La reducción de mortalidad en prematuros: otro de los beneficios del “piel con piel”
- Andrea Jiménez
- Noticias
Una revisión sistemática y metanálisis publicada en BMJ Global Health concluye que el método empleado con bebés prematuros o de bajo peso conocido como “‘piel con piel”' puede disminuir el riesgo de mortalidad en un hasta el 32 % y en un 15 % el de infecciones graves.
Un estudio del que la vicepresidenta de la Sociedad Española de Neonatología (seNeo), Isabel Izquierdo, destaca “la calidad metodológica de la revisión, así como del posterior metanálisis mediante el que evaluaron los efectos del método "piel con piel" frente a la atención convencional y el inicio temprano, es decir, dentro de las 24 horas del nacimiento frente a la iniciación tardía en resultados críticos como la mortalidad neonatal”.
La experta destaca, además, “lo imprescindibles que son estos estudios para la práctica de una medicina basada en la evidencia y una herramienta fundamental en la toma de decisiones médicas”.
“Aunque los beneficios de cuidado madre-bebé son bien conocidos, esta investigación proporciona evidencia actualizada sobre los efectos de esta práctica en la mortalidad y otros resultados críticos en recién nacidos prematuros y de bajo peso al nacer”, agrega Susana Iglesias, matrona en el Hospital do Salnés de Pontevedra. No obstante, según advierte la vicepresidenta de la seNeo, “su implantación depende en mayor o menor medida de los recursos de que dispone cada centro hospitalario”.
La técnica del “piel con piel”, o método canguro, consiste en colocar al recién nacido desnudo y boca abajo sobre el abdomen y pecho de la madre. Y, como expone la matrona “forma parte del cuidado canguro, que es una serie de cuidados pensados para el prematuro especialmente. Aunque son buenos para todos los bebés, pero para estos son claves. También incluyen, entre otros, la lactancia materna exclusiva”.
Además del alto porcentaje en la reducción de la mortalidad que proporciona el “piel con piel”, hasta un 32 % de media, la revisión del BMJ Global Health, que incluyó 31 ensayos con 15.559 lactantes, concluye que cuanto antes se inician estos cuidados y más se prolongan, mejores son los resultados.
Más evidencia para reforzar la toma de decisiones médicas
Además del alto porcentaje en la reducción de la mortalidad que proporciona el “piel con piel”, hasta un 32 % de media, la revisión del BMJ Global Health, concluye que cuanto antes se inician estos cuidados y más se prolongan, mejores son los resultados.
“Hay que destacar que se incluyeron 15.559 recién nacidos, de un total de 31 ensayos clínicos, encontrando como principales resultados la reducción de la mortalidad independientemente de la edad gestacional o el peso al momento del reclutamiento, el momento de inicio y el lugar de inicio del "piel con piel" (hospital o comunidad). Los beneficios de mortalidad fueron mayores cuando la duración diaria del "piel con piel" fue de al menos ocho horas por día que con un "piel con piel" de duración más corta”, apunta Álvaro Solaz, miembro del grupo de humanización de la seNeo y quien realiza en la actualidad trabajos de investigación sobre el método canguro.
“Los hallazgos de este nuevo estudio sugieren que el "piel con piel" debe iniciarse preferiblemente dentro de las 24 horas posteriores al nacimiento y proporcionarse durante al menos ocho horas diarias. Lo que coincide con la reciente publicación del documento de posición global y la estrategia de implementación de la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre el método madre canguro exigen una reorganización fundamental del cuidado materno-infantil”, matiza Izquierdo.
La salud de la madre: entre los beneficios del “piel con piel”
Según un artículo publicado en Nursing Open, entre otras de las ventajas del contacto “piel con piel” inmediato destacan la aceleraciónde las contracciones uterinas, la reducción de la pérdida de sangre materna y del llanto del recién nacido, las mejoras de la satisfacción y comodidad del paciente y el aumento de la tasa de lactancia. Como destacaron los autores de la investigación, donde se evaluaron a 83 mujeres que se sometieron a una cesárea programada, esta práctica “promueve una mayor estabilidad en las madres al reducir el riesgo de hemorragia posparto, por lo que es mejor no separar a madre e hijo en las primeras horas después de la intervención”.
“El piel con piel”, regula además, la temperatura corporal del recién nacido según sus necesidades, así como el ritmo cardiaco y respiratorio. Aporta más tiempo de tranquilidad y de sueño profundo. Y reduce el tiempo hospitalario”, destacan los dos expertos de la seNeo.
Por otro lado, el “piel con piel” es determinante también en la salud mental de la madre, “ya que influye en hormonas con efecto en su estado de ánimo, sensación de bienestar y capacidad de cuidar a su cría. Además, disminuye el riesgo de hemorragias, favorece la creación de vínculo sano con su bebé —que después será importante en la crianza— y mejora su experiencia”, apunta la matrona, con experiencia en la técnica. “En mi hospital cumplimos con este cuidado básico en los partos desde el 2008. En las cesáreas ha costado mucho más introducirlo porque el personal de quirófano era muy contrario a cambios, pero desde el 2015 se normalizó”, declara.
Una práctica con historia
Como expone Solaz, “en España, se dispone de datos sobre la implantación de los cuidados centrados en el desarrollo, y por tanto del cuidado canguro, en las unidades neonatales a partir de 1999. En 2006, se publicó uno de los primeros estudios sobre estos cuidados en España, basado en un cuestionario enviado a las unidades neonatales españolas, cuyos datos fueron actualizados en una nueva publicación en 2014. A nivel nacional, el estudio más reciente es el publicado en el año 2020. En él, se evalúa la implantación de los cuidados centrados en el desarrollo en base a ocho principios de atención (definidos por un grupo de expertos europeos), entre los que se encuentra el método canguro y donde se afirma que el 97 % de las 65 unidades encuestadas realiza el cuidado canguro de manera rutinaria, si las condiciones del recién nacido lo permiten.
Desde el 2010 el Ministerio de Sanidad incluye esta práctica en su Guía de Práctica Clínica sobre la Atención al Parto Normal. “Y tiene el visto bueno de todas las asociaciones de pediatría y neonatología del mundo”, destaca Iglesias, para quien “solo se justifica no llevar a práctica este cuidado básico “en caso de que la madre o el bebé, si por ejemplo necesita reanimación intensa, presenten riesgos”.
“Tal y como indica este estudio y muchos otros, son los recién nacidos prematuros extremos menores de 28 semanas de edad gestacional lo que más morbimortaldiad tienen asociada, y todavía se precisan más estudios, pero con los datos disponibles actualmente es un cuidado seguro y que podría contribuir a mejorar el neurodesarrollo y disminuir la morbimortalidad de estos pacientes, independientemente de los recursos económicos de los países, algo que hay que destacar”, apunta Izquierdo.
“Existen otras situaciones clínicas críticas en las que el recién nacido se encuentra en estado hemodinámicamente y/o respiratoriamente muy inestable en las que resulta muy complicado poder realizar el contacto 'piel con piel' posponiéndose éste hasta que se estabiliza esta situación”, concluye por su parte Solaz.
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