Guías Fisterra : Prurito anal
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¿De qué hablamos?
¿Cuáles son sus causas?
- Irritantes locales (Ansari P, 2016; Parés D, 2018; Stermer E, 2009):
- Pequeñas pérdidas fecales producidas por alteraciones anatómicas que dificultan la limpieza (fisuras, hemorroides), por defectos funcionales del esfínter anal o por alteraciones de la motilidad intestinal (diarrea o estreñimiento).
- Humedad excesiva secundaria a sobrepeso u obesidad y/o ropa interior apretada o de materiales sintéticos.
- Higiene agresiva, uso frecuente de jabones en la zona perianal (Ortega AE, 2019).
- Alimentos: cafeína, te, cola, alcohol, chocolate, tomates, lácteos, cítricos o especias picantes como la guindilla roja (Swamiappan M, 2016; Henderson PK, 2014; Gupta PJ, 2008).
- Medicamentos: colchicina, quinina, esencia de menta, laxantes, enemas o algunos antibióticos como la neomicina pueden provocarlo (Foxx-Orenstein AE, 2014), así como el uso prolongado de corticoides locales por la atrofia cutánea.
- Infecciosas (Cohee MW, 2020; Khubchandani IT, 2019; Ansari P, 2016; Markell KW, 2010):
- Parásitos: lombrices intestinales. Los oxiuros son la causa más frecuente en niños y puede afectar a varios miembros de la familia, también en adultos institucionalizados y a sus cuidadores. Pediculosis púbica y sarna son otras infestaciones posibles.
- Infecciones por hongos: pueden estar presentes en el 10-15% de pacientes con PA de causa infecciosa. La tinea cruris es una dermatofitosis que debe tratarse siempre. La Candida suele estar presente como comensal; sin embargo, puede ser patógena en pacientes diabéticos, tratados con corticoides o con antibióticos sistémicos.
- Infecciones bacterianas: Staphylococcus aureus o infecciones estreptocócicas. Estas últimas son frecuentes en niños de 6 meses a 10 años. El Corinobacterium minutissimum produce eritrasma y puede afectar a la zona perianal hasta en el 18% de los casos de pacientes con PA. El diagnóstico se realiza con la luz de Wood, que produce fluorescencia rojo coral.
- Infecciones de transmisión sexual: Molluscum contagiosum, verrugas genitales por condilomas acuminados, herpes genital, sífilis, gonorrea o Chlamydia trachomatis.
- Dermatológicas (Davies D, 2017; Markell KW, 2010):
- Dermatitis atópica en los niños o dermatitis seborreica.
- Dermatitis de contacto: secundaria a jabones, cremas, papel higiénico o toallitas húmedas.
- Psoriasis.
- Liquen escleroatrófico: suele afectar la piel del periné de una forma más extensa y, con frecuencia, en las mujeres afecta a la zona de la vulva.
- Enfermedades sistémicas y trastornos psiquiátricos (Ansari P, 2016; Fargo MV, 2012; Swamiappan M, 2016):
- Diabetes, enfermedad celíaca, insuficiencia renal en estadios avanzados, anemia ferropénica, hipertiroidismo, conectivopatías, hipovitaminosis, leucemia, linfomas o enfermedades hepáticas. Entre los trastornos psiquiátricos más frecuentes están la ansiedad, el estrés y ciertos trastornos de personalidad.
- La radiculopatía lumbosacra puede cursar con prurito anal idiopático.
- Causas anales o colorrectales (Cohee MW, 2020):
- Hemorroides: presentes en cerca del 50% de pacientes con PA. Son la causa más frecuente.
- Fisuras y fístulas anales.
- Prolapso rectal.
- Neoplasias como la enfermedad de Bowen, la enfermedad de Paget en el ano o el cáncer primario del canal anal, generalmente de células escamosas y relacionado con la infección del virus del papiloma humano (Valvo F, 2019).
¿Cómo se diagnostica?
- Hábitos de higiene, ropa, alimentación o toma de fármacos.
- Determinar el patrón de los síntomas: inicio y duración del picor, momentos del día o de la noche en los que éste es más intenso, si interfiere con el sueño o el impacto en la calidad de vida.
- Presencia de otros síntomas: dolor anal, hábito intestinal (diarrea, estreñimiento), pérdidas de contenido fecal o presencia de moco y/o sangre en las deposiciones.
- Determinar coexistencia de enfermedades dermatológicas que pueden afectar también a la zona perianal: dermatitis, urticaria y otros problemas alérgicos.
- Antecedentes de enfermedades sistémicas que pueden cursar con prurito: diabetes, insuficiencia renal o enfermedades hepáticas.
- Procedimientos quirúrgicos previos en zona perianal.
¿Cuál es su tratamiento?
Recomendaciones generales de tratamiento del PA (secundario e idiopático)
- Medidas para lograr un hábito intestinal adecuado: reducir laingesta de líquidos en pacientes con pérdidas fecales o diarrea, y aumentar el aporte de fibra en los que cursan con estreñimiento, con objeto de conseguir una consistencia de las heces que apenas requiera el uso de papel higiénico.
- Evitar alimentos que contengan picantes, cafeína, alcohol, cítricos, chocolate, tomates o frutos secos entre otros (Ortega AE, 2019).
- No estar sentado durante mucho tiempo y usar cojines protectores si fuera necesario.
- Higiene adecuada: sin excederse en la limpieza porque puede empeorar los síntomas. Se recomienda limpiarse después de cada deposición, evitar hacerlo con papel higiénico perfumado, frotarse o rascarse con energía. A pesar de la ausencia de evidencias sólidas para su recomendación (Baig Z, 2022), pueden indicarse los baños de asiento de agua templada en el bidet o limpiarse con un paño de algodón humedecido en agua caliente y secar la zona perianal con el secador de pelo. Deben evitarse los jabones y el gel de baño; son preferibles las lociones limpiadoras sin jabón y las cremas acuosas o emolientes. La higiene inmediata es la medida más eficaz en pacientes que presentan pérdidas espontáneas de contenido fecal (Ortega AE, 2019).
