Platos sanos, planeta sano: la revolución de los entornos alimentarios en Europa

  • Drishti Agarwal
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A menudo se culpa a los consumidores de elegir mal los alimentos. Pero cada vez hay más pruebas que demuestran que, en realidad, las elecciones individuales están determinadas por su entorno alimentario. Estos entornos se forman como resultado de la interacción del consumidor con los sistemas alimentarios dentro de contextos físicos, económicos, políticos y socioculturales que afectan a sus decisiones sobre la adquisición, preparación y consumo de alimentos. Esto implica que una serie de factores que escapan al control individual, como los omnipresentes anuncios en las vallas publicitarias, la selección de productos en los supermercados locales y las tentadoras promociones y descuentos ofrecidos por los minoristas, desempeñan un complejo papel en la toma de decisiones. Los entornos alimentarios actuales no priorizan sistemáticamente las opciones sanas y sostenibles, lo que dificulta la elección inteligente de los consumidores.

Eurogroup for Animals, la Organización Europea de Consumidores (BEUC) y la Alianza Europea para la Salud Pública han puesto en marcha un proyecto, denominado Put Change on the Menu (Cambia el menú), cuyo objetivo es abogar por entornos alimentarios que promuevan activamente dietas sanas y sostenibles, haciendo hincapié en la reducción del consumo de productos animales. 

Su nuevo informe La ilusión de poder elegir - Por qué alguien ya ha decidido lo que vas a comer (The illusion of choice - Why someone already decided what you will eat for lunch), ofrece ejemplos concretos de cómo los entornos alimentarios influyen significativamente en las dietas de los consumidores. 

Junto con este informe, se ha publicado una nueva revisión de pruebas realizada por SAPEA, una asamblea de científicos independientes que asesoran a la Comisión Europea, en la que se afirman las importantes influencias que determinan las elecciones dietéticas de los consumidores.

"Los ciudadanos europeos quieren comer alimentos que garanticen el bienestar de los animales", declaró Reineke Hameleers, Director Ejecutivo de Eurogroup for Animals, durante un acto organizado por el grupo el 28 de junio. "Sin embargo, a menudo no son los alimentos de mayor bienestar o basados en plantas los que les llaman la atención de las vallas publicitarias o las estanterías de los supermercados, sino los productos animales industriales poco sostenibles. Esto tiene que cambiar".

La Comisión Europea tiene previsto presentar este otoño una propuesta de marco legislativo para los sistemas alimentarios sostenibles (FSFS). La iniciativa es un componente clave de la Estrategia " de la granja a la mesa", el proyecto de alimentación y agricultura sostenibles de la Unión Europea publicado en 2020, que pone de relieve que la ingesta media de energía, carne roja, carne procesada, azúcares, sal y grasas sigue superando las recomendaciones, mientras que el consumo de cereales integrales, frutas, verduras, legumbres y frutos secos se queda atrás. 

"¿Por qué a menudo cuesta más comprar fruta que una bolsa de snacks poco saludables?", se pregunta Monique Goyens, directora general de la BEUC, y añade que "los supermercados deben dejar de ofrecer ofertas que nos empujan hacia productos alimenticios y bebidas que necesitamos consumir menos y, en su lugar, orientar las promociones de precios para apoyar dietas más sanas y ecológicas."

Cambia el menú pretende garantizar que las opciones alimentarias sanas y sostenibles cumplan unos criterios específicos:

  • Son la opción más accesible económicamente: los precios de los alimentos deben fomentar una transición hacia dietas que incluyan más frutas, verduras y legumbres, al tiempo que se reduce el consumo de alimentos de origen animal de forma responsable. Los minoristas deben estar obligados a ajustar sus estrategias de precios y promoción para que los alimentos nutritivos y sostenibles sean más asequibles. Además, los gobiernos deben aplicar medidas fiscales y subvenciones para aumentar el acceso a los los alimentos sanos y sostenibles.
  • Son fácilmente accesibles y apetecibles: los minoristas deben mejorar la accesibilidad y el atractivo de las opciones alimentarias saludables y sostenibles, al tiempo que limitan la promoción y colocación de productos poco saludables. Los gobiernos deberían establecer objetivos a nivel nacional para aumentar el porcentaje de ventas de los supermercados derivadas de alimentos sanos y sostenibles.
  • Reciben el mayor nivel de marketing y promoción: la Unión Europea debe aplicar normativas, incluida la prohibición, sobre la comercialización de alimentos poco saludables dirigida a menores de 18 años. A la hora de promocionar sus propios productos agrícolas, la Unión Europea debe asegurarse de que sus políticas se ajustan a las guías de alimentación sana y solo respaldan los productos que son beneficiosos para que los europeos los consuman en mayores cantidades.
  • Son cómodos para comer fuera: las cadenas de servicios de comida y bebida, así como las plataformas de reparto de comidas, deberían estar obligadas a mostrar información sobre calorías en los menús y ajustar sus ofertas para alinearlas con las recomendaciones para una alimentación saludable y sostenible.
  • Son la opción por defecto en la contratación pública: deben introducirse normativas obligatorias que garanticen que la contratación pública de alimentos sostenibles abarque las dimensiones medioambiental, sociosanitaria (incluido el bienestar animal) y económica. Los Estados miembros deberían revisar sus guías dietéticas basadas en los alimentos para incorporar la sostenibilidad. 
  • Son saludables y más sostenibles por diseño: la Unión Europea debe fomentar la reformulación de los alimentos procesados mediante la aplicación de límites máximos para determinados nutrientes, como las grasas saturadas, los azúcares añadidos y la sal. Para mejorar la disponibilidad de alimentos de origen animal de mayor calidad, la Unión Europea debe mejorar y aplicar normas coherentes de bienestar de los animales de granja, incluso a los productos importados.

"En la Unión Europea estamos dispuestos a asumir la responsabilidad de intentar establecer un marco mejor y actuar sobre los factores clave y los catalizadores. Pero obviamente necesitamos que la sociedad civil y los gobiernos se conciencien", dijo Claire Bury, Directora General Adjunta de Sostenibilidad Alimentaria de la Comisión Europea.

El informe destaca que las entidades privadas y públicas ya están dando ejemplo. Sin embargo, queda mucho por hacer para promover dietas más sanas, predominantemente vegetales, y que incluyan menos y mejores alimentos de origen animal.

Este contenido fue publicado originalmente en Univadis.com