Mini caso clínico 5 minutos de pediatría: Niño con lesiones pruriginosas en el tronco

  • Dr. Jesús Hernández Tiscareño

  • Maria Baena
  • Noticias de Medscape
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Historia clínica

Niño de 10 años de edad, sin antecedentes de interés, que acude a la consulta de Atención Primaria por aparición de lesiones pruriginosas en el tronco desde hace 15 días. Previamente había presentado un cuadro catarral inespecífico. 

Exploración física

Paciente con buen estado general, buena hidratación de piel y mucosas. Se observan múltiples placas redondas y ovales de color rosado y descamación fina, bien delimitadas, confluentes y una placa eritematosa, escamosa, ovalada, de 4 cm, de centro deprimido y borde elevado, que se localiza en la parte anterior y superior de tronco.

Diagnóstico más probable: pitiriasis rosada

Pitiriasis rosada significa “escama de color rosa”. Se trata de una dermatosis inflamatoria, autolimitada, de evolución breve, caracterizada por la aparición inicial de una lesión única (placa heráldica - placa eritematoescamosa, con palidez central, escamosa, redonda u ovalada de 2 a 10 cm, con un centro deprimido y un borde elevado), generalmente en el tronco, aunque puede localizarse en cualquier parte de la piel. Aproximadamente dos semanas después de su presentación, aparece una erupción secundaria de múltiples lesiones idénticas, muy pruriginosas en la mayoría de los casos, placas más pequeñas eritematoescamosas, ovales, con una distribución parecida a un árbol de navidad, en el cuello, tronco y raíz de extremidades. Puede existir un periodo prodrómico manifestado por malestar general o astenia.

Aproximadamente el 75 % de los casos de pitiriasis rosada se observan entre los 10 y los 35 años de edad. Ambos sexos se ven afectados en proporciones similares con ligero predominio del femenino. Además, en aproximadamente un 70 % de los casos existen pródromos de infección en vías aéreas superiores y tiene mayor incidencia estacional en otoño, invierno y primavera.

Las infecciones del tracto respiratorio superior que preceden a la pitiriasis rosada sugieren un papel de los Streptococcus spp, aunque recientemente se ha descubierto la reactivación de la infección latente por herpesvirus humano de tipos 6 y 7 como posibles agentes etiológicos. Se han informado erupciones similares a la pitiriasis rosada después de vacunas como la de bacilo de Calmette-Guérin (BCG), gripe H1N1, difteria, viruela, hepatitis B y neumococo.

Existen dos formas de presentación de la pitiriasis rosada: 

  • En la forma clásica (hasta en el 94 % de los casos), las lesiones se localizan en el tronco y en el tercio superior de las extremidades
  • La forma atípica, al ser de distribución contraria a la anterior, se ha denominado “invertida”. 

La pitiriasis rosada se acompaña de mínimos síntomas constitucionales y desaparece espontáneamente de cuatro a ocho semanas en el 80 % de los pacientes.

Su manejo es conservador, permitiendo la vigilancia evolutiva y el tratamiento sintomático del prurito en la mayoría de los pacientes, puesto que se trata de un trastorno benigno, autolimitado, no contagioso y que no requiere precauciones especiales. Se recomienda la utilización de emolientes, antihistamínicos y corticoides tópicos. Por otra parte, los macrólidos y aciclovir conducen a una resolución más rápida de las lesiones y ayudan a aliviar el prurito. 

Este es un resumen de un contenido publicado originalmente en Medscape en español al que puedes acceder aquí.