Mini caso clínico: Cuando múltiples virus respiratorios están en circulación

  • Dra. Armelle Pérez-Cortés Villalobos

  • Maria Baena
  • Noticias de Medscape
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Historia clínica

Mujer de 33 años, sin antecedentes personales de interés, que acude a consulta  refiriendo mialgias generalizadas, cefalea, fiebre, dolor faríngeo y rinorrea desde hace 24 horas. Niega disnea. Se encuentra completamente vacunada contra la COVID-19 y no ha recibido otra vacuna recientemente.

Trabaja en un supermercado y a diario tiene contacto con un gran número de personas, aun haciendo un correcto uso de la mascarilla. Vive con su madre de 77 años, que se encuentra actualmente recibiendo quimioterapia.

Examen físico 

Frecuencia cardiaca: 115 latidos por minuto; frecuencia respiratoria: 24 respiraciones por minuto; presión arterial: 120/70 mm Hg; saturación de oxígeno: 94 %; temperatura: 38,9 ºC; peso: 50 kg; talla: 1,55 m; índice de masa corporal: 20,8 kg/m2

A la exploración física, se identifica una faringe hiperémica con descarga hialina retronasal, eritema en ambas fosas nasales, sin ganglios cervicales palpables. Auscultación pulmonar normal, sin escuchar estertores ni sibilancias. Buena mecánica ventilatoria, sin necesidad de uso de musculatura accesoria. Resto de la exploración física sin alteraciones.

Pruebas complementarias

  • Analítica sanguínea sin alteraciones relevantes: hemograma y bioquímica básica normales. 
  • Prueba de antígeno de COVID-19 negativa.
  • Se realiza radiografía de tórax, que no muestra infiltrados pulmonares ni otras alteraciones.

Diagnóstico y consideraciones de tratamiento

Este caso clínico trata de una mujer de 33 años que se encuentra completamente vacunada contra la COVID-19, que acude con la presencia de un cuadro de infección de vías respiratorias altas en temporada de invierno.

Entre las opciones diagnósticas que tenemos se encuentra la faringoamigdalitis bacteriana, sin embargo, en el caso clínico no se menciona la presencia de exudados purulentos ni ganglios cervicales, por lo que la posibilidad diagnóstica es más baja. La paciente tampoco tiene datos clínicos compatibles con sinusitis, como dolor facial, particularmente en región maxilar o frontal, cefalea, etcétera, por lo que el diagnóstico más probable en este caso es infección por virus de la gripe estacional.

El virus de la gripe suele causar un cuadro infeccioso de inicio abrupto, acompañado de fiebre, tos seca y otros síntomas sistémicos, como dolor de cabeza, mialgias, dolor faríngeo, rinitis y malestar general. En algunas ocasiones los pacientes pueden presentar síntomas gastrointestinales, como náuseas, diarrea y dolor abdominal, aunque estos son más infrecuentes.

La transmisión de este virus es principalmente a través de gotas respiratorias. De forma mucho menos frecuente se contagia por superficies o fomites y, como otros virus respiratorios, se puede contagiar mediante aerosoles posterior a procedimientos que los generan. Las personas más vulnerables a presentar complicaciones relacionadas con la gripe son niños menores de 2 años, mayores de 65 años, embarazadas, inmunocomprometidos y pacientes con enfermedades crónico-degenerativas, incluyendo obesidad, entre otras.

Es importante recordar que las infecciones de vías respiratorias superiores pueden ser clínicamente indistinguibles y para conocer el agente etiológico causante del cuadro es necesario realizar pruebas diagnósticas; particularmente durante la pandemia de COVID-19 y la aparición de nuevas variantes necesitamos continuar realizando pruebas diagnósticas para descartar que se trate de COVID-19 antes que cualquier otra infección respiratoria.

El virus de la gripe  estacional se diagnostica con una prueba de reacción en cadena de la polimerasa (PCR) o a través de pruebas rápidas, que suelen ser relativamente poco sensibles (alrededor de 70 %), pero son altamente específicas, por lo que una prueba rápida negativa no descarta tener gripe.

El virus de la gripe requiere tratamiento de soporte en pacientes sanos y con cuadros no complicados, y en algunos casos se podría valorar el tratamiento antiviral.

En pacientes que tienen factores de riesgo para desarrollar cuadros graves de gripe estacional y que tienen menos de 48 horas de inicio del cuadro clínico se recomienda tratamiento antiviral lo más pronto posible. Es importante recordar que el tratamiento antiviral en la gripe a, como el oseltamivir, ha sido cuestionado con base en la poca efectividad que se ha mostrado en diferentes estudios y en la falta de estudios aleatorizados, sin embargo, la mayoría de las guías de tratamiento continúa recomendándolo. Se ha evidenciado que reduce la transmisión del virus.

Comentario

Basándonos estrictamente en la información que nos proporciona este caso clínico, la paciente no tiene ningún factor de riesgo para desarrollar una infección grave por gripe estacional; por lo tanto, el tratamiento con oseltamivir no sería obligatorio en una paciente con este perfil. Sin embargo, la paciente se encuentra en sus primeras 24 horas de haber iniciado el cuadro clínico y vive con su madre de 77 años que está recibiendo quimioterapia, por lo que darle oseltamivir podría disminuir la transmisión de la infección dentro de su hogar.

Este es un resumen de un contenido publicado originalmente en Medscape en español al que puedes acceder aquí.