¿Priva la cesárea al recién nacido de la microbiota materna?

  • Elena Riboldi
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Si se da a luz por cesárea, ¿estará el recién nacido en desventaja porque no recibirá la microbiota de su madre? Se ha insistido tanto en la importancia de los microorganismos que nos colonizan (no solo en el ámbito médico, sino también en los medios de comunicación) que es legítimo plantearse esta pregunta. Los resultados de un estudio recién publicado en la revista Cell Host & Microbe tranquilizan: la transmisión materno-neonatal de la microbiota es redundante, por lo que también se produce en los niños nacidos por cesárea, para quienes la lactancia materna reviste especial importancia.

¿De dónde procede la microbiota?

Durante el parto vaginal, el bebé está expuesto a la microbiota intestinal y vaginal de la madre, que se considera la fuente principal de la microbiota del bebé. La ciencia ha demostrado una transmisión alterada de cepas de bifidobacterias y bacteroides consideradas beneficiosas para la salud en los bebés nacidos por cesárea, presumiblemente debido a la falta de "inoculación" de la microbiota fecal materna y al uso de antibióticos durante el parto quirúrgico. 

Sin embargo, hay que señalar que no solo existe la microbiota intestinal y que los microorganismos que residen en otros nichos, como la piel o las vías respiratorias, también desempeñan un papel importante en la salud de un individuo. Por tanto, esas mismas comunidades microbianas podrían contribuir a la génesis de la microbiota neonatal, y eso es exactamente lo que investigadores holandeses se pusieron a estudiar.

El 60% procede de la madre

En el estudio participaron 120 mujeres y sus bebés, algunos nacidos por parto natural y otros por cesárea. Se analizaron seis microbiota maternas (tomando muestras vaginales, cutáneas, nasofaríngeas, salivales y fecales a las 35 semanas de gestación y 2 semanas después del parto, y muestras de leche 1 semana, 2 semanas y 1 mes después del parto) y cuatro muestras neonatales (analizando muestras nasofaríngeas, salivales, fecales y cutáneas tomadas en cinco ocasiones diferentes durante el primer mes de vida, a partir de dos horas después del nacimiento).

Los análisis de las más de 2.350 muestras revelaron que el 58,5 % de la microbiota infantil era atribuible a alguna de las comunidades microbianas maternas. Las heces maternas desempeñaron un papel especialmente importante en el desarrollo de la microbiota fecal de los bebés nacidos por vía vaginal, que estaba enriquecida en bifidobacterias. La microbiota vaginal contribuyó a la composición de la microbiota infantil tanto en los partos vaginales como en los partos por cesárea realizados después del inicio del parto, y mucho menos en los partos por cesárea realizados antes del inicio del parto.

La importante contribución de la leche

"Otra fuente importante de la microbiota del lactante fue la microbiota de la leche materna, que contribuyó fuertemente a los cuatro nichos estudiados en el lactante", señalaron los autores del estudio. "Comparando los bebés nacidos por cesárea con los nacidos por parto vaginal, vimos que el impacto de la leche era significativamente mayor en los bebés nacidos por cesárea. Por el contrario, encontramos una menor contribución de la microbiota fecal materna a la microbiota fecal en los niños nacidos por cesárea. Nuestra creencia es que la falta de exposición a la microbiota fecal durante el parto puede permitir la colonización de una microbiota beneficiosa para la salud a partir de la microbiota de la leche materna".

En conclusión, la adquisición de microbiota no solo depende de la exposición a la microbiota fecal materna, sino que existen vías alternativas. Por tanto, la menor transmisión de microbiota fecal en el parto por cesárea puede compensarse con otros nichos. Los autores del estudio desean proseguir la investigación para comprender de dónde procede el 40 % restante de la microbiota del lactante, evaluando la posible contribución de los miembros de la familia que cohabitan (padre, hermanos/hermanas) y la del lugar de nacimiento (domicilio u hospital).

Este contenido fue  publicado originalmente en Univadis Italia.