Participar en actos culturales es bueno para el corazón

  • Paolo Spriano
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En los últimos años se han acumulado pruebas del efecto beneficioso del tiempo libre sobre la salud[1] y de cómo la estimulación cultural de un individuo puede tener efectos específicos sobre los determinantes relativos de la salud similares a los que se consiguen con el simple ejercicio.[2

Además, las pruebas procedentes de ensayos clínicos aleatorizados apoyan la promoción y facilitación de estilos de vida culturalmente comprometidos como esenciales para la longevidad.[3] Sin embargo, hasta la fecha no se ha definido la relación causal entre las actividades culturales y las causas más comunes de mortalidad.[4] Esto también se debe a que los factores de riesgo suelen variar con el tiempo y pueden haber actuado como factores de confusión residuales en los estudios epidemiológicos realizados en el pasado sobre diseños tradicionales.

Modelos de análisis de supervivencia

Los métodos estándar para el análisis de supervivencia, como el modelo de Cox dependiente del tiempo, pueden producir estimaciones sesgadas cuando existen factores de confusión dependientes del tiempo que a su vez están influidos por tratamientos o exposiciones anteriores. Los modelos estructurales marginales son una clase de modelos causales cuyos parámetros se estiman mediante la ponderación probabilística inversa del tratamiento. Estos modelos permiten un ajuste adecuado de los factores de confusión.[5

El modelo estructural marginal de COX (MSD-COX) permite estimar el efecto causal medio del tratamiento a partir de datos observacionales similares a los de los ensayos controlados aleatorizados para minimizar el riesgo de confusión residual y algunas formas de sesgo de selección. 

Un grupo de investigadores suecos empleó el modelo MSD-COX para evaluar la posible asociación causal entre la participación en eventos culturales y la cardiopatía coronaria[6], la principal causa de mortalidad en todo el mundo.[4]

Exposición a acontecimientos culturales y riesgo de cardiopatía coronaria

Un estudio longitudinal observacional sueco analizó una población de 3.296 individuos tomando datos de tres mediciones distintas a intervalos de ocho años durante un periodo de 36 años.[6] Solo se incluyeron en el análisis sujetos con tres mediciones y sin diagnóstico previo de cardiopatía coronaria al inicio del estudio.

El resultado se entendió como el índice de visitas (de nunca a todas las semanas o más a menudo) a galerías de arte y museos, cines, conciertos, conferencias y teatros. Para definir el nivel de exposición cultural a lo largo de los tres periodos de medición, se calculó un índice de frecuencia cultural estratificando cada una de las tres mediciones por separado en el nivel más bajo (25 %, cuartil 1), medio (50 %, cuartiles 2-3) o más alto (25 %, cuartil 4) de exposición cultural.

Los participantes con el nivel más bajo de exposición cultural presentaron la mayor tasa de incidencia de cardiopatía coronaria. 

Los sujetos con un nivel alto de exposición cultural presentaron una reducción del riesgo de cardiopatía coronaria de aproximadamente el 34 % en comparación con los que tenían el nivel más bajo de exposición cultural.

Así pues, la estimación del efecto causal mediante MSD-Cox sugirió un gradiente de disminución de las tasas de incidencia de cardiopatía coronaria entre los adultos cuando aumentaba la exposición cultural.

Algunas preguntas sin respuesta

Los autores subrayan que la posible asociación causal entre la participación en actividades culturales durante el tiempo de ocio y la cardiopatía coronaria sigue siendo compleja, ya que incluye factores ambientales que pueden influir en los mecanismos epigenéticos relacionados con las enfermedades cardiovasculares y la diabetes de tipo 2. 

A partir del análisis de los resultados, no fue posible verificar si se cumplían todas las hipótesis para una interpretación causal, una limitación debida también a la falta de información diversa sobre los factores de riesgo más importantes de la cardiopatía coronaria (por ejemplo, dislipidemia, obesidad, riesgo familiar y diabetes mellitus). Quedan varias preguntas sin respuesta para futuras investigaciones, como: el nivel óptimo de exposición cultural para el riesgo de cardiopatía coronaria, qué tipos de actos culturales tienen el efecto más beneficioso y cuál es la combinación ideal de actos culturales a los que asistir.  

No obstante, es relevante haber constatado que quienes participaban en más actividades culturales tenían menos probabilidades de padecer cardiopatías coronarias, un hallazgo que demuestra lo importante que puede ser una disponibilidad constante de recursos culturales en la vida de las personas.

Este contenido fue publicado originalmente en Univadis Italia.