La actividad física como mediadora del vínculo entre educación y salud mental

  • Liz Scherer
  • Resúmenes de artículos
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Conclusión práctica

El bajo nivel educativo parece estar asociado a un descenso inicial y posteriormente más acusado de la actividad física en el curso del tiempo, lo que conduce a un pronunciado declive de la salud mental y el bienestar en adultos europeos, según una investigación que se ha publicado en línea en la revista Journal of Affective Disorders. El estudio lo llevaron a cabo investigadores suizos, con algunas aportaciones de investigadores canadienses.

Antecedentes y/o implicaciones

La actividad física puede desempeñar un papel importante en la mediación del vínculo entre el nivel educativo y las trayectorias generales de salud mental y bienestar a medida que las personas envejecen. Así se subraya la importancia de incluir los índices de determinantes sociales de la salud (además de la riqueza y la ocupación) en las historias clínicas.

Los médicos también pueden animar a los pacientes de 50 años o más a practicar ejercicio diario (p. ej., programas deportivos de marcha basados en la comunidad).

Diseño del estudio

Se trata de un amplio estudio longitudinal transnacional en el que se examinó si los niveles iniciales y los cambios en la actividad física median en la relación entre el nivel educativo y las trayectorias de salud mental, especialmente la depresión, en adultos europeos de 50 años o más.

Los datos proceden del estudio Survey of Health, Aging and Retirement in Europe, y se recopilaron cada 2 años entre 2004 y 2019.

Resultados

La muestra del estudio incluyó 54.818 pacientes, de los cuales casi la mitad eran mujeres. Todos los pacientes tenían 50 años o más. Los investigadores descubrieron que un nivel educativo bajo (frente a uno alto) se asociaba a una menor riqueza, lo que a su vez se asociaba a un aumento más pronunciado de los síntomas depresivos. Los niveles educativos bajos (frente a los altos) también se asociaban a un descenso más acusado de la actividad física y, por tanto, del bienestar.

En el análisis de sensibilidad, la riqueza y la ocupación mediaron más de la mitad de la asociación entre educación y salud mental, concretamente los síntomas depresivos (60,0 %) y el bienestar (75,6 %). Los cambios en la actividad física en el curso del tiempo añadieron una varianza adicional del 26,8 % en los síntomas depresivos y del 24,4 % en el bienestar en relación con el valor inicial.

Limitaciones

Los resultados del estudio pueden haberse visto influidos por la causalidad inversa, lo que significa que los investigadores no pudieron inferir definitivamente las relaciones causales entre la educación, la riqueza, la ocupación, la actividad física y las trayectorias de salud mental.

Los niveles de actividad física podrían haberse sobreestimado o subestimado porque se midieron utilizando escalas autoinformadas (que solo se centran en la actividad física de intensidad moderada e incluyen ejemplos como las actividades de ocio relacionadas con las tareas domésticas).

La riqueza y la ocupación fueron los dos únicos indicadores utilizados al evaluar el papel de los factores socioeconómicos y no son medidas exhaustivas de las ventajas y las desventajas socioeconómicas. Otros mediadores del vínculo entre educación y salud, como el estrés, el apoyo social y el funcionamiento cognitivo, también podrían desempeñar un papel importante.

Financiación

El estudio no recibió financiación externa. El autor principal, Boris Cheval, recibió una beca de investigación de la Fundación Nacional Suiza para la Ciencia.