Impacto de los factores ambientales en pacientes con enfermedad pulmonar obstructiva crónica

  • Carlos Sierra, PhD

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Según datos proporcionados por la Asociación de Pacientes con Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (APEPOC), el 11,8 % de la población mundial de entre 40 y 80 años padece Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC). Es la tercera causa de muerte en el mundo y la cuarta en España, lo que pone de manifiesto el grave problema de salud global que esta supone. Esta enfermedad se caracteriza por la obstrucción de las vías respiratorias que produce, como síntoma principal, una grave limitación en la capacidad respiratoria, además de provocar tos, fatiga, sensación de ahogo y producción abundante de mucosidad, lo que se traduce para el paciente en una dificultad continua para respirar, una sensación de opresión en el pecho y de agotamiento permanente. Es una enfermedad crónica y de progresión lenta, pero irreversible, por lo que las personas con EPOC sufren un deterioro considerable en su calidad de vida debido a las secuelas físicas y psicológicas que padecen.

Aunque hay factores genéticos que predisponen a padecer EPOC, los fumadores y las personas que viven en espacios con una gran contaminación ambiental son más propensas a desarrollarla. Por lo tanto, es de sentido común suponer que vivir en zonas con una alta contaminación atmosférica y/o un menor acceso a espacios verdes -terreno delimitado en el que hay vegetación, como puede ser un bosque, un parque urbano o un jardín- o azules -zonas al aire libre accesibles al público que cuentan con masas y/o cursos de agua – impacta en la calidad de vida relativa a la salud de los pacientes con EPOC. Pero el sentido común no es suficiente en medicina, hacen falta estudios científicos que demuestren la veracidad de las hipótesis de partida, lo cual no siempre sucede. No es este el caso, tal y como demostró un estudio liderado por investigadores del Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal) y publicado a principios de septiembre en la revista Environmental Research.

A mayor calidad ambiental, mejor calidad física y mental de vida 

La calidad de vida relacionada con la salud se ha convertido en uno de los parámetros más importantes para medir la progresión de la EPOC. “Se sabe que varios factores clínicos y psicológicos pueden influir en dicho parámetro, pero se ha investigado poco sobre el efecto de factores ambientales”, declaró a Univadis España la Dra. Judith Garcia-Aymerich, investigadora de ISGlobal y coordinadora del estudio.

Por ello, profesionales de varios hospitales y centros de investigación de Barcelona y alrededores evaluaron, por primera vez, el efecto de la contaminación del aire, el ruido provocado por el tráfico rodado, la temperatura y la distancia a los espacios azules y/o verdes en la calidad de vida relativa a la salud de 407 pacientes residentes en el área de Barcelona con diferentes grados de EPOC clínicamente estable, desde moderada a grave.

En este estudio transversal, los pacientes realizaron un test de evaluación CAT de EPOC y respondieron a un cuestionario clínico. El cuestionario CAT de EPOC es una herramienta para valorar la calidad de vida de los pacientes con EPOC, autoaplicable. Consta de 8 ítems, que puntúan de 0 a 5, por lo que la puntuación final puede ir de 0 a 40 - a mayor puntuación, peor estado de salud-. Estos 8 ítems fueron seleccionados para cubrir un amplio espectro de gravedad de la enfermedad: tos, expectoración, opresión torácica, confianza para abandonar el domicilio, limitación para las actividades domésticas, sueño, etc.

Además, el equipo investigador determinó la exposición residencial de cada paciente a contaminantes del aire -NO2, partículas suspendidas en el aire de diámetro menor que 2,5 micrómetros (PM2,5), menor que 10 micrómetros (PM10) y absorbancia de PM2,5, ruido por tráfico, temperatura a nivel del suelo, y cercanía a espacios verdes o azules.

Comparando todas las variables, los expertos encontraron que altos niveles de NO2 (generado principalmente por la quema de combustibles fósiles, las emisiones de las fábricas y centrales térmicas, y los escapes de los vehículos a motor) y absorbancia de PM2,5 (un indicador del hollín resultante de procesos de combustión) se relacionaban con peores resultados en la evaluación clínica y el cuestionario CAT. Por otra parte, una mayor distancia con espacios verdes o azules se asoció con peores resultados en la parte del cuestionario CAT relativa a la salud mental. “La explicación de la primera parte de los resultados es fácil, cuanto peor es la calidad del aire, peor respiran los pacientes con EPOC, lo que también se ve reflejado en su estado psicológico. Sin embargo, la razón del efecto beneficioso de los espacios verdes y/o azules en la salud mental de estas personas podría explicarse por diversos factores complementarios entre sí, como puede ser el efecto restaurador que tienen los espacios verdes y azules en la mente humana, aunque también podría deberse a la mayor actividad física que propician, es mucho más habitual ver gente haciendo ejercicio en este tipo de espacios que en otras áreas urbanas”, razonó para Univadis España el Dr. Subhabhatra Moitra, investigador de ISGlobal y primer autor del estudio.

Conclusiones y medidas a implementar

La conclusión es clara: la contaminación atmosférica y una mayor distancia de espacios verdes o azules impactan de manera negativa en la calidad de vida relativa a la salud de los pacientes con EPOC. Este resultado subraya la necesidad de implementar políticas urbanas que mejoren la calidad de vida del gran número de personas con enfermedades respiratorias en el mundo, tales como la creación y correcto mantenimiento de zonas verdes y azules en espacios urbanos, la creación de súper islas, tal y como se está haciendo en Barcelona, que limiten el tráfico rodado en zonas residenciales urbanas, e impulsar el uso del transporte público, entre otras.

Estos resultados también pueden ayudar a los médicos a mejorar la calidad de vida de sus pacientes con EPOC, recomendándoles, por ejemplo, evitar zonas de tráfico o acercarse lo más posible a zonas verdes o azules. 

Sin embargo, este estudio “presenta una limitación muy evidente, que es transversal, no longitudinal. Por tanto, no se puede demostrar una relación directa entre factores ambientales y calidad de vida. Como se repite tantas veces en ciencia, correlación no implica causalidad. Y, aunque en este caso hay argumentos sólidos que permitan intuir que efectivamente hay causalidad, sigue siendo necesario hacer más estudios para entender mejor la contribución de cada tipo de contaminante”, explicó a Univadis España, la Dra. Adriana Castro, neumóloga ajena a este estudio del Hospital Clinic de Barcelona. “Además, muchos pacientes con EPOC no podrán beneficiarse de las recomendaciones de este estudio, ya que el acceso a zonas con menor contaminación atmosférica y zonas verdes y/o azules está muy relacionado con el nivel socioeconómico de los pacientes, a menor nivel más dificultades pueden tener. Por lo tanto, es un ejemplo muy claro de que las propuestas médico-sanitarias, si no van acompañadas de políticas públicas que faciliten su implementación, sirven de muy poco a los colectivos más vulnerables”, concluyó la Dra. Castro.