La labor de Médicos del Mundo y voluntarios sanitarios en Ucrania
- Andrea Jiménez
- Maria Baena
- Noticias
La guerra de Ucrania ha centrado la atención mundial mediática, movilizando la ayuda internacional y a muchas ONGs al territorio. “Pero no es un conflicto nuevo sino una crisis olvidada que ahora se ha encrudecido por la escalada militar y los bombardeos”, aclara José Felix Hoyo, especialista en Medicina Familiar y Comunitaria y vicepresidente de Médicos del Mundo, organización que se desplazó en el 2014 al país para establecer una misión. “Es curioso que hasta ahora no se hablara de un conflicto muy activo durante muchos años, con tantas zonas minadas, 14.000 muertos, un conflicto de una intensidad potente”, dice Hoyo, quien visitó la zona en el 2019. Antes del estallido de la guerra, casi 3 millones de personas en el este de Ucrania dependían ya de ayuda humanitaria para sobrevivir.
Gracias a una financiación anual de 5 millones, desde hace 8 años Médicos del Mundo proporciona acceso a la salud a la población afectada y cuenta con un equipo de unas cien personas desplegadas en la zona, de las cuales 20 son sanitarios. “Enfermeras, psicólogas, matronas, que siguen trabajando a pesar de las dificultades”, detalla el experto. Para responder a la intensificación de la emergencia, la ONG ha enviado un equipo de refuerzo para sumarse a los compañeros en terreno, “pero no ha sido estrictamente necesario desplazar mucho más personal a Ucrania”, cuenta Hoyo, que también ejerce de vocal de Emergencias de la organización.
Las secuelas en la salud mental son los primeros efectos en los que deriva un conflicto de esta índole, “área para la que hemos sumado de forma urgente algunos perfiles de coordinación con el objetivo de ampliar la intervención de asistencia”, expone el responsable de Médicos del Mundo. A través de las consultas telemáticas, que ya estaban en marcha, se está realizando el seguimiento de distintos grupos de pacientes con trastornos mentales. “Mientras las comunicaciones sigan permitiéndolo, seguiremos aprovechando esta tecnología que también utilizamos durante los peores momentos de la pandemia”, explica.
Reparto de kits de emergencia y la planificación de refugiados
A la hora de elaborar los planes de actuación en una guerra, la logística de distribución de material suele ser una de las mayores dificultades. “Nosotros llevamos desde el 2014 en la zona y contamos con mucho personal, la ventaja de ser una organización casi local nos está facilitando el trabajo”, anuncia el médico.
La primera respuesta de las ONGs está dirigida al reparto de alimentos, productos de higiene y refugio, donación de equipamiento médico, apoyo psicosocial a las familias y atención infantil. “Como ya teníamos reserva de material estratégico hemos donado equipos provenientes de nuestro stock de contingencia a los hospitales con los que colaboramos de forma regular, principalmente material de traumatología y quirúrgico, así como, kits de emergencia destinados la atención primaria, la salud mental y la sexual y reproductiva", enumera. Su organización ha enviado también 3 toneladas de material para repartir en la zona fronteriza con Rumanía.
Médicos del Mundo cuenta, además, con personal local en distintos emplazamientos que está llevando a cabo donaciones puntuales. “Recientemente hemos repartido insulina entre la población que lo necesitaba. En determinados lugares, todavía se puede ir a una farmacia y comprarla, aunque los suministros se van acabando”, cuenta.
“Vamos a llevar medicación básica como paracetamol, antibióticos, material para hacer torniquetes, etc.”, explica Rosa María Orriols, asesora global de Emergencias de la Organización Mundial de la Salud y quien está coordinando ayuda humanitaria entre distintas organizaciones y el Ministerio de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación para fletar un convoy de 15 autobuses hasta Ucrania. “El objetivo es traernos el máximo número de gente posible y darles acogida. Pero aprovechamos para llevar material”, explica Orriols, responsable también de encontrar sanitarios que acompañen a los autobuses. “Sabemos de muchos casos de hipotermia o de gente que ya presentaba una patología y que con la emergencia se ha agravado… Por eso, antes de traerlos a España vamos a darles una primera asistencia”, explica Orriols, ya con experiencia en campos de refugiados como el de Viena o el Líbano.
