La enfermedad de Chagas también está presente en España

  • Pura C. Roy
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La enfermedad de Chagas, también conocida como tripanosomiasis americana, es una enfermedad potencialmente grave causada por el parásito protozoo Trypanosoma cruzi (T. cruzi). Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) se calcula que en el mundo hay entre seis y siete millones de personas infectadas. La enfermedad lleva el nombre de Carlos Ribeiro Chagas, el médico e investigador brasileño que la descubrió en 1909.

La transmisión es principalmente a través de insectos triatominos (chinches), alguno muy conocido como la vinchuca. A pesar de ser una enfermedad endémica en 21 países de América Latina, esta infección se ha globalizado debido a los flujos migratorios. Antes confinada en ciertas áreas, sobre todo rurales, actualmente se ha expandido y la mayoría de las personas infectadas viven en entornos urbanos de todos los continentes.

A pesar de que las mordeduras por vectores triatominos siguen representando la principal vía de transmisión en los países no endémicos, el parásito puede transmitirse verticalmente, aunque de manera más residual, o, menos frecuentemente, por donaciones de sangre u órganos. 

Un nuevo estudio español, publicado en la revista PLOS Neglected Tropical Diseases, ha analizado las características epidemiológicas de 2.820 individuos latinoamericanos que acudieron al Servicio Internacional de Salud del Hospital Clínic de Barcelona entre 2002 y 2019.

Población migrante en riesgo en España

Como en otros países europeos, España cuenta con población afectada. Barcelona ha sido una de las áreas urbanas donde se instaló una gran población migrante a principios de la década del 2000. Muchos de ellos acudieron al Servicio Internacional de Salud del Hospital Clínic de Barcelona, lo que permitió descubrir que un alto porcentaje de personas procedentes de Latinoamérica, principalmente de Bolivia, estaba infectada y podía ser portadora de la enfermedad de Chagas. 

En este nuevo estudio retrospectivo liderado por el ISGlobal, centro impulsado por la Fundación “la Caixa” se analizaron las característica epidemiológicas de 2.820 individuos latinoamericanos que acudieron al Servicio Internacional de Salud del Hospital Clínic de Barcelona entre 2002 y 2019. Del total 1.382 fueron diagnosticados de infección por T. cruzi, y más del 17 % ya presentaba alteraciones cardiacas. Se trata de una de las muestras más grandes realizadas de pacientes en riesgo de infección en un país no endémico. La edad media de esta cohorte fue de 36,8 años y la mayoría de los participantes nunca se habían hecho la prueba de T. cruzi antes de esta evaluación. “Lógicamente si se cogiera toda la población latinoamericana en España, la prevalencia sería más baja”, comenta a Univadis España el doctor Pedro Laynez, coautor del estudio e investigador del ISGlobal.

Más de un 10 % con afectación cardiaca no presenta alteraciones en el ECG

Según los datos aportados por el estudio, solo el 5 % de los casos desarrollan una forma sintomática aguda de la enfermedad. Pero una vez superada la fase aguda, y si la infección no se trata, T . cruzi se fija progresivamente en los tejidos con un alto tropismo por el corazón y el tubo digestivo. Sin embargo, entre el 60 % y el 70 % de los pacientes infectados nunca desarrollarán daño orgánico significativo.

“La afectación cardiaca es el daño orgánico más común, conocido como miocardiopatía chagásica, que representa el 25-30 % de los pacientes que padecen infección por T. cruzi. Los trastornos de la conducción y la dilatación de las estructuras cardiacas son manifestaciones típicas, cuyo espectro clínico comprende desde asintomáticos hasta desenlaces fatales. La afectación digestiva es menos común, está entre el 10-20 % e incluye dilatación y disfunción de las estructuras digestivas, principalmente esófago y colon”, explica Laynez.

“Aunque el electrocardiograma fue suficiente para detectar la cardiopatía en la mayoría de los casos, en el 10 % de estos fue necesario realizar un ecocardiograma. Estos resultados refuerzan la importancia del ecocardiograma en la evaluación inicial de las personas con infección por T. cruzi para una detección precoz del problema. Reforzando una idea que ya existía desde hace años”, subraya Laynez

Enfermedad infradiagnosticada

El equipo investigador constata que muchas personas que llegan de regiones endémicas de Latinoamérica, como Bolivia, nunca antes habían sido testadas. “Hay un claro problema de diagnóstico de la infección, incluso en España, por lo que son necesarios programas de promoción de la salud y una adecuada información al paciente en la consulta para llevar a cabo el programa de cribado. Muchas personas son cribadas de esta infección después de seis años viviendo en España”, comenta Laynez.

El mayor cribado de Chagas realizado en Barcelona fue a mujeres en edad laboral, pertenecientes a zonas con gran endemismo lo cual refleja los flujos migratorios de los últimos años y permite orientar los programas de prevención. Para Laynez, “es fundamental que las personas con el parásito informen a sus parientes y personas cercanas. Los centros de salud, con alta densidad de población migrante latinoamericana, son fundamentales también para derivar a los pacientes para su control. Al haber un número de personas asintomáticas, se recomienda testar a las personas que llegan a España, para poder tratarlas si están infectadas y, en el caso de las mujeres en edad reproductiva, para prevenir la transmisión vertical ”.

El estudio recalca que “aún existen importantes lagunas de conocimiento sobre esta infección. Serán necesarios más estudios para una mejor comprensión de su comportamiento epidemiológico y clínico”.