Hipertensión intracraneal idiopática pediátrica: no se debe retrasar el diagnóstico
- Susan London
- Resúmenes de artículos
Conclusión práctica
Según se ha observado en un estudio sueco publicado en la revista Pediatric Neurology, los pediatras deben permanecer atentos a la hipertensión intracraneal idiopática y garantizar un diagnóstico rápido que siga las recomendaciones de las guías de práctica clínica cuando existan sospechas de esta enfermedad. Una proporción considerable de pacientes sufrió retrasos en la obtención de pruebas de imagen y el diagnóstico.
Antecedentes y/o implicaciones
Los retrasos en el diagnóstico pueden provocar pérdida irreversible de la visión, problemas cognitivos y otras morbilidades. Debido a que la hipertensión intracraneal idiopática es poco frecuente en la población pediátrica, los médicos pueden no estar familiarizados con los criterios de diagnóstico y las recomendaciones de manejo.
Diseño del estudio
Los investigadores realizaron un estudio de cohortes retrospectivo en un centro de referencia terciario y analizaron las características de 45 pacientes que cumplían los criterios diagnósticos de hipertensión intracraneal idiopática.
Los criterios principales de valoración fueron la demora del paciente (tiempo desde el inicio de los síntomas hasta la primera evaluación clínica), el tiempo de espera (tiempo desde la primera evaluación clínica hasta el diagnóstico final) y el cumplimiento de las guías clínicas sobre el proceso de diagnóstico, que establecen que todos los pacientes con sospecha de hipertensión intracraneal idiopática deben recibir un examen oftalmológico con evaluación de al menos la agudeza visual y los campos visuales, además de pruebas de neuroimagen urgentes.
Resultados
Los pacientes visitaron con mayor frecuencia primero a un oftalmólogo por sus síntomas (39 %), pero muchos visitaron primero a un médico general (36 %) o a un pediatra (25 %).
Un poco más de la mitad de la cohorte (51 %) buscó atención médica dentro del mes posterior al inicio de los síntomas, pero el 23 % esperó de uno a tres meses y el 26 % esperó más de tres meses. Unos pocos pacientes eran asintomáticos.
Los médicos realizaron pruebas de neuroimagen dentro de las 48 horas posteriores a la primera evaluación clínica en el 73 % de los pacientes y dentro de las dos semanas en el 91 %.
Se realizó punción lumbar con medición de la presión de apertura dentro de las 48 horas en el 60 % y dentro de las dos semanas en el 80 %.
El 60 % de los pacientes tuvo un diagnóstico definitivo dentro de las 48 horas posteriores a la primera evaluación clínica, y el 89 % lo tuvo dentro de las 4 semanas. La proporción que obtuvo un diagnóstico definitivo dentro de las 48 horas tendió a ser mayor para los que fueron vistos por primera vez por oftalmólogos (79 %) que para los que fueron vistos por primera vez por médicos generales (54 %) o pediatras (33 %).
Limitaciones
El estudio se llevó a cabo en un solo centro de referencia y es posible que no se pueda generalizar a otras poblaciones. Los datos se limitaron a los disponibles en los registros médicos y se desconocen los motivos de los retrasos.
Financiación
El estudio fue financiado por la Fundación Gillbergska y otras organizaciones y fuentes públicas. Los autores declaran no tener ningún conflicto de interés económico relevante.
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