Guías Clínicas para el manejo de vía aérea difícil (ASA, 2021)
- American Society of Anesthesiologists
- Maria Baena
- Guías de Práctica Clínica
Estos son algunos de los aspectos destacados de la guía sin análisis ni comentario. Para más información, consulte directamente la guía pulsando en el enlace en la referencia.
La Sociedad Estadounidense de Anestesiología (ASA, por sus siglas en inglés), publicó las guías para el manejo de la vía aérea difícil en noviembre de 2021 en Anesthesiology.[1]
Antes de iniciar la anestesia o el manejo de la vía aérea, se debe llevar a cabo una evaluación de la vía respiratoria para identificar factores del paciente, médicos, quirúrgicos, ambientales y anestésicos que puedan ser indicativos de vía aérea difícil.
Se debe posicionar al paciente adecuadamente y se debe administrar oxígeno suplementario antes del inicio del manejo de la vía aérea difícil. La administración de oxígeno suplementario se debe continuar siempre que sea posible durante el manejo de la vía aérea difícil, incluyendo durante la extubación.
Se debe determinar una estrategia para la intubación en paciente despierto, en paciente que se puede ventilar adecuadamente, pero presenta dificultades de intubación, en paciente que no se puede ventilar o intubar y en paciente con dificultades para el rescate invasivo de emergencia de la vía aérea.
Cuando sea posible, se debe intubar al paciente despierto si se sospechan dificultades para la intubación o si uno o más de los siguientes factores se aplican: dificultades para la ventilación (mascarilla, vía supraglótica), aumento del riesgo de aspiración, si el paciente no tolera un episodio breve de apnea o si se sospechan dificultades para el rescate invasivo de emergencia de la vía aérea.
Antes de la intubación de una vía aérea difícil, se debe determinar el beneficio de un enfoque invasivo frente a no invasivo para el manejo de las vías aéreas.
Cuando se encuentre una vía difícil inesperada, se debe determinar el beneficio de despertar o reestablecer la respiración espontánea y determinar el beneficio de un enfoque no invasivo frente a uno invasivo para el manejo de las vías.
La intubación traqueal se debe confirmar con capnografía o la monitorización del dióxido de carbono al final. Cuando queden dudas sobre la posición del tubo traqueal se debe decidir si extraer el tubo e intentar ventilación o el uso de técnicas adicionales para confirmar la posición del tubo.
Se debe diseñar una estrategia previa para la extubación y el posterior manejo de las vías respiratorias. Se recomienda evaluar los beneficios relativos y la viabilidad del uso a corto plazo de un catéter de intercambio de vía aérea y/o vía supraglótica que puedan guiar la reintubación.
Cuando sea posible, se debe administrar oxígeno suplementario durante el proceso de extubación.
Cuando sea necesario en la posextubación, se deben administrar esteroides y/o epinefrina racémica.
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