La estimulación cerebral no invasiva podría aumentar la memoria durante al menos cuatro semanas
- Megan Brooks
- Maria Baena
- Noticias de Medscape
La estimulación transcraneal de corriente alterna durante 20 minutos durante cuatro días consecutivos puede mejorar la memoria a corto y largo plazo durante al menos un mes en adultos mayores, sugirió una nueva investigación.[1]
Los efectos fueron "de moderados a grandes y la abrumadora mayoría de los participantes, del 85 al 90 %, experimentó el beneficio de la memoria", compartió el investigador del estudio, Robert Reinhart, Ph. D., del Centro de Neuroimagen Cognitiva, en la Universidad de Boston, en Boston, Estados Unidos, durante una conferencia de prensa.
Los resultados se publicaron en versión electrónica el 22 de agosto en Nature Neuroscience.
Beneficios acumulados y duraderos
El estudio incluyó a 150 adultos de 65 a 88 años, la mayoría de los cuales tenían pérdida de memoria típica o deterioro cognitivo leve. Las corrientes eléctricas se administraron a través de electrodos incrustados en una gorra que usaban los participantes.
Con base en investigaciones anteriores, los investigadores dirigieron la intervención a dos regiones específicas del cerebro con dos frecuencias de estimulación distintas.
Dirigirse a la corteza parietal inferior a una frecuencia baja de 4 Hz mejoró selectivamente la memoria a corto plazo (de trabajo), sin cambiar la memoria a largo plazo, informaron.
Apuntar a la corteza prefrontal dorsolateral con 60 Hz mejoró selectivamente la memoria a largo plazo, sin cambiar la memoria a corto plazo.
"Según la ubicación espacial y la frecuencia de la estimulación eléctrica, podemos mejorar la memoria a corto plazo o la memoria a largo plazo por separado", señaló Reinhart a los asistentes a la sesión informativa.
La tasa de mejora de la memoria durante la intervención de cuatro días predijo el tamaño del beneficio de la memoria en el seguimiento de un mes.
"En otras palabras, los beneficios de la memoria se están acumulando en cierta medida durante la intervención de cuatro días, y esa tasa de mejora es altamente predictiva del tamaño de los beneficios en la memoria que vemos un mes después", anotó Reinhart.
"Entonces, en función de lo bien respondas a los tratamientos, podemos estar razonablemente seguros de cuánto durarán los beneficios de la memoria para cada individuo", apuntó.
¿Impacto en el mundo real?
Los investigadores notaron que los participantes con el rendimiento cognitivo más bajo al inicio del estudio se beneficiaron más de la estimulación cerebral durante el proceso y un mes después.
"Creemos que es un buen augurio transferir esta intervención a un estudio clínico adecuado con personas con enfermedad de Alzheimer que padecen un deterioro de la memoria más grave, porque estamos descubriendo que cuanto más grave es el deterioro cognitivo general, más se benefician de esta novedosa intervención libre de drogas", aseguró Reinhart.
El coinvestigador Shrey Grover, candidato al grado de doctor en el programa sobre el cerebro, comportamiento y la cognición de la Universidad de Boston, dijo que los investigadores no han observado ningún evento adverso durante la estimulación, "por lo que es bastante tolerable".
"Por lo general, las personas experimentan un poco de picor y hormigueo durante aproximadamente 30 a 60 segundos al comienzo de la estimulación y luego de 30 a 60 segundos al final de esta", dijo Grover.
Los investigadores planean continuar su investigación para examinar si los efectos duran más de un mes y evaluar los resultados funcionales de las mejoras en la memoria inducidas por la estimulación cerebral.
"Necesitamos este tipo de criterios de valoración en el mundo real, no solo los de laboratorio, que son más relevantes para reducir el grave impacto funcional, social y económico del deterioro cognitivo que viene con la edad, para realmente llevar esta intervención al alcance del paciente", dijo Reinhart.
Se necesita más investigación
En un comentario para Medscape Noticias Médicas, Heather Snyder, Ph. D., vicepresidenta de relaciones médicas y científicas de la Asocación de Alzheimer, calificó el estudio de "interesante y alentador".
"No está claro cómo esta intervención puede afectar a las personas con mayor riesgo de deterioro cognitivo o con deterioro cognitivo ya existente. La investigación debe continuar en poblaciones más grandes y diversas", dijo Snyder, que no participó en el estudio.
"Es importante que exploremos todas las vías de tratamiento que puedan beneficiar el cerebro de las personas que envejecen. Hay varios estudios, algunos financiados a través del programa Part the Cloud de la Asocación de Alzheimer, que analizan diferentes tipos de intervenciones que pueden beneficiar la cognición y la función de los individuos", agregó.
El estudio fue financiado por subvenciones de los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos y por una generosa donación de un filántropo individual otorgada a Reinhart. Los investigadores y Snyder, Ph. D., han declarado no tener conflictos de interés económico pertinentes.
Este contenido fue publicado originalmente en Medscape.com y adaptado para Medscape en español, parte de la Red Profesional de Medscape.
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