Los biomarcadores no cardiacos pronostican la miocarditis por inhibidores del punto de control inmunitario

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Unas concentraciones elevadas de estos biomarcadores inmunitarios no cardiacos deberían dar lugar a investigar la presencia de miocarditis en los pacientes con cáncer que reciben tratamiento con inhibidores del punto de control inmunitario.

Un grupo de investigadores ha ideado una nueva estrategia de biomarcadores para identificar a los pacientes que reciben inhibidores del punto de control inmunitario y que pueden presentar miocarditis. Entre los biomarcadores, algunos mostraban un aumento hasta 30 días antes de la hospitalización por miocarditis y podrían resultar útiles como sistema de advertencia temprana, ya que permitirían iniciar el tratamiento inmunodepresor con rapidez.

Aunque los inhibidores del punto de control inmunitario han revolucionado el tratamiento de diversas neoplasias malignas, sus acontecimientos adversos inmunomediados asociados continúan siendo un reto. La miocarditis es la manifestación cardiovascular más grave de los acontecimientos adversos inmunomediados y se estima que su incidencia es de hasta el 2 %.

En un artículo publicado en JACC: CardioOncology, un grupo de investigadores presentó un panel de 4 biomarcadores no cardiacos que suelen recogerse y que pueden pronosticar el inicio de la miocarditis hasta 30 días antes de la hospitalización.

En el estudio observacional se incluyó a 2.606 adultos que recibieron al menos 1 dosis de inhibidores del punto de control inmunitario entre junio de 2014 y diciembre de 2021, y que se sometieron a análisis sistemáticos en serie de la aspartato-aminotransferasa, la alanina-aminotransferasa, la creatina-fosfocinasa y la lactato-deshidrogenasa durante el tratamiento con inhibidores del punto de control inmunitario.

Estos hallaron que la gran mayoría de los pacientes con diagnóstico de miocarditis por inhibidores del punto de control inmunitario también presentaba signos tempranos de lesiones musculares y de daños hepáticos, incluso antes de la hospitalización. De estos pacientes, el 95 % presentaba un aumento en al menos 3 biomarcadores, en comparación con solo el 5 % de los pacientes sin miocarditis.

La mayoría de los pacientes con miocarditis presentaba signos de acontecimientos adversos inmunomediados no cardiacos (88,9 %), incluyendo hepatitis, miositis o aumento de la aspartato-aminotransferasa, la alanina-aminotransferasa y la creatina-fosfocinasa. Todos los pacientes con miocarditis por inhibidores del punto de control inmunitario presentaban concentraciones anómalas de troponina T de alta sensibilidad, lo que indica que con unas concentraciones bajas de la misma se podría descartar la miocarditis por inhibidores del punto de control inmunitario. La mayoría también presentaba un aumento de la alanina-aminotransferasa (88,9 %), la aspartato-aminotransferasa (85,2 %), la creatina-fosfocinasa (88,9 %) y la lactato-deshidrogenasa (92,6 %) en el momento del diagnóstico de miocarditis. Por lo tanto, la ausencia de un aumento en dichos parámetros podría ayudar a los médicos a descartar la miocarditis. Los investigadores hallaron que un aumento de la creatina-fosfocinasa por sí sola ofrecía una sensibilidad del 99 % y una especificidad del 23 % para el diagnóstico de miocarditis aguda por inhibidores del punto de control inmunitario.

Los autores afirman que la alta sensibilidad de estos marcadores y el hecho de que ya se midan de forma habitual los convierten en herramientas ideales para el cribado de la miocarditis por inhibidores del punto de control inmunitario.

“Si bien los inhibidores del punto de control inmunitario han revolucionado el tratamiento de diversos tipos de cáncer, los pacientes que presentan miocarditis, una rara complicación, con frecuencia acuden tarde [al hospital] y tienen al menos un 50 % de probabilidades de morir”, afirmó el Dr. Salim Hayek, autor principal del estudio.

“El diagnóstico de miocarditis por inhibidores del punto de control inmunitario es difícil, dado que no hay ninguna prueba que pueda diferenciarla de otras causas de lesiones cardiacas. Para cuando los pacientes acuden al hospital. ya es, con frecuencia, demasiado tarde. El diagnóstico temprano de los pacientes nos permite iniciar antes el tratamiento inmunodepresor para así darles una mejor oportunidad de sobrevivir”.

“Las anomalías en estos biomarcadores deberían impulsar a los médicos a realizar pruebas para detectar lesiones cardiacas utilizando la troponina de alta sensibilidad”, afirmó Hayek. “Por el contrario, en pacientes con sospecha de miocarditis por inhibidores del punto de control inmunitario, deben medirse las concentraciones de creatina-fosfocinasa. Si son bajas o se encuentran dentro de los límites normales, entonces el diagnóstico de miocarditis por inhibidores del punto de control inmunitario es muy improbable”.

Los autores aconsejan que los signos de aumento de la alanina-aminotransferasa, la aspartato-aminotransferasa y la creatina-fosfocinasa lleven a medir los biomarcadores cardiacos; si los resultados son anómalos, los médicos deben realizar una evaluación exhaustiva para detectar miocarditis aguda o iniciar una supervisión cardiaca más frecuente y así minimizar las interrupciones del tratamiento.