Los síntomas de COVID-19 persistente en adolescentes, vinculados a factores estresantes
- Liz Scherer
- Resúmenes de artículos
Conclusión práctica
En adolescentes y adultos jóvenes, los síntomas de COVID-19 persistente parecen estar relacionados con otros factores aparte del SARS-CoV-2.
La utilidad de la definición de caso COVID-19 persistente de la Organización Mundial de la Salud (OMS) podría ser cuestionable.
Investigación llevada a cabo por investigadores noruegos y publicada en la revista JAMA Network Open.
Relevancia
Hay que considerar los factores estresantes no específicos como factores subyacentes que provoquen síntomas persistentes (p. ej., fatiga, angustia psicosocial) y la discapacidad asociada en supuestos casos de COVID-19 persistente.
Pueden ser útiles las intervenciones no farmacológicas, por ejemplo, las estrategias de salud conductual.
Diseño del estudio
Estudio de cohortes prospectivo para determinar la prevalencia puntual o los factores de riesgo de COVID-19 persistente 6 meses después de la infección aguda en adolescentes y adultos jóvenes noruegos no hospitalizados, de 12 a 25 años de edad, con pruebas positivas y negativas para SARS-CoV-2.
Financiación: Consejo de Investigación de Noruega; Fundación DAMA.
Resultados fundamentales
Se evaluaron 382 casos positivos para SARS-CoV-2 (edad media, 18 años) y 85 casos negativos para SARS-CoV-2 (edad media, 17,7 años). Más de un tercio en cada grupo eran hombres.
A los 6 meses de seguimiento, aproximadamente el mismo porcentaje de personas en cada grupo se clasificó como con COVID-19 persistente. Esto correspondió a una prevalencia puntual (el número de personas con COVID-19 persistente en un momento específico) del 48,5 % en el grupo positivo para SARS-CoV-2 y del 47,1 % en el grupo negativo para SARS-CoV-2.
La prevalencia puntual correspondiente para el síndrome de fatiga posinfecciosa fue del 14,0 % (personas infectadas por el SARS-CoV-2) y del 8,2 % (personas no infectadas por el SARS-CoV-2).
Entre los factores de riesgo iniciales tanto para COVID-19 persistente como para el síndrome de fatiga posinfecciosa se encontraban el sexo femenino, el bajo nivel de actividad física autodeclarado antes de la infección, la soledad y los eventos negativos de la vida en el año anterior.
En el análisis multivariado se mostró que la gravedad de los síntomas seguía siendo el principal factor de riesgo para ambas afecciones (aumentando el riesgo 1,41 veces para COVID-19 persistente y 3,37 veces para el síndrome de fatiga posinfecciosa).
Limitaciones
Sesgo de autoselección (algunos participantes podrían haber presentado una preponderancia de síntomas), capacidad de generalización limitada, el SARS-CoV-2 podría aumentar el riesgo de diagnósticos distintos a la COVID-19 persistente.
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