Los supervivientes al cáncer de edad avanzada presentan un aumento del riesgo de fractura ósea

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En un nuevo estudio publicado en línea el 3 de noviembre de 2022 en JAMA Oncology se indica que los supervivientes al cáncer de edad avanzada, especialmente aquellos con un diagnóstico en los 5 años anteriores o que se sometieron a quimioterapia, presentan un aumento significativo del riesgo de fracturas pélvicas y vertebrales en comparación con los adultos de edad avanzada sin antecedentes de cáncer.

Aproximadamente 1 de cada 7 supervivientes al cáncer sufrió una fractura ósea por fragilidad, con varios factores asociados a un aumento del riesgo, como un diagnóstico de cáncer más reciente, la presencia de metástasis a distancia, el uso de quimioterapia y el tabaquismo.

Aunque en estudios anteriores se ha hallado un aumento del riesgo de fracturas óseas en los supervivientes al cáncer, siguen existiendo lagunas importantes en la investigación, como qué factores pueden incrementar o atenuar dicho riesgo.

Para investigarlas, el equipo del estudio analizó los datos longitudinales de 92.431 adultos de edad avanzada y blancos en su mayoría (media de edad al inicio: 69,4 años; el 56,1 % mujeres) de la cohorte Cancer Prevention Study II Nutrition Cohort.

Entre los participantes, 12.943 (14 %) sufrieron una fractura ósea por fragilidad durante el seguimiento.

En comparación con los adultos sin antecedentes de cáncer, los supervivientes a dicha enfermedad que habían recibido un diagnóstico de cáncer avanzado en los 5 años anteriores presentaban un aumento del riesgo de fractura superior al doble (hazard ratio [HR]: 2,12), caracterizado en gran medida por fracturas pélvicas y vertebrales (HR: 2,46 para ambos).

En comparación con los supervivientes al cáncer que no recibieron quimioterapia, los que sí la recibieron también presentaron más probabilidades de sufrir una fractura. Esta asociación fue más sólida en los 5 años siguientes al diagnóstico (HR: 1,31), pero siguió siendo indicativa después de ese momento (HR: 1,22; intervalo de confianza del 95 % [IC del 95 %]: 0,99-1,51).

En cuanto a las estrategias de mitigación, el tabaquismo actual se asoció de forma significativa con un aumento del riesgo de fractura (HR: 2,27).

Además, la actividad física pareció reducir el riesgo de fractura, aunque no de forma significativa (HR: 0,76; IC 95 %: 0,54-1,07). Sin embargo, en un estudio anterior, la doctora Erika Rees-Punia y sus colaboradores mostraron que los supervivientes al cáncer a largo plazo que cumplían las directrices de actividad física presentaban una reducción significativa del riesgo de fracturas por fragilidad en comparación con quienes hacían menos ejercicio.

“Esperamos que nuestros resultados sirvan de orientación clínica en la prevención de fracturas, que podría incorporar pautas de actividad física y programas de deshabituación tabáquica para mejorar la calidad de vida después de un diagnóstico de cáncer”, deckarñi Rees-Punia.

El artículo, escrito por Megan Brooks, se adaptó de su versión original, que apareció en Medscape.com, parte de Medscape Professional Network.