Los adolescentes se alejan del umbral de la obesidad con semaglutida
- Becky McCall
- Noticias de Medscape
DUBLÍN, IRL. Casi la mitad (45 %) de los adolescentes asignados a semaglutida, un agonista del receptor del péptido 1 similar al glucagón (aGLP-1) que se administra una vez a la semana, lograron bajar suficiente peso para caer por debajo del umbral clínico de obesidad, según un análisis secundario del ensayo STEP TEENS (Semaglutide Treatment Effect in People With Obesity).[1]
En comparación, solo el 12,1 % de los adolescentes con obesidad en el grupo de placebo en el ensayo descendió por debajo del umbral de obesidad.
El estudio también encontró que un 74% de los participantes descendió en al menos una categoría de índice de masa corporal (IMC) después de recibir el aGLP-1, en comparación con el 19 % del grupo de placebo.
"En un sentido práctico, vemos que semaglutida redujo el peso a un nivel por debajo de lo que se define como obesidad clínica en casi el 50 % de los adolescentes de nuestro ensayo, lo cual no tiene precedentes históricos con tratamientos distintos a la cirugía bariátrica", comentó el Dr. Aaron Kelly, codirector del Centro Médico para la Obesidad Pediátrica de la Universidad de Minnesota, en Minneapolis, Estados Unidos, quien presentó los datos más recientes en el Congreso Europeo de Obesidad (ECO) de 2023.
"Hubo 22,7 veces más de probabilidad de caer por debajo del umbral de obesidad si eran asignados a semaglutida, en comparación con las probabilidades con placebo ([p < 0,0001), y 23,5 veces más de probabilidad de bajar el IMC en una categoría si recibían semaglutida (p < 0,0001)", informó.
Este análisis sigue a la publicación de 2022 de los principales resultados de STEP TEENS publicados en The New England Journal of Medicine, según lo informado por Medscape Noticias Médicas, que mostró que semaglutida ayudó a los adolescentes a bajar de peso.[1] El fármaco fue posteriormente aprobado por la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) de Estados Unidos para el tratamiento de la obesidad en personas mayores de 12 años, en enero de este año.
El nuevo análisis fue presentado en el Congreso Europeo de Obesidad y publicado simultáneamente en Obesity.[2]
La Dra. Grace O'Malley, Ph. D., del Servicio de Obesidad para Niños y Adolescentes en Salud Pediátrica de Irlanda, en Dublín, Irlanda, comentó los hallazgos y señaló que el acceso de los adolescentes a una atención médica integral es esencial para el tratamiento adecuado de la obesidad. "El tratamiento requiere un abordaje multidisciplinar de atención crónica a largo plazo y, por lo general, cuando se interrumpe, los mecanismos biológicos que impulsan la obesidad comienzan de nuevo a impulsar la acumulación de tejido adiposo".
Esto significa que "el tratamiento a largo plazo que incluye terapia nutricional, ejercicio... apoyo conductual y terapia del sueño debe estar disponible para las familias en combinación con farmacoterapia e intervención quirúrgica cuando sea necesario. Los resultados del estudio STEP TEENS representan un desarrollo prometedor para el tratamiento de la obesidad en adolescentes y para las complicaciones asociadas que se relacionan con la función hepática", recalcó.
"Las mejoras observadas en la categoría de obesidad y la [enzima hepática] alanina transaminasa ayudarán a los médicos a planificar la atención personalizada para los adolescentes con obesidad", dijo la Dra. O'Malley.
Semaglutida modifica la categoría de IMC
En este nuevo análisis secundario de STEP TEENS, los autores examinaron el efecto de 2,4 mg de semaglutida subcutánea para mover de una categoría de IMC a otra a los adolescentes, incluyendo el paso del umbral de obesidad a las categorías de sobrepeso o peso normal.
El estudio también analizó el efecto de semaglutida sobre el metabolismo de la glucosa y los factores de riesgo cardiovascular, así como la seguridad y la tolerabilidad. Sin embargo, este análisis en particular solo examinó a adolescentes con obesidad (solo una persona tenía sobrepeso, por lo que fue excluida), que se dividían en tres subclases más: obesidad clase I (IMC ≥ 95 a < 20 % por encima del percentil 95); obesidad clase II (IMC ≥ 20 % a < 40 % por encima del percentil 95); y obesidad clase III (IMC ≥ 40 % por encima del percentil 95).
Después de un periodo de prueba de 12 semanas con únicamente intervención en el estilo de vida, un total de 200 adolescentes (12 a 18 años) con obesidad (aquellos con el IMCmás alto [5 %]) fueron aleatorizados (2:1) para recibir semaglutida subcutánea de 2,4 mg una vez a la semana o placebo durante 68 semanas, después de un periodo de titulación de 16 semanas. Todos los participantes continuaron recibiendo asesoramiento sobre nutrición saludable y se les fijó una meta de 60 minutos por día de actividad física de intensidad moderada a alta.
