Nueva escala para predecir el riesgo de tromboembolia venosa en pacientes con cáncer

  • Equipo editorial Univadis
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Los pacientes con cáncer tienen un elevado riesgo de sufrir una tromboembolia venosa, sobre todo en los primeros meses tras el diagnóstico y el inicio del tratamiento quimioterápico. La tromboembolia venosa es una de las principales causas de muerte en los pacientes oncológicos.

Las guías actuales recomiendan tratamiento antitrombótico profiláctico en todos los pacientes hospitalizados en tratamiento con quimioterapia, sin embargo solo se recomienda en los pacientes ambulatorios con riesgo alto. Para la evaluación del riesgo de tromboembolia venosa se utiliza la escala de Khorana. Sin embargo, en los últimos años se ha cuestionado su precisión para identificar a los pacientes con alto riesgo.

Nuevos estudios como el Estudio de Viena sobre Cáncer y Trombosis (Vienna-CATS) o la cohorte de Tromsø han identificado variantes genéticas que se asocian con un mayor riesgo de sufrir tromboembolia venosa y proponen tener en cuenta, además de las características clínicas del paciente, los factores genéticos.

Una nueva investigación española ha desarrollado una nueva escala, ONCOTHROMB, para predecir el riesgo de sufrir tromboembolia venosa en los seis meses después del diagnóstico de cáncer, teniendo en cuenta tanto las características clínicas como los factores genéticos.

Los investigadores utilizaron los datos recogidos en el momento del diagnóstico de 364 pacientes del estudio ONCOTHROMB 12-01. Se recogieron datos clínicos asociados al riesgo de tromboembolia venosa en el momento del diagnóstico, incluida la puntuación de Khorana. Estos pacientes también fueron genotipados para las 51 variantes genéticas que se sabe que están asociadas a la tromboembolia venosa. Se realizó una regresión logística multivariante para determinar el peso de cada variable genética y clínica en relación con el riesgo de tromboembolia venosa. Se observó que nueve variantes genéticas, la localización del tumor, el estadio TNM y un índice de masa corporal de >25 kg/m2 estaban asociados a la tromboembolia venosa, lo que permitió elaborar una puntuación de riesgo clínico-genético (la puntuación ONCOTHROMB).

A continuación, se compararon las puntuaciones de Khorana y ONCOTHROMB y la nueva puntuación se validó con 263 pacientes del estudio Vienna-CATS.

Tras el análisis de los datos se observó que la puntuación ONCOTHROMB predijo mejor el riesgo global de tromboembolia venosa que la puntuación de Khorana (área bajo la curva [AUC], 0,781 frente a 0,580; p <0,001). Se registraron resultados similares en el estudio de validación de la cohorte Vienna-CATS en pacientes con el mismo tipo de tumor (AUC para la puntuación ONCOTHROMB frente a la puntuación Khorana: 0,686 frente a 0,577; p< 0,001) y con cualquier tipo de tumor (AUC para la puntuación ONCOTHROMB frente a la puntuación Khorana: 0.720 frente a 0.561; p <0,0001).

Los autores concluyen que esta nueva puntuación ONCOTHROMB para predecir el riesgo de tromboembolia venosa en pacientes ambulatorios con cáncer, que tiene en cuenta variables clínicas y genéticas, identifica mejor el riesgo que la puntuación de Khorana y por tanto, a aquellos pacientes que podrían beneficiarse de una tromboprofilaxis primaria.