Los efectos del calor extremo en la salud urbana
- Andrea Jiménez
- Noticias
Diversos informes de la ONU lo llevan años advirtiendo: el cambio climático hace a los residentes de la ciudad más vulnerables a ciertos riesgos para la salud debido, entre otras causas, a la contaminación del aire y las olas de calor. De acuerdo con la organización internacional, estos factores son más comunes en urbes que en regiones rurales, ya que, por ejemplo, la temperatura tiende a aumentar en las zonas construidas, teniendo un mayor efecto nocivo en el deterioro de la salud y bienestar de las personas, en particular en los ancianos y niños.
Las olas de calor como la vivida hace solo unos días en España, van a ser cada vez más frecuentes, como ya anunciaba un estudio del Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal) publicado en el 2020. El trabajo concluía que las muertes por afecciones respiratorias atribuidas a las temperaturas habían pasado de producirse de manera mayoritaria durante los períodos más fríos del año a hacerlo en las épocas más calurosas.
Según expone un informe del Observatorio de la Sostenibilidad, en las ciudades españolas donde viven más de 15 millones de personas la temperatura aumentó hasta 0,73 grados de media entre 2011 y 2020 respecto al periodo 1981-2010. Basado en estadísticas de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET), el documento revela cómo en las ciudades más grandes de España, entre las que destaca Madrid, la temperatura entre el centro de la ciudad y las áreas limítrofes llega a variar en nueve grados.
Datos reforzados por otro estudio sobre la vulnerabilidad al calor en áreas urbanas y rurales del Instituto de Salud Carlos III (ISCIII) del 2022 donde se concluye que la población que vive en las ciudades es seis veces más vulnerable al calor que en los pueblos. En un artículo difundido por la misma institución, el investigador Xavier Basagaña resalta los efectos de las altas temperaturas en las personas con enfermedades crónicas, “sobre todo de tipo cardiovascular, respiratorio, renal, mental o del sistema nervioso, ya que tienen más riesgo de sufrir estas consecuencias”.
Un equipo dirigido por el epidemiólogo e investigador de la Universidades de Alcalá y Johns Hopkins, Manuel Franco, acaba de lanzar otro trabajo sobre la incidencia del calor en el primer episodio cardiovascular agudo en adultos de Madrid.
El estudio, que utilizó datos de Atención Primaria del estudio Heart Healthy Hoods para evaluar el efecto de las olas de calor sobre la incidencia de enfermedades cardiovasculares en adultos (primer episodio cardiovascular agudo), y que evaluó la vulnerabilidad por indicadores demográficos, socioeconómicos y de salud, concluyó que el calor aumenta de forma desigual el riesgo en adultos. Si bien el riesgo de sufrir un primer episodio de enfermedad cardiovascular aumentaba de forma general un 15,3 % durante el calor extremo, este afectaba principalmente a varones y la población migrante.
Para ello, los investigadores realizaron un estudio de casos cruzados utilizando la información individual recogida de historias clínicas electrónicas de 6.514 adultos de 40-75 años residentes en la ciudad de Madrid que sufrieron un primer episodio de enfermedad cardiovascular durante el verano entre 2015 y 2018 y análisis estratificados por diagnóstico específico, sexo, edad (40-64, 65-75), país de origen, privación a nivel de área y presencia de comorbilidades.

“Si bien se espera que el cambio climático y el envejecimiento de la población aumenten la exposición y la vulnerabilidad a los eventos de calor extremo, hay evidencia emergente que sugiere que las desigualdades sociales magnificarían adicionalmente los impactos proyectados en la salud de los centros urbanos”, advirtió Franco a Univadis España.
Desafortunadamente este artículo no esta disponible para usuarios no logados
Has alcanzdo el límite de artículos por usuario
Acceso gratuito Un servicio exclusivo para profesionales sanitarios