La hipoacusia y los acúfenos son frecuentes entre los supervivientes al cáncer

  • Cheung S & al.
  • BMJ Support Palliat Care

  • Univadis
  • Clinical Summary
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De acuerdo con un nuevo análisis publicado en BMJ Supportive & Palliative Care, entre los supervivientes al cáncer que recibieron tratamiento con quimioterapia con taxanos o con derivados del platino son frecuentes la hipoacusia y los acúfenos.

Más específicamente, los investigadores hallaron que más del 50 % de los supervivientes a 4 de los tipos de cáncer más prevalentes (ginecológico, gastrointestinal, de mama o de pulmón) sufría hipoacusia confirmada mediante audiograma y que el 35 % presentaba acúfenos significativos.

“Estos resultados tienen enormes implicaciones para los médicos que tratan a los pacientes de cáncer, así como para los supervivientes a esta enfermedad”, afirmó en unas declaraciones el autor principal, el Dr. Steven W. Cheung, profesor de Otorrinolaringología y de Cirugía de Cabeza y Cuello en la Universidad de California en San Francisco.

Los investigadores evaluaron a 273 supervivientes al cáncer ginecológico, gastrointestinal, de mama o de pulmón que cumplimentaron las medidas, notificadas por los propios pacientes, de hipoacusia y acúfenos, y que se sometieron a una evaluación audiométrica. En total, el 12,8 % de los pacientes recibió solo un tratamiento con derivados del platino; el 56,8 %, un tratamiento con taxanos, y el 30,4 %, un tratamiento con taxanos y con derivados del platino.

Este estudio forma parte de un estudio más amplio en el que se evaluó la neuropatía periférica provocada por la quimioterapia y la hipoacusia y los acúfenos en los supervivientes al cáncer que recibieron quimioterapia neurotóxica.

Las tasas de incidencia, así como los impactos, de la hipoacusia y los acúfenos fueron similares en los 3 tratamientos.

La prevalencia de hipoacusia notificada por los propios pacientes osciló entre el 30,5 % para la combinación de derivados del platino y taxanos, y el 34,3 % para los derivados del platino en monoterapia.

Las tasas de hipoacusia confirmada mediante audiograma oscilaron entre el 52,3 % para el grupo que recibió solo taxanos y el 71,4 % para el grupo que recibió solo derivados del platino.

Casi la mitad de los pacientes (47,1 %) que notificaron hipoacusia ellos mismos presentaba unas puntuaciones
en el Inventario de minusvalía auditiva para adultos que indicaban una minusvalía de moderada a grave debido a esta neurotoxicidad.

La prevalencia notificada por los propios pacientes de acúfenos en los 3 grupos de quimioterapia osciló entre el 40,3 % (solo taxanos) y el 45,7 % (solo derivados del platino). Las tasas de acúfenos de transcendencia clínica (que se definió como la presencia durante al menos 5 minutos/día durante 4 días a la semana) oscilaron entre el 37,1 % (solo derivados del platino) y el 40 % (solo taxanos).

La Dra. Christine Miaskowski, enfermera titulada, profesora y vicepresidenta de investigación de la Universidad de California en San Francisco, señaló que los pacientes que recibieron estas quimioterapias deben someterse a pruebas de detección de hipoacusia antes del inicio del tratamiento y al finalizarlo.

“La buena noticia es que el tipo de hipoacusia asociada con la quimioterapia neurotóxica puede mejorarse con una prótesis auditiva”, explicó Miaskowski.

 La Dra. Arum Kim y el Dr. Akash Shah, especialistas en cuidados paliativos del Centro Oncológico Perlmutter de Langone de la Universidad de Nueva York en la ciudad homónima, afirmaron que el estudio es “novedoso” por dos motivos. Cuantifica la prevalencia y la gravedad de la hipoacusia y de los acúfenos en supervivientes adultos al cáncer, y explora este problema tanto para los taxanos como para los tratamientos con derivados del platino. Los doctores Kim y Shah no participaron en este estudio de la Universidad de California en San Francisco.

En general, los resultados contribuyen a subrayar “la necesidad de continuar la evaluación de este posible efecto secundario en los pacientes que inician y completan estos tratamientos”, afirman los doctores Kim y Shah.

El Instituto Nacional del Cáncer de EE. UU. y la Sociedad Estadounidense contra el Cáncer financiaron este estudio. Ni los autores del estudio ni los Dres. Kim y Shah notificaron ninguna relación económica relevante.