Las distintas trayectorias de sueño preceden a la demencia

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Conclusión práctica

La duración del sueño nocturno y la duración del sueño a lo largo de todo el día (24 horas) se asociaron con una incidencia diferente de demencia tras 14 años de seguimiento en la cohorte francesa 3C de sujetos mayores de 65 años.

En comparación con los sujetos de control, estas dos duraciones de sueño parecían aumentar 12 años antes del diagnóstico de demencia, es decir, antes de la aparición de alteraciones en las pruebas cognitivas.

Los diagnosticados con demencia tendían a acostarse antes que los sujetos de control 8 años antes de la aparición de la demencia. La monitorización de ciertos parámetros del sueño podría ser de interés para la predicción temprana de la progresión de la enfermedad.

Relevancia

La asociación entre los trastornos del sueño y la demencia ha sido objeto de numerosos estudios, muchos de ellos contradictorios. Esta heterogeneidad está relacionada con el uso de múltiples parámetros, la forma en que se lleva a cabo la recogida de datos, la existencia de un diagnóstico o una visita médica y el carácter transversal de algunos estudios. Este análisis proporciona una visión longitudina y examina la existencia de trayectorias específicas.

Diseño del estudio

El análisis se basó en la cohorte de Montpellier del estudio 3C que reclutó a sujetos no institucionalizados de 65 años o más de Burdeos, Dijon y Montpellier, que fueron seguidos regularmente durante 14 años. Completaron cuestionarios y acudieron a una cita médica a su inclusión y a lo largo del estudio. Las trayectorias de los parámetros del sueño de los sujetos con demencia se compararon con las de 1-4 sujetos de control emparejados por sexo, edad (±3 años) y nivel educativo.

Resultados fundamentales

El estudio comparó a 184 personas diagnosticadas de demencia durante 14 años de seguimiento con 1.566 controles, con una mediana de seguimiento de 10,1 años (mediana de tiempo hasta el diagnóstico de demencia: 6,5 años). El análisis anidado de casos y controles de las trayectorias examinó 182 casos y 719 controles emparejados, seguidos durante una mediana de 11,8 años

Inicialmente, una elevada duración del sueño nocturno se asoció con un mayor riesgo de demencia, especialmente más allá de las 9 horas de sueño. Del mismo modo, la duración del sueño a lo largo de todo el día (24 horas) también fue mayor en aquellos a los que se les diagnosticó demencia durante el seguimiento.

A lo largo de los 14 años de seguimiento, el 4,3 % de la cohorte original siguió teniendo un sueño profundo, mientras que el 10,0 % pasó de un sueño corto o normal a un sueño largo: los que tenían un diagnóstico de demencia eran más propensos a pertenecer a ambos grupos de sujetos que los controles. El aumento de la duración del sueño también fue más rápido entre los que tenían demencia que entre los controles, y se produjo 12 años antes del diagnóstico.

Por último, las trayectorias también fueron diferentes en lo que respecta a la hora de acostarse, estando esta última adelantada en los sujetos enfermos en comparación con los controles a partir del octavo año antes del diagnóstico (de -0,16h a los 8 años a -0,44h 2 años antes del diagnóstico).

Este contenido fue publicado originalmente en Univadis Francia.