Según explica a Univadis España, “el grupo voluntario lo conforman todo tipo de perfiles. La pandemia ha provocado una gran escasez de profesionales, y se necesitan muchas manos. Necesitamos muchas enfermeras, y no hay suficientes, pero las que hacen, por ejemplo, en servicio oncológico que tienen más disponibilidad y se están sumando, así como estudiantes y muchos médicos jubilados”.
Además del reparto material, Médicos del Mundo está preparando sus equipos para posibles intervenciones en las fronteras del país. “Ya hemos evaluado la situación en Moldavia, Bulgaria, Rumaníia, Polonia, y lo vamos a hacer en Hungría”, detalla su vicepresidente y explica que “el tránsito de refugiados está siendo bastante rápido porque mucha gente ya tenía recursos habitacionales y soporte familiar en Europa, que lleva recibiendo un flujo de personas ucranianas desde hace años. No obstante, según avanza el conflicto, hay muchos que no tienen su destino claro”. Casos para los que la ONG ha preparado una intervención fronteriza como las llevadas a cabo en muchas otras crisis, “y donde seguimos trabajando, como Yemen, Sudán del Sur, Venezuela o Siria, entre otros territorios. El trabajo psicosocial de recuperación es muy importante”, incide Hoyo.
“Es fundamental planear la acogida de las personas que huyen y facilitar un programa para que normalicen lo más posible su vida”, dice Orriols, responsable de coordinar el convoy de ayuda que saldrá el próximamente de España hasta la frontera de Polonia. Según la ONU, 677.000 personas han salido de Ucrania hacia los países vecinos desde que comenzó la invasión rusa y existe el temor que esta cifra siga incrementándose dramáticamente.
Ayuda humanitaria destinada a tratar las enfermedades crónicas
La guerra de Ucrania se distingue en un aspecto principal de otras emergencias en países de bajos ingresos a las que están acostumbradas a trabajar organizaciones humanitarias. “Es un conflicto muy particular porque hay una población muy mayor, con una media de edad de 70 años, que no tiene nada que ver con el perfil que uno se encuentra en una consulta de otro país en el que tenemos misiones. La edad de la población y sus características hacen que existan otras necesidades de atención como, por ejemplo, medicamentos para tratar enfermedades crónicas”, especifica Hoyo.
Mientras que en países de África o América Latina las organizaciones elaboran carteles de sensibilización en torno al embarazo, las diarreas, las enfermedades respiratorias o las infecciosas como la malaria, problemas más frecuentes en una emergencia en esas zonas, “aquí estamos elaborando campañas para prevenir el ictus o los infartos”, explica el vicepresidente de la ONG. “Es algo curioso porque, aparte de los requerimientos de primera necesidad que provoca cualquier guerra, como material quirúrgico o para paliar el aumento de enfermedades diarreicas y problemas de la salud sexual y reproductiva, en esta crisis la atención se destina en mayor medida al control de enfermedades crónicas. El perfil más común que acude a los centros de salud es de edad avanzada, por lo que necesita un seguimiento constante y acceso a los medicamentos para las enfermedades crónicas”, relata Hoyo. De acuerdo con datos de la ONG para la que trabaja, en Luhansk y Donetsk el 30 % de la población tiene más de 60 años.
En un conflicto armado, la salud y dignidad de las mujeres suele ser la primera víctima
Además de todas las consecuencias que trae una guerra, las mujeres en Ucrania deberán enfrentar más desatención sanitaria y riesgo de abuso sexual. “La pobreza y situaciones de conflicto agravan la situación de niñas y mujeres, disparando los casos de violencia de género y la explotación. Muchas que intentan huir acaban atrapadas por las mafias”, relata el vicepresidente de Médicos del Mundo, que prioriza en sus intervenciones a esta población. “Es importante hacer programas dirigidos a protegerlas y que creen espacios seguros para que puedan denunciar abusos, o por lo menos transmitirlo”, insiste Hoyo. En todos los programas que presenta la ONG se incluye la protección de mujeres de niñas como un elemento fundamental de cada actividad. “Para nosotros, la perspectiva de género de una de las más importante y todos los programas llevan ese filtro”, explica.
A la espera de que se permitan corredores humanitarios, la organización planea llevar a cabo otro tipo de acciones en Ucrania. “En estos días contemplaremos si debemos reforzar la Atención Primaria o el personal para atender clínicas móviles, así como mandar más equipos quirúrgicos”, anuncia Hoyo.
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