¿Puedo usar una Raspberry Pi para una necesidad médica?
- Santiago Cervera
- Salud Digital
La Raspberry Pi es una placa de procesamiento informático de pequeñas dimensiones y propósito general, esto es, que puede ser empleada mediante programación para una gran cantidad de usos diferentes. Como tal producto, se comenzó a comercializar en febrero de 2012, seis años después de que se planteara como proyecto colaborativo. La idea era poder hacer llegar la informática a todo tipo de usuarios, mediante un sistema de procesador y comunicación baratísimo, pero suficientemente capacitado para hacer las tareas más comunes que cualquier ordenador puede desarrollar.
Este pequeño sistema se concibe como un instrumento abierto a la creatividad, y por eso tiene tantas aplicaciones como quieran sus usuarios. Para empezar, se utiliza en el ámbito educativo para la enseñanza de la programación, o para utilizarlo como taller, por ejemplo, implementando en él el control de pequeños juguetes animados. Pero también es un instrumento que puede servir para la creatividad en el desarrollo de cualquier sistema que necesite una gestión informatizada. Los ejemplos son infinitos.
Como tal placa, la Raspberry Pi ha ido evolucionando con los años, pero sin perder ese carácter versátil y económico que le da sentido. La primera unidad tenía 256 MB de memoria RAM y un procesador a 700 MHz, junto con un conector de 26 pines GPIO y una salida de video por HDMI o RCA, además de un conector de 3.5 mm para el audio. El primer modelo carecía de puerto Ethernet, y su precio era de 40 euros. A partir de ahí fue evolucionando en capacidad de proceso, puertos y conectividad. Lo que se ha mantenido estable es su rango de precios, aunque también ha crecido mucho el mercado de adaptadores y complementos de mejora que pueden adquirise por separado.
El proyecto Raspberry Pi depende de una fundación, que es la que establece el estándar de los sucesivos modelos y la que moviliza la comunidad de desarrolladores y usuarios. Junto a ella hay una organización estrictamente comercial, Raspberry Pi Limited, que además de vender hardware ofrece diseño, desarrollo y soporte a profesionales y empresas. El sistema operativo bajo el que trabaja el aparato es de código abierto, basado en Linux y denominado Raspbian, diseñado para aprovechar lo mejor posible el hardware de este microordenador.
Pero además de Raspbian, existen otros muchos sistemas que se han desarrollado para que Raspberry Pi se pueda programar con fines más específicos, como centros multimedia, emuladores de máquinas recreativas, control remoto de dispositivos, etc. Se cree que Raspberry Pi es hoy en día la tercera plataforma informática de uso general más vendida, después de Mac y PC.
Utilidades.
Sola o en compañía de sus accesorios y periféricos, la Raspberry Pi puede encargarse de hacer muchísimas cosas. Seguramente, poner ejemplos de ello es describir únicamente una mínima parte de sus posibilidades. Desde animar un juguete hasta gestionar el tráfico de una red de telecomunicaciones. Pueden citarse casos habituales de uso como la conexión de cámaras, sintonizadores de audio o vídeo, control de pantallas táctiles, gestión de flujos de información o dispositivos remotos, módulos Wi-Fi, etc. Es capaz de actuar como servidor web, manejar videoconferencias y trasegar información hacia la nube.
Puede actuar como un sistema empotrado, por su pequeño tamaño, y de esta manera constituirse en el núcleo operativo de un dispositivo con casi cualquier tipo de diseño. También puede realizar las tareas más comunes de un ordenador, incluyendo la interacción con Internet, consultar sistemas de mensajería, reproducir archivos multimedia, usar las aplicaciones de mensajería instantánea, etc. Todo, en un tamaño muy reducido y con un coste muy inferior a cualquier otro ordenador de escritorio.

Algunas de las utilidades más diversas que se pueden encontrar referenciadas en numerosas páginas web incluyen medidores de la calidad del aire (asociándolo a sensores de partículas), sistemas de riego de plantas (mediante la gestión coordinada de sensores y válvulas de flujo), redes neuronales para calibrar la madurez de las frutas de una plantación, domótica ampliada, gestión de sistemas de seguridad, acceso a VPNs o servidores DNS, repetidor de señales wifi, máquinas expendedoras, control de impresoras 3D o controladores de servidores cloud y multimedia. Hay ilimitadas aplicaciones, tantas como establezca la creatividad de sus usuarios.
¿Y en el campo médico?
El uso de Raspberry Pi en el campo médico puede facilitar la creación de sistemas originales de gestión de dispositivos de control de variables que en algunos casos pueden estar vinculados a proyectos de investigación o innovación. Los defensores de esta alternativa basada en el “hágalo usted mismo” dicen que este humilde aparato tiene grandes ventajas. Entre ellas, un ciclo de vida del producto estable y predecible, en la seguridad de que mejora su rendimiento y capacidad, pero no de manera inesperada o descontrolada, y siempre con precios contenidos. Además, cuenta con una comunidad de usuarios que prestan apoyo y soporte en el desarrollo de hardware y software, y constituye un estándar solvente gracias a su enorme difusión y experiencia acumulada.
Pero, ¿qué casos de uso podrían desarrollarse en el ámbito sanitario? La mayoría de ellos responden a la necesidad de innovar en métodos diagnósticos que se basen en un dispositivo de medida, o gestionar de una forma más específica aparatos médicos existentes. Es decir, idear maneras en las que se pueda aplicar el procesamiento informático a necesidades que no hayan sido todavía resultas o siquiera planteadas por la industria.
Un ejemplo es el HealthyPi V3 para Raspberry Pi, un sistema que integra en un único espacio de manejo de datos el control del electrocardiograma (ECG), registros de fotopletismografía, la medida del flujo sanguíneo periférico y la frecuencia respiratoria, entre otros. Todo ello se organiza en torno a un monitor de signos vitales que puede mostrar datos localmente o enviarlos remotamente. Programado en código abierto, permite crecer en funcionalidad según avancen las necesidades.
Otro ejemplo reciente es el diseño de un robot inteligente que puede usarse para el transporte de objetos o materiales dentro de los hospitales, o para ayudar a los pacientes a encontrar los servicios dentro del edificio, como ha descrito un grupo de ingenieros chinos.
También se ha utilizado Raspberry Pi como el núcleo de procesamiento de sistemas para el control remoto de pacientes que vivan en áreas remotas, como describen en este artículo un grupo de tecnólogos y sanitarios de India.
En los últimos años han surgido algunas empresas especializadas en desarrollar soluciones originales para el ámbito médico, basadas en esta placa, y de acuerdo con necesidades sanitarias percibidas pero que no estén suficientemente resueltas, o en las que se quiera ser más eficiente y escalable. Una de ellas es la británica EGTechnology, que tiene en su porfolio sistemas para el diagnóstico de la agudeza visual, control de incubadoras o tele-dermatología, entre otros. Raspberry Pi lo hace posible.
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