Guías clínicas para el vitíligo (BAD, 2021)

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Estos son algunos de los aspectos destacados de la guía sin análisis ni comentario. Para más información, consulta directamente la guía pulsando en el enlace en la referencia.

La Asociación Británica de Dermatólogos (BAD, por sus siglas en inglés) publicó las guías para el manejo del vitíligo en septiembre de 2021 en el British Journal of Dermatology.[1]

Para identificar a las personas con vitíligo (incluyendo niños) con mayor riesgo de desarrollar enfermedad tiroidea autoinmune, se debe hacer cribado para anticuerpos antitiroideos y de la función tiroidea.

Se deben evaluar y controlar la calidad de vida y el nivel de malestar psicológico relacionado con la vida con vitíligo. Entre las herramientas para susodicha evaluación se incluyen el Patient Health Questionnaire-4 (PHQ-4), el Patient Health Questionnaire-9 (PHQ-9), la Escala para el Trastorno de Ansiedad Generalizada (GAD7, por sus siglas en inglés) y el Índice de Calidad de Vida en Dermatología (DLQI, por sus siglas en inglés), así como la Escala de Impacto del Vitiligo (VIP) y el cuestionario VitiQoL (vitiligo-specific quality-of-life instrument).

Como tratamiento de primera o segunda línea, se debe ofrecer a los pacientes con vitíligo un corticoide tópico potente o muy potente una o dos veces al día para minimizar los efectos secundarios potenciales, evitando el área periocular. 

Como alternativa a un corticoide tópico potente o muy potente en pacientes con vitíligo facial, se puede considerar una pomada con tacrólimus tópico al 0,1 % dos veces al día.

Cuando el vitíligo generalizado en lugares visibles tenga un efecto psicológico negativo, se deben considerar los tratamientos de despigmentación. Sin embargo, las evaluaciones y/o intervenciones psicológicas tienen prioridad.

Para detener la actividad de vitíligo de progresión rápida, se debe considerar el tratamiento con betametasona oral (tras sopesar cuidadosamente los riesgos y los beneficios) con una administración de 0,1 mg/kg dos veces a la semana durante 2 días consecutivos y durante 3 meses. La dosis se puede ajustar posteriormente a 1 mg al mes durante 3 meses más. El tratamiento se debe combinar con terapia ultravioleta (UVB) de banda estrecha.

Debido al riesgo de malignidad, las personas con vitíligo no deben recibir tratamiento con azatioprina en combinación con terapia con psoraleno y radiación UVB A o terapia UVB de banda estrecha.

En pacientes con vitíligo con respuesta inadecuada al tratamiento tópico y/o enfermedad progresiva o generalizada, la terapia UVB de banda estrecha se debe ofrecer como la fototerapia de primera línea. La ratio riesgo-beneficio debe abordarse, especialmente en niños, ya que se suele requerir tratamiento prolongado. Para la enfermedad localizada, este tratamiento se puede combinar con un inhibidor de la calcineurina tópico (las evidencias son mayores para el tacrólimus) o un corticoide tópico potente. Se debe avisar a los pacientes de que, tras la interrupción del tratamiento, hay un riesgo significativo de pérdida de respuesta. 

Cuando el vitíligo sea estable, segmentario o no segmentario no responda a otros tratamientos y el paciente sufra, se deben considerar los injertos celulares, como los injertos de ampollas o la suspensión celular.

Las personas con vitíligo que experimenten malestar psicológico de moderado a grave se deben derivar a los servicios psicológicos para terapia cognitiva conductual grupal y/o individual.

Para más información, por favor, dirígete a Vitíligo.