La psitacosis es una enfermedad rara que ha sido infradiagnosticada o mal diagnosticada durante la pandemia de la COVID-19, probablemente porque los síntomas de la enfermedad son similares a los de la COVID-19, señalaron los investigadores basándose en los datos de 32 individuos.[1]
El diagnóstico y el cribado de la COVID-19 siguen aumentando; sin embargo, es posible que no se detecten casos de neumonía atípica causada por patógenos poco comunes, que producen síntomas similares, afirmaron Qiaoqiao Yin, M. Sc., del Hospital Popular Provincial de Zhejiang, en China, y sus colaboradores.
"Las manifestaciones clínicas de la psitacosis humana pueden presentarse como neumonía grave de rápida evolución, síndrome de dificultad respiratoria aguda, sepsis e insuficiencia orgánica múltiple", pero no se han estudiado bien los casos humanos, indicaron.
En un estudio publicado en International Journal of Infectious Diseases, los investigadores revisaron los datos de 32 adultos con diagnóstico de neumonía por Chlamydia psittaci durante la pandemia de la COVID-19, entre abril de 2020 y junio de 2021 en China. El promedio de edad de los pacientes era de 63 años, 20 eran hombres y 20 tenían enfermedades subyacentes.
Un total de 17 pacientes acudieron con fiebre, tos y expectoración de esputo blanco-amarillento. En el momento del ingreso en el hospital, tres pacientes tenían mialgias, dos presentaban cefalea y dos tenían hipertensión. En un principio se sospechó que los pacientes tenían COVID-19.
"Todos los pacientes mostraban una neumonía atípica, que incluía infiltración inflamatoria, derrame pleural, múltiples lesiones inflamatorias exudativas con edema intersticial, abscesos y consolidación pulmonares", todo lo cual podía observarse también en los pacientes de COVID-19, afirmaron los investigadores.
Se utilizaron pruebas de reacción en cadena de la polimerasa con transcripción reversa (RT-PCR) y ensayo por inmunoabsorción ligado a enzimas (ELISA) para descartar COVID-19. A continuación, los investigadores utilizaron la secuenciación metagenómica de nueva generación para identificar los patógenos causantes de la enfermedad. Obtuvieron 18 muestras de líquido de lavado broncoalveolar, nueve muestras de sangre periférica y cinco muestras de esputo. La secuenciación metagenómica de nueva generación identificó a C. psittaci como el patógeno sospechoso en 48 horas. Las sospechas de infección por C. psittaci se confirmaron mediante PCR en las muestras de líquido de lavado broncoalveolar y esputo en seis de las nueve muestras de sangre, "lo que indica una menor sensibilidad de la PCR en comparación con la secuenciación metagenómica de nueva generación para las muestras de sangre", apuntaron los investigadores. No se identificaron otros patógenos potenciales.
La psitacosis es común en las aves, pero es infrecuente en los humanos. Los investigadores señalaron que C. psittaci es causa del 1 % al 8 % de los casos de neumonía extrahospitalaria en China. Aunque las aves de corral son una fuente de infección, 25 de los pacientes del estudio no refirieron antecedentes de exposición a aves de corral o palomas en el momento de su ingreso inicial en el hospital. Muchos pacientes pueden desconocer la exposición a las aves de corral, lo que complica aún más el diagnóstico de infección por C. psittaci, añadieron.
Todos los pacientes fueron tratados con esquemas a base de doxiciclina y mostraron mejoría.
Los hallazgos se vieron limitados por varios factores, como la falta de una herramienta de diagnóstico definitiva para C. psittaci y la falta de muestras de suero de convalecientes para confirmar los casos, comentaron los investigadores. Además, en la mayoría de los hospitales de China no se dispone de detectores moleculares para la PCR, agregaron. Los resultados representan el mayor número conocido de casos de sospecha de neumonía por C. psittaci y ponen de relieve la necesidad de que los médicos estén atentos y sean conscientes de esta rara enfermedad, sobre todo teniendo en cuenta la posibilidad de que se hagan diagnósticos incorrectos durante la actual pandemia de la COVID-19, concluyeron.
El estudio no recibió financiación externa. Los investigadores han declarado no tener ningún conflicto de interés económico pertinente.
Este contenido fue publicado originalmente en Medscape.com y adaptado para Medscape en español, parte de la Red Profesional.
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