Mejores sueldos, más valorados y mayor estabilidad: razones por las que médicos españoles se van al extranjero
- Andrea Jiménez
- Maria Baena
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¿Por qué tantos médicos españoles se buscan un futuro fuera de su país? Según Vicente Matas Aguilera, vicepresidente del Sindicato Médico de Granada (SIMEG), en España la medicina se ha convertido en una profesión muy precaria que da poca estabilidad. “Muchos médicos se van porque hay países europeos que ofrecen contratos mucho más atractivos y sueldos bastante superiores a los que se ofrecen aquí”.
En 2020, el Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos (CGCOM) expidió un total de 3.559 certificados de idoneidad a médicos para salir al extranjero. Y, aunque el año pasado la COVID-19 frenó un poco la tendencia, con un 13,20 % menos de solicitudes, es innegable el movimiento de médicos españoles al extranjero. Como señalan los datos de la CGCOM, en lo que va de década, más de 19.000 médicos españoles han solicitado el documento para poder salir a trabajar al extranjero.
Francia y Alemania, entre los destinos más solicitados
Si hasta el Brexit Reino Unido era el primer destino deseado por los estudiantes españoles, a raíz de la salida del país de la Unión Europea, Francia se sitúa en la posición principal, con hasta 581 solicitudes el año pasado. “Las condiciones que tienen los médicos allí y las de España son incomparables”, dice Adrián Carrasco, quien fue coordinador de la Federación Española de Asociaciones de Estudiantes de Medicina para la Cooperación Internacional (IFMSA) y estuvo de prácticas tanto en Dinamarca como en Grecia.
“En Madrid, un residente de primer año no cobra más de 1.200 euros al mes con guardias. En otros países europeos su sueldo es mínimo del doble”, dice el excoordinador y ahora médico de Familia en el Centro de Salud Las Calesas.
Según el portal EuroMotion Medical, un médico empleado en Francia recibe un salario de 4.000 a 7.000 euros netos al mes. “Más del doble de lo que se cobra en España o en Alemania. Yo, por ejemplo, como residente de cuarto de año, casi cobro el doble que un especialista en España”, dice Alejandro Barros, que lleva tres años y medio trabajando como neurólogo en Colonia.
Junto a Francia y Suiza, Alemania es uno de los países con mayor necesidad de profesionales sanitarios y con más vacantes disponibles para aquellos médicos que en España no pueden ejercer la profesión.
Estudiantes que no hicieron el MIR
“Tras investigar un poco, decidí venirme a este país porque era el que mejor me lo ponía. No sólo a nivel salarial, sino por la flexibilidad que ofrece. Alemania permite que un médico se forme en tantas cosas como él quiera, y que cambie de especialidad. En España habría que volver a hacer el MIR”, dice Barros, que desde que siendo estudiante hizo prácticas en el país germano decidió no hacer el MIR. “Alemania tiene un itinerario formativo complementario, es el sistema el que se adapta al profesional y no al revés”, sostiene el neurólogo.
“Además, aquí los españoles estamos muy valorados. Llegamos con muy buena formación teórica y en seguida nos contratan”, dice Juanjo Menéndez, que lleva un año trabajando como urólogo en el mismo hospital que Barros, el Sankt Katharinen Hospital Frechen. En total, son seis españoles contratados en el centro médico alemán. “Somos muchos… Es que las condiciones son mejores. Y aquí nos dan más libertad, no tenemos que ir detrás del adjunto todo el tiempo”, afirma Menéndez. “Aquí a los estudiantes se les deja hacer y así se aprende mucho más. Cuando estaba en la universidad hice prácticas y me gustó el sistema, mucho más práctico que el español. Cuando llegué no había cogido una sonda de ecografía”, dice este asturiano que tampoco quiso hacer el MIR, a pesar de que cuando en quinto de carrera la Academia AMIR hizo un examen de prueba en su universidad, él fue uno de los 20 mejores.
