La elección de plaza del MIR y la precariedad de algunas especialidades

  • Andrea Jiménez
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El pasado enero, más de 12.000 aspirantes a la formación sanitaria especializada (FSE) se presentaron al examen para conseguir una plaza en el Sistema Nacional de Salud. Una convocatoria que, a diferencia de los años anteriores, estuvo exenta de polémicas y que, como comenta, Fernando de Teresa, preparador de la academia Grupo CTO, “dejó un buen sabor de boca en nuestros alumnos”.

La realización del MIR supone un largo recorrido de sacrificios que cada año miles de médicos deben enfrentar para conseguir una vacante que determinará su futuro profesional.  “Como cualquier oposición hace falta mucha constancia, llevar un ritmo de carrera de fondo para no quemarse y llegar desgastado al final”, dice Juan Jiménez, residente de segundo año en el Hospital Universitario Virgen de las Nieves, Granada, y secretario general de la Asociación MIR España.

“Tanto la disciplina como mantener la ilusión son fundamentales para conseguir la plaza que uno quiere”, asegura el médico, quien hace dos años optó por Psiquiatría. Aunque el proceso de adjudicación de plazas todavía no ha dado comienzo, desde distintos colectivos, como el Sindicato Médico Andaluz de Granada, anticipan que, como en las anteriores convocatorias, algunas especialidades, como Dermatología o Cirugía Plástica, serán las primeras en acabarse. Y las mismas de siempre, en cambio, volverán a ser discriminadas. Es el caso de la Medicina Familiar y Comunitaria, que con 2.455 plazas, es la que más oferta tiene. También la más descartada por los futuros médicos. En el 2022, hasta 200 vacantes de esta especialidad quedaron desiertas, provocando una gran preocupación en el sector, que requiere más que nunca de especialistas en el ámbito.

“Los condicionantes laborales y económicos de cada especialidad son factores muy importantes en la elección de plaza, lo cual tiene que tiene que hacernos reflexionar sobre la situación que enfrentan la mayoría de sanitarios”, señala el secretario de la Asociación MIR España.

Como llevan tiempo reclamando organizaciones como la Asociación de Médicos y Titulados Superiores de Madrid (AMYTS) a través de manifestaciones y huelgas para defender la sanidad pública, junto al derrumbe de la Atención Primaria, la falta de sanitarios en Medicina Familiar está provocando una gran crisis en España.

“Con listas de espera interminables, saturación de pacientes y solapamiento de turnos, la Medicina Familiar y Comunitaria es una de las principales víctimas de la precariedad. Es normal que los médicos opten por otras especialidades”, advierte Jiménez, para quien la falta de recursos asistenciales y profesionales constituyen uno de los principales problemas que enfrenta el sistema de salud.

“En mi centro, a los pacientes de psiquiatría se les está dando citas de hasta cuatro meses de espera, lo que impide hacer un seguimiento estrecho de sus casos  y dar una atención de calidad. Hablamos de una población que requiere una atención urgente. Y, por supuesto, que esto no solo afecta a los pacientes, sino que  tiene efectos en los propios médicos y condiciona la elección de plaza de los futuros residentes”, explica Jiménez, quien, desde el cargo que ocupa en la organización lamenta “que no se opte por especialidades que tienen tanta necesidad y no resultan tan atractivas”. No obstante, como añade después de forma tajante, “también celebro que, después de todo el mérito y sacrificio que supone aprobar el examen, los primeros puestos del MIR elijan la plaza que más les convenga”.