Nuevo modelo de acceso al grado en Medicina: ¿a favor o en contra?

  • Dr. Ángel Benegas Orrego

El acceso al contenido completo es sólo para profesionales sanitarios registrados. El acceso al contenido completo es sólo para profesionales sanitarios registrados.

El acceso al grado en Medicina va a sufrir un antes y un después que nos va a afectar a todos. Por fin se ha puesto encima de la mesa la posibilidad de modificar la prueba de acceso por parte de las universidades para asemejar aún más el acceso al grado a la vida real.

Actualmente existe una prueba única, de conocimientos, en la que cada uno de los estudiantes disponen de una hora y media para poder demostrar su capacidad de síntesis y razonamiento acerca de las preguntas planteadas. Esto supone un 40 % de la nota que les dará la posibilidad de acceder a alguna de las plazas de formación universitaria que oferta el sistema universitario español. Pero lo que se conocía antiguamente como selectividad ahora da un giro radical y avanza conforme a la sociedad.

Estamos viviendo lo que probablemente sea una sociedad renovada y crítica con el sistema. Una sociedad completamente inconformista ante las desigualdades y los autoritarismos que se plantean en numerosas ocasiones. Fruto de este descontento y malestar surgía la posibilidad de añadir un examen de evaluación de bachillerato para el acceso a la universidad que contemplase la parte humana de cada uno de los aspirantes. Es decir, añadir una prueba que no fuese de conocimientos y que permitiese ver los valores de la persona, cómo actuaría ante determinadas circunstancias y cuál es su visión acerca de algunos temas relevantes. Este nuevo formato ya cuenta con el visto bueno por parte de las autoridades competentes en esta materia y será tangible a partir del año 2024.

¿Qué supone la entrada en vigor de este nuevo formato?

Supone una respuesta unánime y centralizada a lo que en numerosas ocasiones todo el colectivo profesional médico ha estado reivindicando.

Existen profesiones, como la nuestra, en la que la vocación y las características no físicas que te definen como persona son, en ocasiones, mucho más importantes que los conocimientos que debes tener acerca de un tema en concreto. Tanto es así, que estoy seguro de poder decir que muchos de nosotros, como médicos, hemos tenido algún paciente que simplemente necesitaba desahogarse con alguien y no precisaba de nuestros conocimientos sobre la agranulocitosis y el metamizol. Alguien que buscaba en nosotros ese punto de comprensión, de cuidado y de empatía que, en ocasiones, solo una figura como la nuestra puede proporcionarle.

Supone un avance a nivel holístico de la visión médica. Ya hemos visto como en los últimos años se ha cambiado la medicina, pasando a ejercer nosotros mismos en el momento actual en una medicina totalmente personalizada en la que el paciente, que no la enfermedad, es el centro de nuestra atención médica. Este cambio que ha sufrido la medicina en los últimos tiempos, que ya es visible en los centros asistenciales, debe ser tangible también en la universidad.

Desde numerosos colectivos de la profesión se lleva reivindicando esta necesidad de prueba para acabar, o intentarlo al menos, con la falta de vocación, de interés y de empatía de los profesionales sanitarios que sabemos que mejorarán de forma considerable la relación médico-paciente y, por ende, la asistencia sanitaria.

Por todo ello, por la forma en la que ha avanzado la medicina en estos últimos años, por la forma en la que al médico, y a otras profesiones, se les exige una visión holística del paciente y una autocrítica sin descuidar los autocuidados necesarios, estoy totalmente de acuerdo en la nueva reforma del acceso a la universidad ya que, la vocación de una persona, su nivel de empatía y su gestión de circunstancias adversas no van relacionadas con la calificación numérica que obtengan. ¿Una persona con un 9,5 de calificación será mejor profesional que una persona que tenga un 8? Permitidme dudarlo.

Ángel Benegas Orrego.

Médico General.