¿Podría la Mona Lisa haber padecido alopecia areata?
- Prof. Dr. Günter Burg
Oculto tras la enigmática sonrisa de la Mona Lisa, encontramos un detalle que los ojos más observadores no pueden pasar por alto: en su bello rostro faltan las cejas y las pestañas. Es posible que Leonardo da Vinci retratara sin querer una enfermedad dermatológica en su cuadro más famoso: la alopecia areata.
Leonardo da Vinci nació el 15 de abril de 1452 como hijo ilegítimo del notario Ser Piero da Vinci y la campesina Catarina, cerca de Vinci, en la Toscana. Junto con Sandro Boticelli (y otros alumnos), fue aprendiz de joven del maestro Andrea de Verrocchio y se convirtió en el pintor y escultor más famoso del Renacimiento, y probablemente de todos los tiempos.
Leonardo Da Vinci era a la vez ingeniero e inventor y, al parecer, tenía excelentes conocimientos de anatomía humana. También era un visionario excéntrico y posiblemente homosexual, auqnue fue absuelto de la sospecha de sodomía.
Las representaciones del artista, que vivió en Florencia, Milán y Roma, son escasas. Su alumno Francesco Melzi lo retrató probablemente en 1510 en un dibujo con barba y pelo suelto. Da Vinci murió el 2 de mayo de 1519, a la edad de 67 años, en el castillo de Cloux, en Amboise (Francia), lugar al que se había trasladado en 1516 por invitación del rey Francisco I de Francia.
El retrato más famoso de la historia del arte
Oculta tras la enigmática sonrisa de la Mona (Madonna) Lisa La Gioconda hay un detalle que no puede pasar desapercibido para los más observadores: sufre una pérdida de pelo, aunque sea circunscrita. Le faltan las cejas y las pestañas.
Existen tres versiones de este retrato, probablemente el más famoso de la historia del arte. En el Louvre de París cuelga detrás de una vitrina protectora el original de Leonardo Da Vinci. En el Museo del Prado en Madrid, podemos encontrar una Mona Lisa de la escuela de Da Vinci y una tercera versión, posiblemente un estudio anterior de la versión del Louvre realizado por el propio Da Vinci, está en manos privadas.
Las tres versiones difieren esencialmente en sus fondos, pero por lo demás muestran el mismo hallazgo de alopecia areata.
Lisa di Noldo Gerardini: la Mona Lisa
La Mona Lisa, cuyo nombre era Lisa di Noldo Gerardini (1479-1542), nació en Florencia. En 1495, a la edad de 15 años, se casó con el treintañero Francesco Del Giocondo, convirtiéndose en su tercera esposa.
Francesco la amaba profundamente y encargó a Leonardo Da Vinci un retrato de su esposa. Da Vinci aceptó el encargo, pero le costó completarlo y conservó el cuadro (con la intención de perfeccionarlo aún más) en su poder. Como Francesco Del Giocondo murió de peste en 1538 a la edad de 73 años, nunca llegó a sus manos, sino que viajó con Da Vinci a Francia, donde el rey Francisco I lo compró.
Tras la muerte de su marido, Lisa se trasladó al monasterio de Sant'Orsola, donde su hija Marietta trabajaba como monja desde 1521 con el nombre de Sor Ludovica. Lisa murió en 1542 a la edad de 63 años.
Especulaciones sobre la falta de cejas
Otros retratos femeninos de Da Vinci (como la Dama del armiño, el retrato de Ginebra de Benci o La Belle Ferronnière) muestran unas cejas bien definidas, dando pie a la especulación del por qué de la ausencia de cejas y pestañas en la Gioconda.
O bien el cuadro de la Gioconda aún no estaba terminado cuando lo compró Francisco I, o bien la Lisa retratada se había depilado las cejas -pero desde luego no las pestañas- anticipándose a las convenciones de la moda moderna y había olvidado volver a pintarlas. Sin embargo, es posible que sufriera de alopecia areata y que su marido Francesco los hiciera pintar rápidamente antes de que los demás pelos se cayeran también.
El ingeniero e inventor francés Pascal Cotte presentó otra explicación. Examinó la foto con una cámara de alta resolución bajo un amplio espectro de luz y supuestamente encontró pruebas de la existencia de un pelo por encima de la ceja izquierda. Por ello, Cotte sospecha que los pelos presentes originalmente pueden haber sido víctimas de un riguroso trabajo de restauración.
Otro rasgo llamativo en las tres imágenes de la Mona Lisa es una protuberancia por encima del hueso metacarpiano de la mano derecha, cerca del pulgar, que podría ser un lipoma. Además, hay una pequeña elevación en el flanco de la nariz, en la esquina izquierda del ojo de la bella Mona Lisa, que es muy probable que se interprete como un nevus.
La alopecia areata en los cuadros de Goya
Una buena representación de la alopecia areata la podemos encontrar en un niño pequeño en el margen izquierdo del cuadro La Boda( 1791/1792) de Francisco José de Goya y Luciente (1746-1828). El cuadro cuelga hoy en el Museo del Prado de Madrid.
La alopecia areata afecta al 0,1 % de la población. Se trata de una pérdida de pelo focal, en múltiples localizaciones o extensa que lleva a la pérdida de todo el pelo de la cabeza (alopecia total) o/y del cuerpo (alopecia universal), confluente, no inflamatoria y no cicatricial. Ocasionalmente, también aparecen alteraciones en el crecimiento de las uñas o pérdida de las mismas. Estos cambios son la expresión de un proceso autoinmune con infiltrado linfocítico (linfocitos T citotóxicos) en los alrededores del folículo piloso. Existen asociaciones con otras enfermedades (auto)inmunes, como la atopia y con el síndrome de Down. Los cambios son especialmente notables en la zona de la cabeza, la región de la barba o en las zonas del cuerpo con mucho vello.
Es importante diferenciar el diagnóstico de la alopecia específica areolar, que puede aparecer en la fase secundaria de la sífilis y requiere la realización de estudios serológicos. También está indicado un examen micológico del material escamoso de la zona sin pelo. Las tres versiones del cuadro difieren esencialmente en sus distintos fondos, pero por lo demás muestran el mismo hallazgo de alopecia areata.
Ni Leonardo Da Vinci ni Francesco Goya podían tener una explicación para lo que veían, o más bien para lo que no veían, y sin embargo con la alteración del crecimiento del cabello reprodujeron un hallazgo que hoy se consideraría muy llamativo.
A pesar de los siglos transcurridos debemos admitir que la medicina moderna aún no ha encontrado una terapia eficaz y fiable, y que la esperanza en los pacientes afectados de alopecia areata se sustenta esencialmente en la reversibilidad espontánea.
Este contenido fue publicado originalmente en Coloquio, parte de la Red Profesional de Medscape.
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