La pérdida de cabello afecta a más de la mitad de las mujeres posmenopáusica

  • Heidi Splete

  • Maria Baena
  • Noticias de Medscape
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Nuevo datos, basados en 178 personas, señalan que la alopecia de patrón femenino se identificó en un 52 % de las mujeres posmenopáusicas y un 4 % de estos casos involucraba calvicie extensa.[1]

La alopecia de patrón femenino puede desarrollarse en cualquier momento desde la adolescencia hasta después de la menopausia, escribieron la Dra. Sukanya Chaikittisilpa, de la Universidad Chulalongkorn en Bangkok, Tailandia, y sus colaboradores.

La causa de la alopecia de patrón femenino sigue siendo incierta, pero la presencia de receptores de estrógeno en los folículos pilosos sugiere que los cambios hormonales de la menopausia pueden afectar el crecimiento del cabello, compartieron los investigadores.

En un estudio publicado en Menopause, los investigadores evaluaron la alopecia de patrón femenino en 178 mujeres posmenopáusicas de 50 a 65 años. La alopecia de patrón femenino se determinó con base en fotografías y medidas de niveles hormonales, densidad del cabello y diámetro del cabello.

La prevalencia global de alopecia de patrón femenino fue del 52,2 %. La pérdida de cabello se dividió en tres categorías, leve, moderada y grave (grados I, II y III de Ludwig) con una prevalencia del 73,2 %, 22,6 % y 4,3 %, respectivamente. La prevalencia de alopecia de patrón femenino también aumentó con la edad y el tiempo transcurrido desde la menopausia. En un análisis de regresión logística simple, ser mayor de 56 años y tener más de 6 años desde la menopausia se asociaron significativamente con la alopecia de patrón femenino (odds ratio: 3,41 y 1,98, respectivamente).

Sin embargo, después de ajustar por múltiples variables, solo un índice de masa corporal de 25 kg/m2 o superior también se asoció con una mayor prevalencia de alopecia de patrón femenino (hazard ratio ajustado: 2,65).

Un total del 60 % de las participantes del estudio cumplieron con los criterios de baja autoestima, incluidas todas las mujeres en la categoría de pérdida de cabello extensa.

“Las mujeres posmenopáusicas con alopecia de patrón femenino en nuestra cohorte tenían menor densidad total de cabello, densidad del cabello terminal, grosor del cabello, densidad de la unidad de cabello y promedio de cabello por unidad que aquellas con patrones de cabello normales”, aunque la densidad del vello fue mayor en mujeres con alopecia de patrón femenino, escribieron los investigadores en su discusión de los hallazgos. Esta distinción puede ser causada en parte por el ciclo del cabello más corto y la fase anágena reducida de los folículos que son similares a las vellosidades, comentaron.

Los hallazgos del estudio estuvieron limitados por varios factores, incluido el diseño transversal y la inclusión de mujeres de una sola clínica de menopausia, lo que puede no reflejar la alopecia de patrón femenino en la población general, así como que dependían del recuerdo de las pacientes, anotaron los investigadores. Otra limitación fue la incapacidad de evaluar los niveles hormonales posmenopáusicos, agregaron.

Sin embargo, "este estudio puede ser el primer estudio de alopecia de patrón femenino realizado en una clínica de menopausia dirigido solo a mujeres posmenopáusicas sanas", escribieron. Se necesita más investigación para determinar el papel potencial del estrógeno y la testosterona en la alopecia de patrón femenino en mujeres posmenopáusicas, y si tener antecedentes de síndrome de ovario poliquístico tiene algún efecto, dijeron. Mientras tanto, los resultados del estudio actual pueden ayudar a los médicos y pacientes a determinar los tratamientos hormonales para la menopausia más apropiados para las mujeres posmenopáusicas con alopecia de patrón femenino, concluyeron.

Se deben tener en cuenta los problemas para el estilo de vida y la autoestima

El estudio actual es importante en este momento porque una mayor proporción de mujeres están llegando a la menopausia o son menopáusicas, afirmó en una entrevista la Dra. Constance Bohon, ginecóloga en práctica privada en Washington, Estados Unidos.

"Todo lo que podamos hacer en la comunidad médica para ayudar a las mujeres a pasar a los años de la menopausia con la menor ansiedad es importante", incluso ayudar a las mujeres a sentirse cómodas con su apariencia, señaló.

"Para las mujeres en los años perimenopáusicos y posmenopáusicos, la pérdida de cabello es una preocupación relativamente frecuente. Sin embargo, en el estudio actual, me sorprendió que se asociara con baja autoestima y obesidad. Sería interesante saber si, en este grupo, también tenían preocupaciones sobre la apariencia de sus cuerpos o solo sobre la pérdida de cabello", comentó la especialista. La pregunta es si la pérdida de cabello en sí misma provocó una baja autoestima en la población del estudio o si exacerbó su ya deficiente autoevaluación, reflexionó la Dra. Bohon.

"Otra consideración es que tal vez estas mujeres ya estaban sintiendo los efectos del envejecimiento y estaban tratando de cambiar su apariencia mediante el uso de tintes para el cabello, y ahora también se encuentran perdiendo cabello".

El mensaje principal para los médicos es que las conversaciones con mujeres perimenopáusicas y posmenopáusicas deben incluir el tema de la caída del cabello junto con los sofocos y los sudores nocturnos, aseguró la Dra. Bohon.

Las mujeres que experimentan pérdida de cabello o están preocupadas por la posibilidad de pérdida de cabello deben consultar a sus médicos sobre posibles intervenciones que puedan mitigar o prevenir una mayor pérdida de cabello, puntualizó.

En cuanto a la investigación adicional, "el tema más importante es determinar los factores que están asociados con la pérdida de cabello en los años perimenopáusicos y posmenopáusicos", dijo la Dra. Bohon. Las preguntas de investigación deben incluir el impacto de teñir o alisar el cabello en la probabilidad de pérdida de cabello, y si las mujeres con sofocos más graves, sudores nocturnos o insomnio tienen más pérdida de cabello que las mujeres que no experimentan ninguno de los síntomas a medida que pasan por la menopausia, enfatizó.

Otro aspecto por considerar es si ciertas dietas o alimentos son más frecuentes entre las mujeres que tienen más pérdida de cabello, y si la pérdida de peso en un rango normal o el aumento de peso en un índice de masa corporal superior a 25 kg/m2 afecta la caída de cabello, agregó. Además de no descartar el impacto del estrés y si las mujeres que han perdido cabello identifican ciertos momentos estresantes que precedieron a su pérdida de cabello, así como qué medicamentos podrían estar asociados con la pérdida de cabello y si la terapia hormonal podría prevenir la pérdida de cabello, finalizó la Dra. Bohon.

El estudio fue apoyado por Ratchadapiseksompotch Fund de la Facultad de Medicina de la Universidad Chulalongkorn. Los investigadores y la Dra. Bohon declararon no tener conflictos de interés económico pertinentes. La Dra. Bohon es miembro del Consejo Asesor Editorial de Ob.Gyn. News.

Este contenido fue originalmente publicado en MDEdge.com y adaptado para Medscape en español, parte de la Red Profesional de Medscape.