La cerveza, con o sin alcohol, parece tener un efecto beneficioso sobre la microbiota intestinal
- Caroline Guignot
Conclusión práctica
El consumo de 330 mL de cerveza sin alcohol o con alcohol cada día durante 4 semanas aumenta la diversidad bacteriana intestinal en hombres sanos, sin alterar los biomarcadores cardiometabólicos séricos, el peso corporal o la masa grasa, concluye una nueva investigación portuguesa.
El beneficio podría estar mediado por los polifenoles (flavonoides, ácidos fenólicos). Además, la actividad de la fosfatasa alcalina fecal aumentó ligeramente en ambos grupos (con y sin alcohol), debido potencialmente al aumento del butirato producido por la microbiota. Sin embargo se tienen que confirmar los resultados de este estudio piloto en una cohorte más amplia.
Relevancia
La cerveza es una bebida fermentada a partir de granos de cebada malteada. Se cree que el consumo de cerveza, de bajo a moderado, tiene un efecto protector frente al riesgo cardiovascular, pero este beneficio puede verse compensado por el riesgo asociado al alcohol. Además, su composición, rica en polifenoles, podría ser beneficiosa para la microbiota. Por lo que es interesante comparar el beneficio relativo de las cervezas con y sin alcohol en la composición de la microbiota intestinal.
Diseño del estudio
El objetivo de este estudio piloto fue comparar la microbiota y varios parámetros biológicos tras el consumo diario de 330 mL de cerveza lager con (5,2 %) o sin alcohol a la hora de la comida durante 30 días. Los participantes reclutados eran hombres sanos de entre 18 y 65 años, consumidores moderados de alcohol y sin ninguna patología específica, especialmente cardiovascular, gastrointestinal o metabólica. Se les asignó al azar entre los dos brazos de forma ciega y se les pidió que mantuvieran su ingesta de alimentos y bebidas lo más normal posible.
Resultados fundamentales
Un total de 22 individuos fueron reclutados y aleatorizados en el estudio (edad media 35 años, consumo medio de alcohol 11,2 g/d, adherencia media a la dieta mediterránea).
Los parámetros antropométricos (peso, grasa corporal) y cardiometabólicos (hemoglobina glicosilada, insulina, colesterol de lipoproteínas de baja y de alta densidad) no presentaron cambios significativos al final de los 30 días. Tampoco se observaron diferencias entre los niveles de transaminasas hepáticas en los dos grupos, ni entre el final del seguimiento y la inclusión para cualquiera de ellos.
Al final del estudio, la composición de la microbiota intestinal se basaba predominantemente en el filo Firmicutes, seguido de Bacteroidetes (52 % y 32 % respectivamente para el grupo sin alcohol, y 46 % y 36 % para el grupo con alcohol). No hubo diferencias estadísticamente significativas en la composición entre los dos grupos. Además, el índice de Shannon, que indica la diversidad microbiana, fue mayor a los 30 días que en el momento de la inclusión en el grupo sin alcohol (2,9 frente a 2,7, p=0,037) y en el grupo con alcohol (3,0 frente a 2,8, p=0,021). Por último, la actividad de la fosfatasa alcalina fecal aumentó en ambos grupos.
El estudio recibió financiación de fondos europeos y portugueses.
Este contenido fue publicado originalmente en Univadis Francia.
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