La nutrición, clave para acabar con la tuberculosis en Europa
- Liz Scherer
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A medida que se acercaba el Día Mundial de la Tuberculosis, celebrado el pasado 24 de marzo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) instaba a los países miembros a redoblar sus esfuerzos para reducir la incidencia de la tuberculosis en un 90 % y la mortalidad en un 95 % para el año 2035. Aunque la región europea ha hecho progresos significativos en los últimos años, los nuevos casos de tuberculosis multirresistente y resistente a la rifampicina siguen contrarrestando los avances.
Un factor no tenido en cuenta hasta la fecha podría estar dificultando los avances. Los resultados de un nuevo estudio publicado en la revista Clinical Nutrition subrayan que la malnutrición aumenta el riesgo de contraer tuberculosis y reduce la eficacia de los tratamientos, lo que se traduce en peores desenlaces. Esto supone una amenaza directa para los países de la región europea de la OMS que sufren la mayor prevalencia mundial de enfermedades no transmisibles, causa directa de la desnutrición y la malnutrición (es decir, de la malnutrición relacionada con la enfermedad) y de los factores de riesgo asociados. Los factores de riesgo de las enfermedades no transmisibles incluyen la diabetes, el tabaquismo y el abuso de alcohol y sustancias.
De los 19 estudios incluidos en la revisión (que reclutaron a más de 6.000 participantes con tuberculosis), el aumento de la ingesta de calorías y proteínas mediante suplementos nutricionales o alimenticios orales (p. ej., dulces, comidas completas o barritas de cereales) junto con el asesoramiento mejoró la masa libre de grasa o la masa celular corporal en la mitad de los estudios. Varios estudios también demostraron mejoras en las tasas de curación/recuperación de la tuberculosis y en la fuerza de prensión de la mano.
Para seguir avanzando hacia el objetivo de la OMS de acabar con la epidemia mundial de tuberculosis, debe realizarse un cribado de la malnutrición y evaluarse el estado nutricional durante las revisiones médicas rutinarias, especialmente entre los grupos de alto riesgo. Entre ellos se encuentran las personas que padecen enfermedades crónicas (como hepatopatías), el consumo elevado de alcohol, los ancianos, las personas inmunodeprimidas frágiles y los grupos sociales especialmente vulnerables (presos, militares y personas que viven en entornos cerrados y hacinados). Las indicaciones para el cribado mediante herramientas validadas (como la Herramienta Universal de Cribado de la Malnutrición) pueden medirse preguntando sobre el apetito, los hábitos alimentarios diarios y los cambios involuntarios del peso corporal.
El tema de este año es ¡Sí! ¡Podemos acabar con la tuberculosis! La aplicación de estrategias para contrarrestar la malnutrición y eliminar la inseguridad alimentaria puede contribuir en gran medida a la prevención y el tratamiento de la tuberculosis y de la tuberculosis multirresistente a los medicamentos y a la rifampicina.
Este contenido fue publicado originalmente en Univadis.com
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