- Evitar factores irritantes locales o que provocan humedad por el sudor, como la ropa interior apretada y de fibras sintéticas. Se recomienda utilizar prendas de algodón y holgadas. También puede ser recomendable evitar medicaciones tópicas o sistémicas señaladas en el apartado de las causas.
- Evitar el rascado, que muchas veces ocasiona erosiones de sangrado. Con frecuencia, el picor es intenso por la noche y el rascado se produce de forma inconsciente. En estos casos puede ser necesaria la prescripción de antihistamínicos con efecto sedante como la difenhidramina a dosis de 25-50 mg o 12,5-25 mg de hidroxizina antes de acostarse. En algunos pacientes con PA que asocian síntomas neuropáticos como quemazón o pinchazos, pueden beneficiarse de antidepresivos tricíclicos con efecto sedante, como la amitriptilina a dosis bajas de 25-100 mg.
- Recomendar tener las uñas cortadas y usar guantes o manoplas por la noche.
- Puede ser útil la aplicación local de pomadas dermoprotectoras tras la ducha con función de barrera con óxido de zinc, petrolato o con ácido tánico. Éstas suelen aliviar los síntomas de picor en pacientes que padecen pérdidas fecales. No deben recomendarse cremas locales con antihistamínicos porque no suelen ser suficientes para aliviar el picor y pueden sensibilizar la piel.
- Tratamiento de las infecciones (Stermer E, 2009; Markell KW, 2010):
- Infecciones por hongos: el tratamiento de la tiña debe realizarse con terbinafina o imidazol tópico. Se recomienda el tratamiento de la candidiasis con crema de imidazol cuando ésta es patógena (pacientes diabéticos, tras tratamiento con corticoides o antibióticos).
- Infecciones bacterianas: deberá realizarse con cremas tópicas que contengan ácido fusídico o mupirocina y antibióticos orales cuando existe prurito prolongado de más de un año o cambios tróficos en la piel. En presencia de Corinobacterium minutissimum (eritrasma) cuando no se haya obtenido una respuesta adecuada con los antibióticos tópicos, puede tratarse con eritromicina 1 g/día dividida en cuatro dosis durante 10 días o con claritromicina 1 g en monososis que es una opción más cómoda por su posología y menos efectos secundarios (Forouzan P, 2020).
- Infecciones por parásitos: en caso de infestación por oxiuros, el tratamiento consiste en una dosis única de 100 mg de mebendazol que podrá repetirse a la semana para evitar recurrencias. Deben extremarse las condiciones higiénicas personales de todos los miembros de la familia, así como la higiene del baño y de las ropas de cama (lavarlas dos veces por semana).
- Tratamiento de las alteraciones anorrectales: deberá considerarse el tratamiento específico de fisuras, hemorroides u otras alteraciones anorrectales que dificulten la limpieza adecuada de la zona perianal.
- Tratamiento adecuado de las enfermedades sistémicas que pueden cursar con PA.
- Tratamiento específico de las enfermedades dermatológicas.
- En presencia de PA leve-moderado que cursa con mínimos cambios de la piel, la aplicación local de corticoides tópicos de baja potencia como la hidrocortisona al 1% dos veces al día después de lavarse y durante un periodo no mayor de dos semanas, ha demostrado su eficacia en el alivio de los síntomas (Cohee MW, 2020; Ortega AE, 2019; Al-Ghnaniem R, 2007). El uso de otros corticoides más potentes o durante un periodo mayor puede provocar atrofia cutánea y empeorar los síntomas de prurito. En general, se deben recomendar las pomadas frente a las cremas porque provocan menos irritación y atrofia local (Markell KW, 2010).
- Existen estudios a favor de la eficacia de la capsaicina local a concentración de 0,006% en el tratamiento del PA (Lysy J, 2003) y puede ser una opción segura y eficaz en el tratamiento del PA grave. A esta concentración tan baja no está comercializada y necesita de su preparación en farmacia (Swamiappan M, 2016; Fargo MV, 2012).
- La lidocaína tópica en concentraciones de 1 al 5% ha demostrado en algunos estudios resolución temprana del PA (Felemovicius I, 2022).
- El PA rebelde, con grave impacto en la calidad de vida y que no responde a las medidas anteriores, algunos autores recomiendan infiltraciones subcutáneas locales de azul de metileno sólo o en combinación con lidocaína, alcohol o fenol en la zona perianal con la finalidad de bloquear la sensibilidad de las terminaciones nerviosas que causan el picor (Kim JH, 2019; Ortega AE, 2019; Davies D, 2017; Samalavicius NE, 2012; Markell KW, 2010).
- En pacientes con dermatitis atópica y PA persistente, algunos autores han observado en estudios de pocos pacientes y durante un corto periodo de tiempo, la posible eficacia del tratamiento tópico con tacrolimus a una concentración del 0,03% en el control de los síntomas; sin embargo, sus beneficios no han quedado confirmados de forma concluyente (Ucak H, 2013).
Bibliografía
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Más en la red
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Autoras
| Médico Especialista en Medicina Familiar y Comunitaria (1) |
| Médico Especialista en Medicina Familiar y Comunitaria (2) |
| Médico Residente de Medicina Familiar y Comunitaria (3) |
(1) Centro de Salud de Vila. Ibiza, Illes Balears. España. (2) Centro de Salud Sant Jordi. Ibiza, Illes Balears. España. (3) Unidad docente de Ibiza y Formentera. Illes Balears. España. |
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