Los efectos mentales de crecer con una persona acumuladora
- Dr. Bret S. Stetka
- Maria Baena
- Noticias de Medscape
Muchos somos reacios a deshacernos de cosas.
Compramos. Acumulamos. Coleccionamos. Con el tiempo, nuestros desvanes se llenan de reliquias polvorientas que rara vez, o nunca, miramos. Al final nos vemos obligados a reducir la cantidad y a donarlas.
Pero no todos.
El trastorno de acumulación o la dificultad prolongada para deshacerse de las posesiones innecesarias está muy extendida en nuestra cultura y afecta a casi al 3 % de la población. Esta acumulación compulsiva, y la falta de voluntad para desprenderse de las "cosas", es incluso el tema de múltiples series de televisión.
Recientemente hablamos con Andrew Guzick, Ph. D., profesor adjunto de psicología en el Baylor College of Medicine en Houston, Texas, y experto en trastornos de ansiedad, acerca de cómo el hecho de crecer rodeado de un comportamiento de acumulación puede afectar a la salud mental y al bienestar futuros.
¿Cómo conceptualiza el comportamiento de acumulación?
La característica principal de la acumulación es la incapacidad de deshacerse de cosas. Esto puede deberse a muchos motivos diferentes, ya sea por un fuerte apego sentimental o por la creencia de que se necesitarán esos objetos algún día. A menudo implica compras compulsivas y un desorden inevitable.
¿Cómo conceptualizaron por primera vez el trastorno de acumulación psiquiatras y psicólogos? ¿Y cuándo entró el término en el léxico por primera vez?
Originalmente se conceptualizó como un subtipo de trastorno obsesivo-compulsivo (TOC) difícil de tratar. Gran parte de ese trabajo de identificación de este subgrupo tuvo lugar a finales de los 80 y principios de los 90. Un pequeño pero creciente grupo de investigadores demostraron que era fundamentalmente diferente del trastorno obsesivo-compulsivo en varios aspectos.
En cuanto a la presentación clínica, los patrones de comorbilidad son diferentes a los del trastorno obsesivo-compulsivo y la evolución es un poco diferente; vemos un desarrollo progresivo en el curso de la vida, en contraposición a un diagnóstico claro a una edad temprana, como se suele ver con el trastorno obsesivo-compulsivo. Para el tiempo en que muchas personas buscan tratamiento, suelen ser llevadas a recibir atención por, digamos, miembros de la familia cuando son un poco mayores. Con la acumulación compulsiva, también existe ese patrón constante de mala respuesta al tratamiento en general, ya sea a los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS) o a la terapia conductual.
Gran parte de este trabajo conjunto llevó a la defensa del reconocimiento del trastorno de acumulación como un diagnóstico independiente en la quinta edición del Manual Diagnóstico y Estadístico de Trastornos Mentales (DSM-5). Creo que el reconocimiento oficial por parte de nuestro "gran libro" hizo que se prestara más atención a esta población. Antes, a estos pacientes probablemente se les habría diagnosticado un trastorno obsesivo-compulsivo y en realidad no es apropiado pensar en el trastorno de acumulación como un trastorno puramente de ansiedad.
La exposición a la acumulación y la salud mental futura usted tiene un nuevo estudio, publicado en Annals of Clinical Psychiatry, en el que analiza la salud mental de los hijos adultos de padres con problemas de acumulación.[1] ¿Puede decirnos qué le inspiró a realizar este estudio y qué encontró?
Hubo un par de factores.
Habíamos visto a mucha gente con trastorno de acumulación en las clínicas especializadas en trastorno obsesivo-compulsivo, así que mis experiencias clínicas con esta población indudablemente me atrajeron a esta área general. Pero, al mismo tiempo, tengo esta amplia especialización en salud mental infantil y los traumas infantiles o las experiencias adversas de la infancia, que pueden incluir el estar rodeado de acumulación, pueden ser algo muy difícil de vivir y de afrontar. Aquí tengo que dar mucho crédito a la Dra. Suzanne Chabaud, del Obsessive Compulsive Disorder Institute of Greater New Orleans en Metairie, Estados Unidos, quien es una de las coautoras del estudio. Ella lleva años promoviendo la reflexión sobre la familia y los hijos de las personas con trastornos de acumulación. Mis intereses procedieron de algunas de esas experiencias, pero ella tuvo la buena idea de examinar bien este problema de forma detallada.
Antes de su trabajo, ¿se habían realizado investigaciones sobre la prevalencia de enfermedades mentales como la ansiedad y la depresión en los hijos de personas con comportamientos de acumulación?
Esa cuestión en particular era nueva en nuestro trabajo. Era la primera vez que alguien, a mi entender, había examinado una evaluación validada de la ansiedad y la depresión en esta población.
¿Cómo evaluaron sus síntomas y qué encontraron?
