La dieta mediterránea se asocia con menos complicaciones del embarazo

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Los resultados de un nuevo estudio a gran escala indican que las mujeres que siguieron una dieta de estilo mediterráneo (con gran cantidad de alimentos frescos, aceite de oliva y pescado) en torno al momento de la concepción presentaban un menor riesgo de aparición de complicaciones del embarazo.

En el estudio se incluyó a 7.798 mujeres que no habían dado a luz antes. El grupo presentaba diversidad geográfica, racial y étnica.

Los investigadores, dirigidos por la Dra. Nour Makarem, MS, con el Departamento de Epidemiología de la Universidad de Columbia (Nueva York), publicaron sus resultados en JAMA Network Open.

“En general, una mayor ingesta de verduras, frutas, legumbres, pescado y cereales integrales y una menor ingesta de carne roja y procesada se asociaron con un menor riesgo de resultados adversos del embarazo”, escribieron los autores.

Los investigadores descubrieron que las mujeres del estudio (que formaban parte del Nulliparous Pregnancy Outcomes Study: Monitoring Mothers-to-Be, en el que se incluyó a 10.038 mujeres entre el 1 de octubre de 2010 y el 30 de septiembre de 2013, y que obtuvieron una puntuación alta de cumplimiento de una dieta mediterránea) presentaban un riesgo un 21 % más bajo de aparición de algún resultado adverso del embarazo que aquellas cuyo cumplimiento era bajo. Cuanto mejor es el cumplimiento, menor es el riesgo de resultados adversos del embarazo, especialmente diabetes gestacional y preeclampsia o eclampsia, escribieron los investigadores.

El equipo de investigación también estudió cómo el seguimiento de la dieta se correlacionaba con una presión arterial gestacional alta, un parto prematuro, el parto de un bebé pequeño para su edad gestacional y la mortinatalidad.

Se puntuó el consumo de nueve componentes en las mujeres: verduras (excepto patatas), frutas, frutos secos, cereales integrales, legumbres, pescado, proporción entre grasas monoinsaturadas y saturadas, carnes rojas y procesadas, y alcohol.

De acuerdo con la publicación, no hubo diferencias en los resultados adversos del embarazo por raza, etnia ni índice de masa corporal de la mujer antes del embarazo, pero las asociaciones eran más fuertes en las mujeres de 35 años o más.

Los autores señalaron que las mujeres del estudio tuvieron acceso a atención prenatal en un gran centro médico universitario durante los primeros 3 meses de embarazo, por lo que el estudio puede, en realidad, subestimar la importancia de la dieta en los resultados del embarazo.

La Dra. Christina Han, directora de la División de Medicina Maternofetal de la Universidad de California (Los Ángeles), quien no participó en el estudio, afirmó que los resultados tienen sentido, dado que los investigadores analizaban el momento de la concepción, que es un momento que refleja la forma en que una persona elige vivir su vida.

“Sabemos que el estado de salud al inicio del embarazo puede afectar de forma significativa a los resultados de ese embarazo”, afirmó. “Durante décadas hemos sabido que la dieta mediterránea es buena para casi todo el mundo”.

La Dra. Han explicó que, aunque es estupendo que los investigadores hayan podido confirmar el beneficio de la dieta mediterránea, el estudio pone de relieve la desigualdad, ya que las personas con ingresos más bajos no tienen tantas probabilidades de poder permitirse frutas, verduras y pescado frescos.

“Es una llamada a la acción para que nuestro sistema de distribución de alimentos elimine la gran brecha en los productos a los que tienen acceso las pacientes”, afirmó la Dra. Han.

La Dra. Han señaló que la mayoría de las mujeres de este estudio estaban casadas, eran blancas de origen no hispano y sus niveles de educación eran altos, lo que puede dificultar la generalización de estos resultados a la población general.

Una limitación del estudio es que se pidió a las mujeres que notificaran ellas mismas lo que comían, lo cual puede resultar menos preciso que cuando los investigadores registran lo que se come en un entorno controlado.

Los investigadores sugirieron un siguiente paso: “Se necesitan estudios de intervención a largo plazo para evaluar si promover una dieta de estilo mediterráneo en el momento de la concepción y durante el embarazo puede prevenir los resultados adversos de este”.

El artículo, escrito por Marcia Frellick, se adaptó de su versión original, que apareció en MDedge.com, propiedad de Medscape Professional Network.