El Dr. Kelly y sus colaboradores determinaron los niveles de mejora del IMC así como el logro de peso normal o sobrepeso para la semana 68 en la categoría de IMC.
Al inicio, el porcentaje de participantes con obesidad de clase I, II o III del grupo de placebo fue del 39,7 %, 41,4 % y 19,0 %; y de 31,4 %, 31,4 % y 37,3 %, respectivamente, de los que recibieron semaglutida.
"Después de 68 semanas no sucedió mucho entre los participantes en el grupo de placebo. Sin embargo, un 12,1 % de los participantes con placebo pasaron del umbral de obesidad a las categorías de sobrepeso o peso normal", informó el Dr. Kelly.
En cuanto a los participantes bajo tratamiento con semaglutida, agregó que "el 45 % del grupo disminuyó su IMC por debajo del punto de corte clínico para la obesidad, de modo que un 19,5 % pasó a la categoría de sobrepeso y un 25,4 % a la de peso normal".
Volviendo a la clase de obesidad, el Dr. Kelly informó que de los que inicialmente tenían obesidad de clase III del grupo de placebo, un 91 % permaneció en esa clase y un 9,1 % descendió a la clase de obesidad II en la semana 68. Para aquellos adolescentes con obesidad de clase III bajo tratamiento con semaglutida, un 36,4 % descendió a obesidad de clase II, un 18,2 % descendió a obesidad de clase I, 11% descendió por debajo del umbral de obesidad y un 34,1 % permaneció en obesidad de clase III, agregó.
Específicamente para la obesidad de clase II, un 71 % de los participantes del grupo de placebo permaneció en esa categoría, mientras que un 12 % subió de categoría. "Con semaglutida, más del 50 % [51,2 %] redujo su IMC por debajo del punto de corte de obesidad", anotó el Dr. Kelly.
En la obesidad de clase I, un 26 % de los pacientes en el grupo de placebo redujo su IMC por debajo del punto de corte de obesidad. "Con semaglutida, casi el 80 % redujo su IMC por debajo del umbral de obesidad, y un 57 % redujo su IMC a la categoría normal", informó.
"Cuando observamos los factores de referencia que podrían predecir la respuesta a semaglutida o a placebo, no encontramos ningún factor que fuera... significativo debido al pequeño tamaño de las muestras", dijo. Sin embargo, apuntó que "las mujeres tendían a responder mejor a semaglutida, al igual que los adolescentes más jóvenes, y [aquellos participantes con] pesos corporales medios tendían a responder mejor al fármaco, y había un patrón similar para las clases de obesidad".
Al comentar el estudio, el Dr. Jesse Bittman, Universidad de British Columbia, en Vancouver, Canadá, apuntó: "Es bueno ver más datos sobre diferentes poblaciones en las que se usa algo de semaglutida y la variabilidad en respuesta a ella. El enfoque en el IMC fue interesante porque en la medicina de la obesidad dedicamos mucho tiempo a decirles a nuestros pacientes que no se concentren en el IMC y lo 'normal', porque hay herramientas más importantes, y vemos que puede volverse problemático cuando estos se convierten en el foco de los resultados de la investigación".
Cuando Medscape Noticias Médicas le preguntó si la pérdida de peso rápida en adolescentes podría ser problemática en algunos aspectos, el Dr. Bittman señaló que "una preocupación con estos fármacos es si las personas van a tener pérdida de masa muscular o desnutrición, o si desarrollarán trastornos alimentarios u otras alteraciones de las conductas alimentarias", añadió.
El Dr. Kelly informó que ha participado en actividades educativas y de consultoría no remuneradas para Boehringer Ingelheim, Eli Lilly, Novo Nordisk y Vivus, y que recibió fármacos/placebos donados de Novo Nordisk y Vivus para ensayos clínicos financiados por los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos. La Dra. O'Malley ha declarado haber recibido subvenciones en los últimos tres años de la Junta de Investigación de Salud, Departamento de Salud de Irlanda, la European Association for the Study of Obesity (a través de una subvención educativa de Novo Nordisk), el fondo Healthy Ireland y el Royal College of Surgeons in Ireland Strategic Academic Recruitment (StAR) Programme. El Dr. Bittman ha declarado que recibió fondos de Novo Nordisk, Bayer y Bausch Health.
Este contenido fue publicado originalmente en Medscape.com y adaptado para Medscape en español, parte de la Red Profesional de Medscpae.
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