¿Qué tan seguro es el parto en casa?

  • Andrea Jiménez

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La Federación de Asociaciones de Matronas de España (FAME) acaba de publicar una guía con recomendaciones sobre la atención al parto en casa, un manual que tiene como objetivo ayudar a las matronas en la atención a las mujeres que quieran tener un parto en el domicilio.

Para Elena Casado, médico anestesióloga en el Hospital Universitario Francesc de Borja de Gandía, la guía omite una información que debería atravesar todo el contenido de la publicación. “Y es que olvida decir que la hospitalización del parto ha disminuido drásticamente la mortalidad materna. La Organización Mundial de la Salud (OMS) alerta de que cada día mueren 830 mujeres por complicaciones del embarazo y el parto”, detalla.

De acuerdo con esta especialista, uno de los mayores factores previos a la hospitalización del parto ligados a la mortalidad materna son las hemorragias. “Por mucho que se afirme que el embarazo es un proceso fisiológicamente natural, tener un parto en casa, sobre todo cuando no hay controles pertinentes, entraña muchos peligros. Puede haber riesgos por complicaciones placentarias o por el prolapso de cordón, entre muchos otros accidentes. E incluso un embarazo sano puede derivar en una hemorragia importante”, manifiesta. 

Como explica Casado, “la OMS señala que sin tratamiento una hemorragia grave puede desembocar en muerte materna en dos horas. Y ese lapso ya me parece mucho, el ritmo del sangrado de una hemorragia ginecológica es muy alto. En cuestión de minutos se puede perder hasta 3 litros de sangre. Y en los estudios citados hay datos como que las mujeres que parieron en casa necesitaron transfusiones”.

Otra cuestión controvertida del documento para la especialista es que “tampoco menciona que la OMS habla de parto de bajo riesgo en base a los resultados del parto, no a los antecedentes de la embarazada, dos conceptos distintos que se asimilan como si se tratara de la misma cuestión”. 

Partos normales o cesáreas 

La guía, que conglomera un extenso trabajo con recomendaciones y donde se identifican los aspectos más relevantes sobre la atención del parto en casa y su manejo clínico, incluye revisiones sistemáticas con una gran variedad de estudios de cohortes y descriptivos con el de fin aportar la evidencia sobre los buenos resultados maternos y neonatales de partos realizados en casa. “No obstante, en las investigaciones citadas no se reflejan las verdaderas complicaciones de estos”, opina Casado.

El estudio más reciente al que se hace referencia en el documento de la FAME, publicado en 2020, analizó los resultados de 16 estudios de cohortes originales con datos maternos e intervenciones de aproximadamente 500.000 partos atendidos en el domicilio entre 1996 y 2017. Según expone la guía, este metanálisis encontró que “en entornos donde el parto en casa está integrado en el sistema de salud, las mujeres que tenían la intención de dar a luz en casa en comparación con las que planeaban un parto en el hospital tenían un 40 % menos probabilidades de dar a luz por cesárea”. Tanto el trabajo anterior como el resto citados sustentan, de acuerdo con la FAME, que “las mujeres que planeaban partos en casa tenían mayor probabilidad de tener partos normales que en un entorno hospitalario”. “La cuestión es que, si un parto en casa requiere de cesárea, se derivará al hospital y, por lo tanto, no van a contar estadísticamente”, puntualiza Casado, para quien el anterior problema “se repite con otros aspectos de la guía que distorsionan la realidad”.

Otro estudio de cohortes retrospectivo que menciona la guía, realizado en el estado de Oregón (Estados Unidos), comparó los resultados de dos cohortes de mujeres con partos simples en cefálica y encontró que el parto planificado fuera del hospital se mantuvo fuertemente asociado con la disminución de las probabilidades de inducción de parto por cesárea y mayores probabilidades de parto vaginal eutócico. “En los trabajos mencionados no se pueden leer las verdaderas complicaciones porque se excluyen los traslados a mitad del proceso y se contabilizan como problemas en el hospital”, argumenta Casado y destaca que, en el estudio, además, las probabilidades de transfusiones de sangre aumentaron entre las mujeres que habían planificado el parto domiciliario. “Recordemos que  como ya mencionaba, la hemorragia es la principal causa de muerte materna relacionada con el parto”, manifiesta la especialista del Hospital de Gandía.

Traslados del domicilio al hospital de referencia

Uno de los apartados más interesantes de la nueva guía incluye estudios que han analizado los resultados maternos y neonatales del parto en casa planificado y que describen las necesidades de traslado. 

Un estudio descriptivo de los resultados maternos y perinatales de los partos atendidos en el domicilio en Estados Unidos entre 2004 y 2010, que incluyó a 16.924 mujeres, encontró una tasa de transferencia intraparto en mujeres nulíparas del 22,9 % y del 7,5 % en multíparas,  y una tasa de transferencia postparto del 1,5 %. La tasa de transferencia para los recién nacidos fue del 0,9 %, de los cuales el 44,3 % tenían una Apgar < 7 a los 5 minutos de vida y un 75,2 % requirió ingreso en UCI en las primeras seis semanas de vida.  Como puntualiza Casado, “se menciona que el que 1,5 de cada 100 niños tenían un Apgar menor de 7 al nacer”. Esta prueba consiste en un examen rápido que se realiza al primer y quinto minuto después del nacimiento del bebé. Mientras que el puntaje en el minuto 1 determina qué tan bien toleró el bebé el proceso de nacimiento, el que se realiza al minuto 5 indica qué tan bien está evolucionando el bebé por fuera del vientre materno. “Un Apgar por debajo de 7 es preocupante y parece que a esto no le dan importancia”, declara la anestesista.

“El total de traslados de mujeres en el estudio descriptivo MANA que cita el documento fue del 10,9 %, mientras que en otro llevado a cabo en Inglaterra los porcentajes fueron mucho más elevados llegando al 36-45 % en mujeres primerizas y al 9-13 % en mujeres multíparas. Por otro lado, un estudio llevado a cabo en Cataluña el porcentaje total de mujeres con traslado al hospital durante o después del parto fue del 14,4 %. A mí estos datos me parecen una barbaridad”, declara Casado.

Entre las recomendaciones de la FAME en la atención al parto destacan, entre otras, realizar un análisis de orina al inicio del parto, mantener un registro intermitente de la frecuencia cardiaca fetal o controlar frecuencia cardiaca y temperatura materna. “¿Pero, hasta qué punto se puede monitorizar estos indicadores en el domicilio? Si no se lleva un registro bastante regular de la frecuencia cardiaca fetal, que es por lo que el obstetra o ginecólogo acaba indicando una cesárea, el bebé puede sufrir hipoxia, puede haber prolapso de cordón o sufrimiento fetal y otras complicaciones. Aunque en el momento no se vea, el bebé puede nacer con secuelas a largo plazo”, apunta la especialista. “Y los estudios prospectivos no llevan a cabo la evolución del recién nacido”, añade.

De acuerdo con Casado, “la guía incide en la necesidad de que la mujer pueda elegir parir en casa sin previsión expresa de complicaciones, aunque aporta la gran cantidad de riesgos espontáneos que pueden suceder. El parto ha de ser respetado y humano, como cualquier interacción médica. Pero no es un momento místico ni sobrenatural. Es un proceso fisiológico de mucha vulnerabilidad y riesgo para dos vidas. Y parece que la mujer tendría que poder asumir algunos riesgos que se resolverían en un parto hospitalizado”, concluye.