La terapia cognitivo-conductual beneficia a cuatro de cada cinco jóvenes con múltiples problemas de salud mental de larga duración
- Liz Scherer
- Resúmenes de artículos
Conclusión práctica
Los niños y jóvenes con problemas de salud mental de mayor duración o con una o tres comorbilidades (en los ámbitos de ansiedad, depresión y conducta) parecen beneficiarse más de un enfoque transdiagnóstico de la terapia cognitivo-conductual que los niños y jóvenes con problemas de menor duración o con un tratamiento habitual. El estudio, realizado por investigadores daneses, noruegos, alemanes y estadounidenses, se publicó en la revista European Neuropsychopharmacology.
Antecedentes y/o implicaciones
Aunque es costoso, los niños y los jóvenes con problemas de larga duración o problemas asociados con malestar psicológico y efectos sobre la vida diaria podrían beneficiarse de un enfoque transdiagnóstico de terapia cognitivo-conductual basada en la comunidad, incluyendo más interacciones con profesionales de la salud mental para aquellos con problemas graves de salud mental.
Diseño del estudio
Mind My Mind fue un ensayo aleatorizado que se centró en el enfoque transdiagnóstico de la terapia cognitivo-conductual, es decir, en el que los niños y jóvenes (de entre 6 y 16 años) trabajaron con sus familias y terapeutas para evaluar el problema principal dentro de los ámbitos de la ansiedad, la depresión o la conducta.
A partir de los datos del estudio, los investigadores estudiaron el efecto de los posibles factores sociodemográficos (sexo, edad, composición de la familia, problemas de salud mental de los padres, grupo étnico, ingresos) y clínicos (duración de los problemas de salud mental no tratados y trastornos mentales diagnosticables) iniciales sobre este enfoque.
Resultados
Se aleatorizó a 396 niños y jóvenes (de 6 a 16 años) a 9-13 sesiones de terapia cognitivo-conductual Mind My Mind o a la atención habitual en un entorno comunitario. La mayoría de los participantes (~82 %) presentaba más de un año con problemas según los informes de los padres, y alrededor del 80 % también cumplía los criterios de padecer uno o más trastornos mentales.
En los resultados del estudio se subrayó que los niños y los jóvenes con diagnóstico de ansiedad, depresión o problemas de conducta tuvieron una respuesta más favorable a la intervención en comparación con el tratamiento habitual. El beneficio fue incluso mayor en los niños y jóvenes con dos o más trastornos.
Una duración mayor de los problemas (es decir, ≥6 meses) también se asoció con un mayor beneficio del tratamiento, aunque tanto la terapia cognitivo-conductual Mind My Mind como el tratamiento habitual parecieron conferir el mismo beneficio en los pacientes cuyos problemas de salud mental surgieron más recientemente.
Limitaciones
El estudio carecía de potencia estadística para identificar interacciones entre factores y tratamiento, y se analizaron numerosos modificadores predeterminados, por lo que los hallazgos estaban sujetos a falsos negativos y falsos positivos.
También es positivo que exista una tendencia natural de los niveles más altos de problemas a disminuir a los niveles más bajos con el paso del tiempo.
Así mismo, se omitieron algunos factores de confusión, como la información sobre traumas infantiles, que justificarían un estudio futuro.
Financiación
El estudio recibió subvenciones de TrygFonden y Lundbeckfonden de Dinamarca. El autor principal, Martin Køster Rimvall, certifica que otros autores han recibido apoyo económico pertinente.
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