Guía de práctica clínica sobre incontinencia fecal (ASCRS, 2023)

  • Guías de Práctica Clínica
El acceso al contenido completo es sólo para profesionales sanitarios registrados. El acceso al contenido completo es sólo para profesionales sanitarios registrados.

Estos son algunos de los aspectos más destacados de la guía, sin análisis ni comentarios. Para más información, ve directamente a la guía pulsando en el enlace de la referencia.

La Sociedad Americana de Cirujanos Colorrectales (ASCRS, por sus siglas en inglés) actualizó a partir de 2007 la guía sobre la evaluación y el tratamiento de la incontinencia fecal y la publicó en febrero de 2023 en la revista Diseases of the Colon & Rectum[1]. A continuación se resumen las recomendaciones de clase I (fuertes).

Evaluación y valoración de riesgos

Se debe obtener un historial completo de la enfermedad para identificar la causa y los factores de riesgo específicos de la incontinencia, delimitar la duración y la gravedad de los síntomas principales y recopilar detalles sobre problemas secundarios y afecciones asociadas. Además, es esencial llevar a cabo una exploración física exhaustiva.

Se deben medidas validadas para evaluar cómo se ha visto afectada la calidad de vida del paciente por la naturaleza, la gravedad y las repercusiones de la incontinencia fecal.

Se debe considerar el uso de pruebas de fisiología anorrectal (manometría, sensibilidad anorrectal, tolerancia al volumen, distensibilidad) para definir las características de la disfunción y guiar el tratamiento.

La latencia motora terminal del nervio pudendo es una opción que puede utilizarse, pero no se recomienda de forma sistemática debido a que no modifica en gran medida el diagnóstico y el tratamiento de la incontinencia fecal.

Los defectos del esfínter cuando se sospecha una lesión del esfínter pueden confirmarse mediante ecografía endoanal.

Tratamiento conservador

El tratamiento de primera línea para la incontinencia fecal es el uso de medidas conservadoras que comprenden dietoterapia y farmacoterapia.

Se debe llevar a cabo una evaluación endoscópica en los pacientes que cumplan los requisitos de cribado establecidos en las guías de práctica clínica o que presenten síntomas específicos (es decir, diarrea, hemorragia, obstrucción) que deban evaluarse en mayor profundidad.

Se debe considerar la biorretroalimentación como tratamiento inicial en caso de incontinencia con alguna preservación de la contracción voluntaria del esfínter.

Intervenciones quirúrgicas

Se deben corregir los defectos anatómicos evidentes (p. ej., fístula rectovaginal, prolapso rectal o de hemorroides, fístula anal, deformidad en cloaca).

Se debe una reparación del esfínter (esfinteroplastia) en caso de enfermedad sintomática y un defecto definido del esfínter anal externo.

En general, se debe evitar repetir la reconstrucción del esfínter anal tras el fracaso de la esfinteroplastia superpuesta, a menos que no sean factibles o hayan resultado ineficaces otras modalidades terapéuticas.

La Sociedad Americana de Cirujanos Colorrectales no recomienda la plicatura del esfínter anal externo (reparación anterior del esfínter anal/de Parks).

Se debe considerar la neuromodulación sacra como opción quirúrgica en primera línea para pacientes con incontinencia fecal, con y sin defectos esfinterianos.

La implantación de un esfínter intestinal artificial sigue siendo eficaz en determinados pacientes con incontinencia fecal grave.

La creación de una colostomía es una excelente opción quirúrgica para aquellas personas cuya incontinencia fecal ha fracasado con otros tratamientos o que no desean seguirlos.

Para más información, consulta Incontinencia Fecal y Disfunción Intestinal Neurogénica.