investigadora principal del grupo de Diabetes y Metabolismo de Vall d’Hebron Instituto de Investigación.
Para demostrar esta hipótesis, el grupo liderado por la Dra. Ciudin realizó un estudio sobre las capacidades cognitivas de 80 pacientes con obesidad mórbida que se habían sometido a una cirugía bariátrica para perder peso y que cumplían los criterios de inclusión: tener entre 18 y 60 años y ser capaces de leer y entender los cuestionarios a los que fueron sometidos, un test habitual de screening y el Montreal Cognitive Assessment Test (Test-MoCA). Además de estos dos test, los participantes fueron sometidos a una microperimetría de la retina, una prueba que había demostrado previamente su utilidad para analizar y monitorizar la capacidad cognitiva de pacientes con diabetes de tipo 2 menores de 65 años. Los participantes en el estudio se sometieron a todas las pruebas en dos momentos, antes y un año después de someterse a la cirugía bariátrica y los resultados obtenidos se validaron mediante su comparación con los del grupo control formado por 30 individuos sanos.
La novedad, la microperimetría retinal
La principal limitación de los test neurocognitivos para evaluar el estado cognitivo es que dependen del estado de ánimo de las personas en el momento en el que se someten a ellos. Por su parte, la microperimetría retinal, es una prueba rápida, sencilla en la que los pacientes tienen que apretar botones en función de las luces que aparecen y desaparecen en una pantalla. Esta es una herramienta ampliamente utilizada para diagnosticar y monitorizar trastornos cognitivos en pacientes con diabetes de tipo 2 y que ahora ha sido usada por primera vez por los investigadores de Vall d´Hebron con el mismo propósito en personas con obesidad mórbida.
Para ello, se basaron en el hecho conocido de que los mecanismos por los cuales la obesidad mórbida induce el deterioro cognitivo son parecidos a los de pacientes con diabetes de tipo 2 que es la resistencia a la insulina, la cual puede cuantificarse mediante la microperimetría retinal.
Esta técnica evalúa dos parámetros independientes: la sensibilidad de la retina, que se relaciona con la neurodegeneración, y la fijación de la mirada, que depende de los circuitos complejos de la sustancia blanca cerebral. Las personas con obesidad mórbida presentaron una alteración en la hora de fijar la mirada, correlacionada con la resistencia a insulina, pero no en la sensibilidad de la retina, a diferencia de los pacientes con diabetes de tipo 2, que presentan alteraciones de los dos parámetros. Por ello, los investigadores afirmaron que en la alteración de la fijación de la mirada jugaría un papel fundamental la afectación de la sustancia blanca y no tanto una neurodegeneración como el principal nexo entre la obesidad y el deterioro cognitivo.
Conclusiones y pasos futuros
Los resultados mostraron que las personas con obesidad mórbida lograron una reducción de peso significativa un año después de pasar por quirófano, así como una mejoraría en la puntuación global del test de memoria. Sin embargo, también se detectó un empeoramiento en la capacidad de fijar la atención y en la función ejecutiva visuoespacial, así como los parámetros de la fijación de la mirada de la microperimetría. Una posible explicación a estos resultados es que “varias áreas del cerebro respondan de manera diferente a los cambios inducidos por la cirugía bariátrica durante el primer año”, argumentó la Dra. Ciudin. Sin embargo, “este trabajo fue solamente un estudio piloto, por lo cual son necesarios nuevos estudios para profundizar en la relación entre la obesidad y el deterioro cognitivo y poder así comprender el impacto de las diferentes estrategias complementarias existentes para perder peso (dieta, fármacos, cirugía bariátrica), y poder ofrecer al paciente, en un futuro a medio plazo, una atención personalizada, así como la mejor opción terapéutica en función de sus características personales”, concluyó la directora del estudio.
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