Identificada la primera variante genética involucrada en la progresión de la esclerosis múltiple

  • Carlos Sierrra, PhD
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Conocer la causa de la esclerosis múltiple, una enfermedad neurológica autoinmune e inflamatoria crónica, está cada día más cerca. Actualmente, se sabe que su desarrollo está asociado con una combinación de factores genéticos que predisponen a padecer la enfermedad (más de 200 variantes genéticas identificadas en los últimos años), y a factores ambientales e infecciosos que favorecen su aparición, entre los que destaca el virus de Epstein Barr, causante de la patología conocida como enfermedad del beso.

Sin embargo, esta enfermedad sigue presentando grandes misterios a la comunidad científica. Entre ellos, la disparidad en la gravedad y en la rapidez de la evolución de la dolencia entre pacientes: mientras algunos pueden hacer una vida prácticamente normal durante un largo periodo de tiempo después de ser diagnosticados con esclerosis múltiple, otros se ven abocados rápidamente a una silla de ruedas. Pero también se están produciendo avances significativos en este campo, ya que recientemente ha sido descrita en la revista Nature la primera variante genética relacionada con una progresión más rápida de esta patología.

La unión hace la fuerza

Esta variante genética fue identificada gracias a la colaboración de más de 150 científicos que forman parte de dos consorcios internacionales, el International Multiple Sclerosis Genetics Consortium y el MultipleMS Consortium, entre los que se encuentrasn investigadores españoles del Vall d'Hebron Instituto de Investigación (VHIR) y del Hospital Clínic de Barcelona.

En este trabajo conjunto se compararon siete millones de variantes genéticas con la evolución de la esclerosis múltiple en 22.000 pacientes. De esta forma, se identificó una región que se encuentra entre los genes DYSF y ZNF638, que se relacionó con la progresión de esta enfermedad. Concretamente, se observó que las personas que tienen dos copias de esta variante tienen una evolución más rápida de la enfermedad y necesitan ayuda para caminar casi cuatro años antes que las personas que no la tienen.

El papel de DYSFZNF638

DYSF está involucrado en la reparación de células dañadas en los músculos, lo que podría también estar relacionado con la supervivencia de las neuronas. Por su parte, ZNF638 está implicado en el control de las infecciones virales, con un papel destacado en el cerebro. Estos genes están muy activos en el sistema nervioso central y no tanto en el sistema inmunitario, lo cual indica que los procesos relacionados con la capacidad de reparación y resiliencia del sistema nervioso determinarían la gravedad de la esclerosis múltiple.

Potenciales implicaciones en el tratamiento de la esclerosis múltiple

En la actualidad, la esclerosis múltiple no tiene cura, aunque los tratamientos desarrollados en los últimos años han permitido reducir e incluso evitar los brotes de la enfermedad. Sin embargo, estos tratamientos solo actúan sobre el proceso inflamatorio asociado a los estadios iniciales de la esclerosis múltiple, pero no tienen ningún efecto sobre los procesos neurodegenerativos presentes en la patología. Es decir, no frenan el avance de la esclerosis múltiple a largo plazo.

Pero el hallazgo de este estudio puede permitir ir un paso más allá ya que “conocer los mecanismos relacionados con la evolución de la enfermedad ayudará en la búsqueda de nuevos fármacos que bloqueen la neurodegeneración,”, detalló el Dr. Xavier Montalban, jefe del Servicio de Neurología del Hospital Universitario Vall d’Hebron y jefe del grupo de investigación en Neuroinmunología Clínica del VHIR.

Otros resultados relevantes

Gracias al análisis masivo de datos genómicos de más de 20.000 pacientes de esclerosis múltiple, se han podido encontrar otros datos de interés relacionados con la discapacidad asociada a dicha enfermedad, entre los que destacan el efecto del tabaco y el nivel de estudios. Concretamente, se observó que el nivel educativo aumenta la resistencia a la neurodegeneración, mientras que fumar se relaciona con la aceleración de la progresión de la enfermedad.

Además, se vió que la variante DNM3-PIGC también podría tener un papel relevante en el avance de los síntomas graves de la enfermedad y en la dificultad para caminar, pese a que la asociación no es tan marcada como en el caso de la variante DYSF-ZNF638

Estos resultados muestran que hay, además de la variante DYSF-ZNF638, muchos factores involucrados en la progresión rápida hacia la discapacidad: la edad de los pacientes, los hábitos de vida, etcétera. “Por lo tanto, a pesar de que este trabajo es muy relevante, son necesarios futuros estudios con nuevas cohortes que permitan conocer con más profundidad el impacto de estas y otras posibles variables en la progresión de la enfermedad”, declaró a Univadis España el Dr. Lorenzo Peverelli, neurólogo experto en enfermedades neuromusculares no involucrado en el estudio.