Portugal es otro país hacia donde nuestros médicos proyectan un mejor futuro. Aunque tiene menor poder adquisitivo que España, los profesionales sanitarios suelen conseguir mejores ofertas. “Lo que más destacaría del sistema sanitario portugués es su troncalidad. Cuando terminas la carrera tienes la oportunidad de pasar por distintos servicios, antes de coger tu plaza”, dice Mariana Neves, que estudió en la Universidad Rovira i Virgili y ahora trabaja como R2 de médico de familia en Natura, un pueblo de Algarve. “Aquí hay muchos españoles, porque además de que la calidad de vida es muy buena y el hospital es muy acogedor, cobramos algo más y los españoles están bien valorados”, dice Neves.
Estabilidad económica y contratos de calidad
Otro de los motivos del éxodo de facultativos españoles son los contratos estables que ofrecen algunos países como Alemania, Francia y Suecia. Según el Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE), en 2020 en España había 2.000 médicos y 3.000 enfermeros en paro. “El problema en España es que el sistema no se adapta a las necesidades de la población porque sí se necesitan médicos. Es decir, sí hay una demanda, pero el propio sistema se sabotea provocando que médicos se queden sin trabajo y se prive de atención a los pacientes”, opina Barros. “Tengo un contrato estable que no me causa ninguna preocupación”, añade el neurólogo. “Yo acabé en mayo mis cuatro años de residencia y ese mes mayo entré a trabajar en el mismo centro con un contrato de sustitución por vacaciones, luego encadené otro por sustitución de una baja. En menos de dos meses llevo dos contratos basura. Y sé que seguiré encadenando contratos así”, dice Carrasco.
Según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), la temporalidad en la Sanidad se disparó en el 2020, siendo en el primer trimestre de 2021 ligeramente superior al 30 % en el sector. Como señala la Encuesta sobre la situación de la profesión médica en España de CGCOM el año pasado “el 36 % de los médicos que trabaja en la sanidad pública española tenía un contrato temporal y la mitad de los profesionales encuestados llevan más de 6 años sin conseguir una plaza.
Los médicos españoles están muy bien valorados en el extranjero
A pesar de la vulnerable situación profesional en la que se encuentran los facultativos sanitarios, una afirmación que se repite es lo tan bien valorados que están los médicos españoles en el extranjero. “Porque nuestra formación es muy buena”, insiste Carrasco, quien estuvo de prácticas en Grecia y en Dinamarca, y rotó después como residente en Uruguay.
Lo mismo pasa con los enfermeros españoles, mejor capacitados que sus homólogos en otros países, como en Alemania, entre otros ejemplos. “En mi hospital los enfermeros tienen una formación que se acerca más al perfil del auxiliar, no extraen sangre, ni saben poner una vía. ¡Eso lo hacemos los médicos!”, aclara Carrasco. “Los enfermeros en España son más capaces. De hecho, en nuestro hospital alemán están deseando contratar enfermeros españoles”, coincide Menéndez.
Como cada vez eran más los médicos españoles que estaba contratando Alemania para sus centros hospitalarios, Carrasco, junto a otros compañeros, decidió crear la asociación Médicos Españoles por Europa. “Primero creamos un grupo de Facebook y luego ya esta red más grande con sede en Colonia para asesorar a médicos recién llegados, juntar a profesionales y crear una plataforma donde pasarnos información”, dice Barros.
Aunque la situación para los profesionales sanitarios en España no es buena, en opinión de Menéndez, “hay que saber reconocer las cosas. Porque parece que lo de fuera siempre es mejor. Y no es así. Eso lo vivimos mucho con las guardias, es un mito que soólo se hagan guardias de más en España... Yo hago muchas horas extra, aunque exista una ley que diga que no se pueden hacer más de cuatro al mes, no conozco a un solo médico que lo cumpla. ¡He llegado a tener hasta 7 y 8 guardias al mes!”, afirma.
¿Retornarán algún día estos profesionales a España, a pesar de la inestabilidad, la falta de oportunidades y las peores condiciones laborales? “Me gustaría mucho volver a mi tierra, Galicia, vivir y trabajar allí, pero tendrían que cambiar mucho las cosas. Para que un médico que trabaja en Alemania se piense volver a España deben cambiar años luz las condiciones de allí”, confiesa Barros. “Formar médicos cuesta dinero, esfuerzo y recursos, y estamos dejando que ese esfuerzo se vaya a otros lugares”, lamenta el vicepresidente de SIMEG.
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