La atención primaria es fundamental para la prevención y detección del cáncer de piel
- Pura C.Roy
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La importancia de los cuidados y vigilancia de la piel para prevenir la aparición del cáncer de piel se hacen cada vez más necesarios. Su incidencia va en aumento en el mundo, siendo la exposición al sol uno de los principales factores de riesgo. Siempre es recomendable proteger la piel, pero en verano aumenta el tiempo para disfrutar de espacios abiertos como el campo o la playa y son más las horas de exposición a la radiación ultravioleta, pudiendo aparecer quemaduras en la piel.
El daño provocado en la piel por la radiación ultravioleta se va acumulando a lo largo de la vida. “A pesar de que es uno de los tipos de cáncer más prevenibles, el 1,7 % de la población europea está afectada por esta patología y en España se diagnostican más de 78.000 nuevos casos cada año”, señala la Academia Española de Dermatología y Venereología
La Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (SEMERGEN) siempre ha resaltado su papel en el diagnóstico precoz del cáncer de piel. La educación para la salud y la prevención son facetas que habitualmente desarrolla. Para Julio Heras, coordinador del Grupo de Trabajo de Dermatología de SEMERGEN: “La atención primaria es muy importante ya que es el eslabón más cercano del mundo sanitario a los pacientes”.
Heras explica a Univadis España que “las primeras evidencias de ciertos problemas en la piel se ven en las consultas de primaria. Los médicos de familia, realizan exploraciones que obligan al paciente a quitarse o subirse la ropa, y en estas circunstancias podemos detectar si tienen manchas o lesiones en la piel”.
“Ante la aparición de nuevos lunares o un crecimiento atípico de los que ya tenían, los pacientes vienen a la consulta porque se alertan, sobre todo si hay antecedentes familiares de cáncer de piel. Es deseable consultar con un médico ante cualquier cambio percibido en la piel, se trate de una lesión nueva o antigua. Nosotros recomendamos prestar atención a los posibles cambios de forma o color, picores, posibles sangrados o dolor. Por lo que tenemos que incidir en las oportunas medidas de prevención para evitar que ciertas manifestaciones, que sin ser cáncer cutáneo pueden ser precursoras de él, si no se tratan”, explica Heras.
Las estrategias de prevención primaria centradas en programas educativos para mejorar los hábitos de fotoprotección resultan efectivos. “Desde la primaria intentamos dar respuesta a las preguntas más habituales, como qué tipo de fotoprotección es el más necesario. Pero hay que tener en cuenta que no todo el mundo necesita la misma protección. Dependiendo del fototipo que tengamos, se necesita una fotoprotección más intensa o menos intensa. La gente con la piel muy clara, ojos claros, pelo rubio o pelirrojo necesitan usar un factor 50. El fototipo mediterráneo con una de 30 sería suficiente. En los niños cuanto más alta mejor. Pero hay que incidir también en el uso de gorras, gafas de sol o ropa adecuada y buscar lugares de sombra si es posible”, apunta Heras.
El uso de fotoprotectores no debe llevar a pensar que se tiene una protección total y que con ellos se puede prolongar el tiempo de exposición a los rayos ultravioletas. Además, en muchas ocasiones su aplicación no es correcta o con la periodicidad necesaria. “El médico de atención primaria debe insistir en minimizar los factores de riesgo, como evitar la exposición solar durante las horas centrales del día cuando la radiación ultravioleta es más elevada”.
“Los médicos de familia recibimos numerosos cursos de formación y actualización sobre patologías cutáneas. Desde el Grupo de Dermatología de SEMERGEN fomentamos el conocimiento y la necesidad de saber cómo utilizar distintas herramientas de diagnóstico como el dermatoscopio, para diferenciar lesiones benignas y malignas y poder derivarlos con rapidez a un dermatólogo para su tratamiento. A veces existe una demora importante para visitar a este especialista, nosotros tenemos recursos para derivar, con una mayor rapidez, a los pacientes que lo necesitan”, remarca Heras.
Aunque el cáncer de piel es más frecuente en la edad avanzada, algunos tipos de melanoma se diagnostican en pacientes jóvenes. Este año desde la fundación Piel Sana de la Academia Española de Dermatología y Venereología a través de su campaña anual Euromelanoma ha querido poner el foco en esta edición en los adolescentes y adultos jóvenes, con el objetivo de incidir y promover mejores hábitos en la exposición solar. Su mensaje es que los hábitos de la infancia y adolescencia pasan factura a lo largo de la vida.
Heras comenta que “a los adolescente y niños cuando vienen a nuestras consultas, siempre les informamos sobre cómo deben protegerse en sus actividades al aire libre. Y aunque en principio, sobre todo los niños, no parece que pongan mucha atención, sabemos que es un mensaje que va calando”.
Hay otro colectivo que Heras hace visible. “Dentro de la medicina de familia muchos compañeros trabajan en el ámbito rural. Ganaderos y agricultores no disponen a veces de muchas sombras. Estos profesionales están muy expuestos y estamos viendo que la incidencia de cáncer de piel va en aumento. Es habitual encontrar a pacientes que no han cuidado la piel de forma adecuada, sobre todo en el pasado, ya que no existía tanta conciencia sobre la fotoprotección. Ellos son el eslabón que nos sirve para concienciar a sus hijos y sus nietos”.
Desde SEMERGEN se hace una labor informativa constante. Se realizan infografías, carteles o podcasts. Además, Heras apunta: “En estos momentos existen distintas aplicaciones que permiten conocer los índices ultravioletas diarios, pero también se puede obtener esta información en internet, en periódicos o en los informativos de la televisión”.
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