Pedimos a los participantes en el estudio que recordaran cómo se sentían durante su adolescencia y medimos sus respuestas con el cuestionario de salud del paciente (PHQ), una métrica de los trastornos mentales. Debo decir ante todo que no teníamos un grupo de control. Pero descubrimos que ente un 30 % y un 50 % de nuestros 414 participantes en el estudio declararon síntomas de ansiedad o depresión clínicamente significativos, mucho más de lo que cabría esperar en la población normal. Por consiguiente, al recordar cómo se sentían como adolescentes en ese entorno, tenían dificultades y a menudo se sentían rechazados por sus padres.
También descubrimos que casi el 10 % de los participantes fueron amenazados con el desahucio en algún momento de su infancia, un 15 % de ellos tuvieron que vivir fuera de su casa en algún momento, debido al desorden, y un 2 % tuvo la intervención de los servicios de protección infantil y fue apartado de su hogar.
Sé que reclutó pacientes de foros en línea establecidos por los hijos de padres con trastorno de acumulación. Es de suponer que son las personas más afectadas por este fenómeno. ¿Cómo se manifiesta esto en las personas a las que simplemente les gusta, digamos, coleccionar algo? ¿Es un comportamiento continuo, con un punto crítico en el que se convierte en algo patológico?
Creo que se podría conceptualizar el coleccionismo y la acumulación como un proceso continuo, y hay que trazar una línea en algún punto en términos de importancia clínica.
¿Evaluaron si los hijos de las personas acumuladoras eran más propensos a acumular objetos ellos mismos al llegar a la edad adulta?
Este es nuestro documento de seguimiento, aún no lo hemos analizado.
Pero al observar los datos preliminares, la prevalencia parece bastante baja, en realidad, al menos en nuestra muestra. Y como ha mencionado, en nuestro estudio había gente que buscaba apoyo específicamente porque había crecido en un hogar muy desordenado.
¿Cómo suelen abordar y tratar los proveedores de salud mental el trastorno de acumulación?
A mi entender, actualmente no hay medicamentos aprobados por la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) de Estados Unidos para el trastorno de acumulación, aunque los psiquiatras prescriben inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina e intentan tratar los problemas coexistentes, como la depresión y los síntomas de ansiedad.
Puedo hablar de la terapia cognitivo-conductual con un poco más de detalle. Una serie de estudios aleatorizados controlados apoyan la terapia cognitivo-conductual para el trastorno de acumulación.[2] He mencionado antes que cuando, como profesionales de la salud mental, tratábamos el trastorno de acumulación de forma similar al trastorno obsesivo-compulsivo y dábamos terapia de exposición y prevención de la respuesta, no nos dirigíamos en realidad a las características específicas del trastorno de acumulación. No se hacía esto bien.
Pero ahora los investigadores se están centrando en intervenciones de terapia cognitivo-conductual enfocadas en tareas de desechar que en verdad abordan la acumulación. Se pueden crear diferentes categorías para diferentes objetos: los pacientes pueden conservarlos, tirarlos o donarlos. Se puede explorar qué pensamientos o expectativas se asocian a estos artículos y tratar de abordarlos. Los clínicos pueden ayudar a los pacientes a observar, por ejemplo, diferentes áreas de su casa y discutir lo que podrían estar dispuestos a desechar o al menos pensar en desechar. Así encontrarán sus motivaciones internas para conservar las cosas.
Este tipo de terapia suele llevar más tiempo que, por ejemplo, el trastorno obsesivo-compulsivo. Puede ser un poco más lenta, sobre todo si alguien tiene muchas pertenencias. Y a menudo puede implicar hacer visitas a domicilio. En la era del Zoom esto es un poco más fácil porque las visitas a domicilio no siempre son factibles.
¿Qué papel desempeña la familia en el tratamiento del trastorno de acumulación? Imagino que incluir a los seres queridos y a los amigos en el proceso puede ser bastante útil.
Sí, indudablemente. Y el apoyo social, en general.
Una colega con la que trabajé realizó un estudio muy interesante en el que analizó la terapia cognitivo-conductual impartida por un psicólogo frente a la impartida por compañeros para el trastorno de acumulación.[3] Se observó que el mayor factor predictor de la mejora de los resultados era tener lo que llamaban un "compañero de desorden", que sigue el modelo de los padrinos de Alcohólicos Anónimos. Se trataría de otra persona que lucha contra el mismo problema y que es un compañero de responsabilidad que ayuda al paciente a seguir sus objetivos relacionados con deshacerse de cosas. Creo que este hallazgo subraya lo importante que es el apoyo social.
¿Alguna reflexión final sobre cómo abordar el trastorno por acumulación que quisiera comunicar a la audiencia de Medscape de médicos e investigadores?
Creo que ha habido un estigma —al menos en los círculos de psicología — de que no es realmente tratable debido a ese trabajo anterior con el trastorno obsesivo-compulsivo. Pero en lo que respecta a la terapia cognitivo-conductual, ahora hay buenos motivos para creer que la gente puede llevar una vida mucho más feliz y superar este problema. La terapia cognitivo-conductual parece funcionar para muchas personas con trastorno de acumulación. Eso es lo que me gustaría destacar.
Este contenido fue publicado originalmente en Medscape.com y adaptado para Medscape en español, parte de la Red Profesional.
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