Mortalidad materna: lecciones europeas y nacionales
- Caroline Guignot
- Noticias
Un estudio de ocho países europeos con un sistema de vigilancia específico mostró una gran disparidad de mortalidad materna entre países: la tasa más alta se registró en Eslovaquia (10,9 por 100.000 nacidos vivos) frente a 2,7/100.000 en Noruega. Además, confirma que la tasa de mortalidad materna es cuatro veces superior en el conjunto de las mujeres de 35 años o más que en las menores de 20.
En Francia, la tasa de mortalidad materna es de 8,0/100.000 y la tasa de mortalidad materna tardía es de 10,8/100.000. Los casos de muerte por embolia de líquido amniótico parecen ser más frecuentes. En España según el Instituto Nacional de Estadística la tasa de mortalidad materna se situaba en 2020 en 2,93 por cada 100.000 nacidos vivos.
Los autores sugieren que todos los países dispongan de sistemas de vigilancia similares para comprender mejor los riesgos y las mejoras que deben introducirse en función de sus características.
La mortalidad materna es un indicador clave de la calidad de la asistencia y suele ser baja en los países de rentas altas. Sin embargo, las comparaciones internacionales de esta mortalidad, sobre todo entre países con niveles de renta comparables o similares, son importantes para identificar disparidades y, en su caso, conducir al análisis y corrección de determinadas prácticas o déficits, como ya ha ocurrido en el caso de la hemorragia posparto en Francia. En la actualidad, varios países europeos han establecido un sistema específico de vigilancia de la mortalidad materna. Por ello, los autores de este estudio han querido comparar los datos de estos países para sacar conclusiones específicas.
Se analizaron los datos de ocho países durante un periodo de tres años (Francia, Italia, Reino Unido) o de cinco años (Dinamarca, Finlandia, Países Bajos, Noruega, Eslovaquia). Se analizaron todas las muertes ocurridas durante el embarazo y hasta un año después del final del mismo. Se consideraron tardíos cuando se produjeron entre 43 días y un año después del final del embarazo (datos disponibles para Francia y el Reino Unido). Las muertes relacionadas con el embarazo fueron las ocurridas en el plazo de un año desde el final del embarazo, independientemente de la causa. Por último, las muertes maternas fueron aquellas cuya causa estaba relacionada o agravada por el embarazo o su gestión.
La tasa de mortalidad materna fue mínima en Noruega (2,7/100.000 nacidos vivos) y Dinamarca (3,4/100.000) y máxima en Eslovaquia (10,9/100.000) y el Reino Unido (9,6/100.000). En Francia, fue de 8,0/100.000.
Las tasas de mortalidad materna tardía fueron 10,8/100.000 en Francia y 19,1/100.000 en el Reino Unido, con una contribución del 25 % y el 50 % al total de la mortalidad materna, respectivamente.
La tasa de mortalidad materna aumentó con la edad, excepto en Países Bajos, donde la mortalidad de las mujeres jóvenes menores de 20 años fue superior a la de la mayoría de los grupos de mayor edad. En Francia e Italia, donde se disponía de datos sobre la nacionalidad de las madres, las tasas de mortalidad eran más elevadas para las de nacionalidad extranjera o las nacidas en el extranjero, lo que no ocurría en Noruega, por ejemplo.
En todos los países, los principales factores que contribuyeron a estas muertes fueron las enfermedades cardiovasculares y el suicidio en el caso de la mortalidad materna tardía. Otros factores específicos contribuyeron significativamente a la mortalidad materna en algunos países, como la tromboembolia venosa en el Reino Unido y los Países Bajos, los trastornos hipertensivos en los Países Bajos, la embolia de líquido amniótico en Francia, la hemorragia en Italia y el ictus en Eslovaquia.
Este contenido fue publicado originalmente en Univadis Francia.
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