Pacientes con cáncer avanzado durante la pandemia de la COVID-19: malestar emocional, resiliencia y papel de la espiritualidad

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Los pacientes con cáncer son un grupo de alto riesgo de COVID-19 grave por el estado de inmunosupresión que presentan, asociado tanto a la enfermedad en sí como al tratamiento antineoplásico. 

Durante la pandemia, el temor a la infección, la dificultad para acceder al tratamiento y a la atención médica, y el miedo a la recaída o a la progresión de la enfermedad, han sido las principales preocupaciones en este grupo de pacientes. Estas aprehensiones se han visto acompañadas de un mayor malestar psicológico, un aumento de la ansiedad y de la depresión, disminuyendo considerablemente la calidad de vida de estos pacientes.

Malestar emocional, espiritualidad y resiliencia en pacientes con cáncer

Estudios previos han mostrado que el malestar emocional y la depresión son factores de riesgo, mientras que la espiritualidad es protectora en el desarrollo de la depresión. 

La espiritualidad es la manera en la que cada individuo busca y expresa el sentido y el propósito de su vida, y es entendido como un pilar fundamental en el bienestar general, pudiendo ayudar a los pacientes a afrontar mejor los procesos de diagnóstico y tratamiento, reduciendo el malestar psicológico y mejorando la calidad de vida.

Por otro lado, la resiliencia es la capacidad de adaptación de un ser vivo frente a un agente perturbador o un estado o situación adversos. Esto puede proteger a la población oncológica suavizando los efectos negativos del diagnóstico, tratamiento y la propia enfermedad. 

Tanto la espiritualidad como la resiliencia desempeñan un papel importante en la manera en la que el paciente afronta la enfermedad. Investigadores españoles han intentado investigar qué factores sociodemográficos se relacionan con el malestar emocional, la espiritualidad y la resiliencia, y examinar el papel mediador de la espiritualidad en pacientes con cáncer avanzado e irresecable durante la pandemia de la COVID-19. El estudio fue publicado en BMC Palliative Care.

Estudio español

Estudio multiinstitucional, prospectivo y observacional financiado por la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM). El estudio se realizó en 15 hospitales terciarios de España entre febrero de 2019 y diciembre de 2021, periodo que coincide con la pandemia de la COVID-19.

Se recogieron datos de 636 participantes mayores de 18 con cáncer avanzado no operable que completaron la Escala Breve de Afrontamiento Resiliente (BRCS), el Inventario Breve de Síntomas (BSI-18) y la Escala de Bienestar Espiritual (FACIT-Sp). Se utilizaron modelos de regresión lineal jerárquica para explorar el papel mediador de la espiritualidad.

Resultados: tanto la espiritualidad como el malestar emocional influyen en la resiliencia

El 53,1 % de la muestra estaba formada por con una edad media de 64,8 años. La mayoría estaban casados (84,4 %), tenían estudios secundarios (50,8 %) y todos estaban jubilados o en paro (100 %). Los cánceres más frecuentes fueron el broncopulmonar (32,4 %), el digestivo (39,1 %) y el de mama (9,4 %). La supervivencia estimada fue inferior a 12 meses en el 26,3 % de la muestra. 

Algo más del 30 % de los participantes resultaron ser afrontadores altamente resilientes. Los pacientes mayores de 70 años y los que tenían estudios primarios puntuaron menos en resiliencia que aquellos mayores de 70 años y aquellos con estudios superiores. Las mujeres mostraron mayor malestar emocional que los hombres. Los participantes menores de 50 años y los que no tenían pareja obtuvieron las puntuaciones más bajas en espiritualidad.

La espiritualidad difirió significativamente en función de la edad y el estado civil de la persona. La angustia psicológica explicó el 12 % de la varianza en la resiliencia (β = - 0,32, p < 0,001) y la espiritualidad, otro 15 % (β = 0,48, p < 0,001). La espiritualidad actuó como mediador parcial en la relación entre el malestar psicológico y la resiliencia en individuos con cáncer avanzado.

Los autores señalan ciertas limitaciones en el estudio: fue diseñado antes de la pandemia y no se incluyó a pacientes infectados, es un estudio transversal por lo que no se puede concluir causalidades, los datos fueron contestados por los propios pacientes, el estudio carecía de potencia estadística para diferenciar por tipo de tumor y por último la muestra fue española por lo que no se puede generalizar a otras poblaciones.

Implicaciones en la práctica clínica 

Los autores señalan que en pacientes con cáncer avanzado que ven su esperanza de vida acortada “la espiritualidad puede ayudar ante la desesperación del final de la vida, dotando a la situación y a la propia existencia de significado y sentido de trascendencia.”

Según los autores incluir la espiritualidad en las intervenciones y la formación de los profesionales sanitarios que trabajan con sujetos con cáncer avanzado y en cuidados paliativos puede contribuir a mantener y mejorar la capacidad de recuperación y el bienestar de los pacientes y sus cuidadores. Y concluyen, “la espiritualidad puede ayudar a promover el bienestar subjetivo y la resiliencia en individuos con cáncer avanzado.”