La falta de educación alrededor de la menstruación en España aumenta las experiencias negativas sobre la regla

  • Andrea Jiménez
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Un estudio de la Universidad Politécnica de Valencia (UPV) y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) publicado en la BMC Women's Health denuncia que la educación menstrual en España es todavía deficiente, lo que aumenta las experiencias negativas sobre la regla. 

De acuerdo con la reciente investigación, basada en un cuestionario online anónimo realizado a más de 4.000 personas residentes en España, las emociones más comunes durante la primera menstruación fueron la vergüenza (reportada por el 23 % de las encuestadas), preocupación (20 %), miedo (16 %) y estrés (15 %).

Datos que para la ginecóloga y sexóloga Miriam Al Adib evidencian cómo “hay que desmitificar muchas ideas en relación a la menstruación. Todavía existen muchos aspectos de la regla que no se conocen lo suficiente y que tienen una repercusión en la calidad vida de muchas mujeres”. Según la experta, “se debe brindar más información al respecto, hablar de aquellos mitos y tabúes que rodean a la menstruación a través de estrategias públicas de información y desde los centros educativos”. Una necesidad que evidencia el trabajo español publicado en la BMC Women's Health. Los temas que abordaron las preguntas del estudio, realizado entre mayo de 2021 y enero de 2022, se centraban en la educación recibida sobre la menstruación, la comodidad con la que se habla del tema, emociones experimentadas durante la menarquía, productos de higiene menstrual, impacto económico e impacto social, entre otros. Y la respuestas desvelaron datos poco alentadores, como que un 35,7 % de las mujeres encuestadas no sabía muy bien qué era la regla cuando les bajó por primera vez y hasta un 56,1 % no sabía lo suficiente sobre cómo proceder. La investigación recoge, además, numerosos testimonios en los que la regla fue causa de burla o comentarios despectivos, así como insuficiente la información disponible sobre cómo manejar el sangrado.

 

Por otro lado, los datos de la publicación muestran que, a pesar de todos los cambios sociales que han ocurrido en estas décadas, las emociones que se experimentan durante la primera menstruación en España no han variado significativamente desde la década de los 50 hasta la de inicios del 2000, con un claro perjuicio para las mujeres.

“Para evitar que alguien lo pase mal simplemente por tener una idea errónea de lo que es la menstruación habría que explicar mucho mejor en qué consiste este proceso. También deberíamos no patologizar aspectos comunes de la regla y no normalizar los que no lo son. Es decir, tener coherencia en cuanto a la correcta información para que vivamos más saludables y sin que esos mitos y tabúes que nos rodean nos afecten”, señala Al Adib.

Como también exhibe el estudio, la falta de información no se reduce a la primera regla. La publicación de UPV y el CSIC evidencia la necesidad de información fiable y accesible sobre cómo gestionar los dolores menstruales, síntomas de endometriosis y otros trastornos similares, o sobre cuándo acudir a un especialista. 

 

“Para atender los dolores menstruales hay que diferenciar entre los de tipo funcional, cuando no encontramos una causa física, o de tipo orgánico, si los provoca un trastorno, como la endometriosis”, advierte la ginecóloga, experta en la enfermedad. “Ya sea funcional u orgánico va a necesitar un tratamiento, sobre todo cuando se trata de un dolor que impide el desarrollo normal de nuestras vidas”.

Si bien Al Adib destaca “que nunca hay que normalizar el dolor de la menstruación, es importante diferenciarlos. Hay dolores leves que con buenos hábitos o con un analgésico de vez en cuando mejoran, y hay otros que pueden llegar a ser incapacitantes, que no se pueden dejar sin tratar”.

Pero, ¿en qué contextos deberíamos acudir a consulta por ello? Según la especialista, “cuando el dolor es inhabilitante se debe iniciar tratamiento cuanto antes. O cuando hay una alteración importante en la calidad de vida, bien por exceso de sangrado, por una regla muy abundante que produce anemia, o un patrón de sangrado irregular, que por ejemplo venga la regla de forma muy abundante o cada menos de 21 días”. Como expone la ginecóloga los patrones inconstantes de sangrado “suelen ser la punta del iceberg de que algo que puede estar ocurriendo. Por eso hay que encontrar a qué se debe y poner un tratamiento adecuado. Si se trata de una disfunción tiroidea, habría que tratar esa causa”.

De acuerdo con Al Adib, “para iniciar tratamiento hay que ir a un especialista y descartar antes una enfermedad como la endometriosis, trastorno  que presentan una de cada diez mujeres. Y, aunque no a todas les da mala calidad de vida, pero sí a un porcentaje importante de las que la padecen. Y no se pueden quedar sin tratar. Hay que tener en cuenta que casi el 50 % de estas pacientes tardan una media de ocho años en ser diagnosticadas. Y esto aes lgo que no puede ocurrir”.