Mareo cervicogénico: ¿un mito pero clínicamente relevante?

  • Dr. med. Thomas Kron
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El mareo es uno de los síntomas más frecuentemente notificado por los pacientes representando el 2,3 % de todas las consultas. Ocupa el noveno lugar entre los diez principales motivos de consulta en atención primaria, según el Dr. Raphael Kunisch, del Instituto de Medicina General del Hospital Universitario de Augsburgo.

El espectro de posibles causas incluye trastornos cardiovasculares y neurológicos, así como alteraciones vestibulares y uso de fármacos.

Stephan Klessinger, neurocirujano de Biberach (Alemania), ha estudiado una forma particular de mareo denominada mareo cervicogénico, que puede desencadenarse por cambios degenerativos en la columna cervical o lesiones por latigazo cervical.

La existencia del mareo cervicogénico y su asociación con la columna cervical sigue siendo objeto de debate en la literatura médica.

Según un comentario de Olaf Michel, Universidad de Colonia y Vrije Universiteit Brussel, la percepción del "mareo" se produce cuando la información procedente del órgano periférico del equilibrio, los receptores musculares y articulares y el sistema visual no coinciden o no son coordinados adecuadamente por el cerebro. "Mareo" es un término amplio y vago que representa una queja común pero no un diagnóstico específico. Abarca varios trastornos con síntomas y hallazgos similares pero distinguibles, lo que permite diagnosticar problemas específicos de forma diferenciada. Determinar una causa definitiva del trastorno es todo un reto. En estudios más amplios, solo se encontró una causa orgánica en el 20 %-30 % de los casos basándose únicamente en el síntoma. Los trastornos del equilibrio inducidos psicológicamente representaron entre el 20 % y el 40 % de los diagnósticos.

El mareo cervicogénico presenta un reto debido a la existencia de múltiples definiciones, como explica Klessinger.

Algunas definiciones exigen la presencia de dolor cervical además del mareo, mientras que otras lo describen como una vaga sensación de cambio del equilibrio con alteración de la orientación espacial, causada por una actividad aferente cervical anormal sin disfunción vestibular.

Otra definición se refiere al mareo cervicogénico como una combinación de dolor cervical crónico y mareo (sin nistagmo) tras una rotación cervical en caso de artrosis cervical y/o degeneración discal.

No existen criterios claramente definidos, lo que lleva al uso frecuente de criterios de exclusión para el diagnóstico.

Causas: vasculares, traumáticas y degenerativas

Los mareos cervicogénicos se clasifican en vasculares, traumáticos y degenerativos. Un ejemplo de trastorno vascular es el síndrome de Bow Hunter, en el que la compresión de la arteria vertebral dominante durante la rotación de la cabeza puede provocar un riego sanguíneo inadecuado en la región descendente. El latigazo cervical es responsable del 25 % al 50 % de los casos en los pacientes que experimentan no solo dolor de cuello y de cabeza, sino también mareo, por lo que es una causa comúnmente citada de mareo cervicogénico. Entre los mecanismos patológicos sospechosos se incluyen la disminución del flujo sanguíneo debido a movimientos extensos de flexión y extensión, así como el deterioro de la propiocepción debido a la tensión mecánica sobre las articulaciones, los tendones y los músculos. Los cambios degenerativos de la columna cervical, que afectan sobre todo a las articulaciones facetarias (articulaciones interapofisarias), también se consideran causas potenciales. Estas articulaciones son las más densamente inervadas de la columna vertebral. Los procesos inflamatorios pueden dar lugar a actividades aferentes defectuosas o anormales, que afectan principalmente a la propiocepción. La tensión muscular suele acompañar al dolor, que también puede activar husos musculares y órganos tendinosos de Golgi.

Diagnóstico

En la mayoría de los casos, el mareo cervicogénico es un diagnóstico de exclusión, lo que suele implicar la realización de pruebas para evaluar el flujo sanguíneo y descartar el vértigo vestibular. El diagnóstico radiológico de la columna cervical es menos útil. El reflejo cérvico-ocular puede proporcionar indicios de mareo cervicogénico, pero la realización de la prueba puede ser difícil, ya que la cabeza debe estar fija mientras se rota el torso, y el reflejo suele ser débil. Otra opción diagnóstica consiste en bloquear temporalmente las aferencias de los receptores propioceptivos para evaluar su función. Esto puede hacerse anestesiando localmente la rama medial de los nervios espinales que irrigan las articulaciones facetarias, los músculos dorsales profundos del cuello y los ligamentos. Suspender la información propioceptiva mediante este procedimiento puede ayudar a determinar si el dolor se origina en las articulaciones facetarias.

Tratamiento

En el caso de los mareos cervicogénicos de origen vascular, puede considerarse la posibilidad de un tratamiento quirúrgico que incluya la descompresión de la zona del vaso estenótico. Los casos traumáticos o degenerativos suelen tratarse de forma conservadora, centrándose en el alivio de los síntomas. La fisioterapia, la terapia manual y la educación del paciente han demostrado ser opciones de tratamiento eficaces, según el neurocirujano. Para los pacientes con dolor de cuello que muestran una respuesta positiva a uno o más bloqueos de rama, se puede considerar la denervación por radiofrecuencia de la rama medial. Un estudio de 2016 indicó que casi dos tercios de los pacientes experimentaron un alivio del dolor que duró más de seis meses. En el caso de los pacientes con vértigo cervicogénico, aunque solo hay unos pocos ejemplos de casos en la bibliografía, la respuesta a la denervación por radiofrecuencia fue prometedora durante varios meses.

Este contenido fue publicado originalmente en Univadis Alemania.